La policía de fronteras de EEUU ha anunciado que comenzará a realizar exámenes médicos a todos los menores inmigrantes que están bajo su custodia. La decisión viene después de que el día de Nochebuena falleciera un segundo niño guatemalteco de ocho años que estaba detenido y mostraba síntomas de un resfriado.

En las futuras pruebas que se realicen, han afirmado las autoridades en un comunicado, tendrán prioridad los menores de 10 años. Ahora, se encuentran evaluando qué tipo de exámenes médicos serán los que se llevarán a cabo así como el cuidado que se prestará en las primeras 24 horas que se halla detenido.

Solo en el año fiscal 2018 -de octubre de 2017 a septiembre de 2018- llegaron a EEUU casi 400.00 inmigrantes, de los que 50.000 eran menores que viajaban solos sin sus padres. Según funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, encargado de la política migratoria y que supervisa la CBP, el “95 por ciento” de los menores inmigrantes en su custodia ya han pasado esos exámenes médicos, que se realizan después de una primera prueba en el momento del arresto.

Felipe Gómez Alonzo, como se llama el segundo niño fallecido en el mes de diciembre, murió en un hospital del estado de Nuevo México por causas que aún se desconocen y después de haber estado bajo supervisión de la policía fronteriza durante más de una semana.

Según la información publicada por la CBP, Gómez Alonzo y su padre fueron detenidos el 18 de diciembre a las 13:00 hora local a unos 5 kilómetros de un punto oficial de entrada al país situado en el puente que une la localidad texana de El Paso (EEUU) y Ciudad Juárez (México).

Durante dos días estuvieron en un centro de procesamiento de la CBP; luego pasaron a las instalaciones de esa agencia en El Paso y el 23 de diciembre llegaron a Alamogordo, en Nuevo México. Fue en Alamogordo donde, al día siguiente, un agente fronterizo observó que el niño estaba tosiendo y tenía los “ojos brillantes”, por lo que fue trasladado al hospital Gerald Champion Regional.

Las normas fijan que los inmigrantes no deben ser detenidos durante más de 72 horas en las instalaciones de la CBP, que suelen estar destinadas para una estancia temporal y no cuentan con recursos para garantizar el bienestar de los más pequeños

Una vez allí, los doctores determinaron que el pequeño sufría un resfriado común; pero, luego, comprobaron que tenía una fiebre de 39,5 grados y decidieron dejarlo otros 90 minutos en observación para, después, darlo de alta con una receta médica para que tomara ibuprofeno y amoxicilina. Sin embargo, la salud del menor empeoró: comenzó a sentir náuseas y vómitos, de forma que los agentes migratorios lo llevaron de vuelta al hospital.

Su muerte fue certificada a las 23:48 horas del día 24, en Nochebuena.

La primera víctima también era guatemalteca. Se llamaba Jakelin Caal, tenía 7 años, y falleció el 8 de diciembre. Su padre, Nery, sigue detenido en Estados Unidos.

El comisionado de la CBP, Kevin McAleenan, afirmó que sus agentes están haciendo “docenas” de viajes al hospital cada día con niños que muestran síntomas de alguna enfermedad.

Al respecto, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional aseguraron que ha habido un incremento en el número de migrantes que llegan a EEUU con alguna dolencia y, ahora, están investigando si esas personas han contraído alguna enfermedad en los albergues donde se hospedan en México.