La primera vez que me engañes será culpa tuya,

la segunda será culpa mía.

Proverbio árabe

El Presupuesto de Egresos de la federación para el ejercicio fiscal 2019 se presentó en medio de altas expectativas de reducciones y reacomodos de los recursos públicos para sustentar el multicitado proyecto de la cuarta transformación que por todos lados pregona el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que no termina de explicar con claridad a qué concretamente se refiere como ejes de acción y políticas públicas centrales en su administración de gobierno.

A pesar de que a nadie le queda claro en qué consistirá la cuarta transformación, es un hecho innegable que ya empezó y va a toda velocidad generando un río revuelto y, por supuesto, genera ganancia de pescadores, que en este caso son los colaboradores más cercanos a López Obrador.

Por un lado tenemos los anuncios de los primeros cumplimientos de propuestas de campaña, pero por el otro, acciones y toma de decisiones que contradicen en lo absoluto la posibilidad de un cambio de fondo, de un crecimiento económico serio, y sepulta el combate a la corrupción.

Para muestra un botón, en un poco más de veinte días de gobierno hemos tenido de todo, contradicciones, disparates, disputas entre los equipos de apoyo al presidente, errores, errores y más errores que obligan al mandatario a salir y revertir muchos de sus planteamientos, pero los daños ocasionados no son resarcidos ni reparados, vamos en un constante prueba-error, pero de las afectaciones que se generan nadie se ocupa, y seguirán generando más daños.

Fue un error cancelar las obras del aeropuerto y tratar de recomprar los bonos, pues es imposible que los daños generados por parar la construcción no generaran a su vez más daños, no calcularon la posibilidad de que los tenedores de los bonos advirtieran la posibilidad de obtener más dinero a causa de este error.

Hoy resulta más caro cancelar en definitiva el aeropuerto que concluir su construcción. Cometieron el error de modificar las leyes a modo para imponer fiscal, ministro de la Corte y funcionarios carnales.

Presentaron un presupuesto que recorta recursos a las universidades; a los organismos autónomos y a todos los sectores que le representan un contrapeso real al nuevo gobierno. Por el contrario, aumentaron las partidas de imagen presidencial y todos los programas clientelares con miras a controlar a los más pobres y necesitados.

Al final, con el presupuesto de las universidades, López Obrador admitió que cometió un error y no le quedó otra opción que prometer regresar los más de cinco mil millones de pesos que habían recortado a la educación pública superior.

Desafortunadamente son muchos los errores que el gobierno federal ha cometido en muy pocos días, y no basta que el presidente los reconozca y trate de enmendar porque los daños ya están hechos y las consecuencias asoman a la puerta.

@perezcuevasmx

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