Se pronostica borrascoso el fin de año en las relaciones entre la República Popular China y Estados Unidos. Todo cambió en cuestión de horas. El viernes 1 de diciembre, en Buenos Aires, Argentina, en donde tenía lugar la cumbre del G-20, “parecía” que los líderes de ambos países, Xi Jinping y Donald Trump ante suculentos bifes habían logrado una frágil tregua en sus problemáticos diferendos comerciales: la guerra comercial bilateral. “Parecía”, pero el gusto duró muy poco.

Casi al mismo tiempo que los poderosos mandatarios compartían el pan y la sal, dijeran los viejos cronistas de sociales, a petición de las autoridades estadounidenses las fuerzas de seguridad canadienses detenían, en Vancouver, a Sabrina Meng Wanzhou, de 46 años de edad, hija y posible sucesora del fundador de la boyante compañía china Huawei, Ren Zhengfei (74 años), uno de los principales empresarios chinos, exoficial del Ejército de Liberación del Pueblo y miembro electo del décimo segundo congreso nacional del Partido Comunista de China. Huawei es una de las más grande fabricante mundial de equipos de redes de telecomunicación.

Conmoción en China

Aparte de ser la heredera de Ren Zhengfei, Sabrina Meng Wanzhou es la CFO (Chief Financial Officer: ejecutiva a cargo de la gestión financiera del fabricante de celulares Huawei) y vicepresidenta del consejo de administración de la poderosa e influyente empresa de telecomunicaciones y telefonía móvil.

Fundada en la década de los 80 del siglo pasado, por Ren Zhengfei, ingeniero del ejército chino, Huawei es una de las empresas más emblemáticas de la República Popular China. El gran centro fabril establecido en Shenzhen, actualmente es el segundo productor mundial de teléfonos inteligentes y el mayor fabricante de equipos para torres de telefonía móvil, redes de Internet e infraestructura de telecomunicaciones, generando 81 mil millones de euros de ingreso en 2017.

La Unión Americana acusa a Sabrina Meng Wanzhou de violar las sanciones impuestas por ese país a Irán y exige a Canadá su extradición. De hecho, la acción judicial estadounidense representa “una nueva escalada” en la pugna tecnológica que libran actualmente ambas naciones.

Claro está que Estados Unidos no ignora la enorme relevancia del personaje en cuestión. Por lo mismo, la detención ha generado una “extrema conmoción” en China. “El gobierno chino usará la máxima fuerza para luchar por la libertad de Meng Wanzhou”, declaró a Reuters Li Xiang, experto en relaciones con la Unión Americana de la Academia de Ciencias Sociales China. Asimismo, Hu Xijing, director del periódico Global Times, en el Twitter chino aseguró: “Es una declaración de guerra”. El hecho es que las aguas entre el Tío Sam y la potencia asiática están muy enturbiadas.

En el fondo del asunto, las razones van más allá de la detención de la rica heredera. Poco antes de la apertura del G-20 en Argentina, Estados Unidos publicó sus datos de comercio exterior. El déficit comercial aumentó un 1.7% en octubre hasta los 55 mil millones de dólares. Las importaciones crecieron el 0.2% hasta un nuevo récord; las exportaciones registraron un descenso del 0.1%. Es el mayor déficit comercial de la Unión Americana registrado en un mes de octubre desde 2008. Porque a estar de la guerra comercial de Trump, el comercio con China alcanzó un déficit histórico de 43 mil 100 millones de dólares. En pocas palabras, el pulso entre China y Estados Unidos no afloja. Empeorará.

Sin embargo, algo inusitado, para el viernes 7 de diciembre, el propio Trump matizó el trasfondo del problema. En su habitual envío de tuits matutinos aseguró: “¡Las conversaciones con China van muy bien!”. Lo cual no es totalmente cierto. Más bien, el mensaje constituía un llamamiento a la calma, que trata de ocultar la realidad de que la detención en Vancouver de Meng Wanzhou, y su posible extradición a territorio estadounidense, pone en claro lo difícil que será para el mentiroso mandatario resolver su enconado conflicto comercial con China.

El conflicto tiene difícil solución, entre otras razones, porque los aranceles impuestos por Trump contra China no están dando los resultados previstos, ya que el déficit comercial estadounidense subió en noviembre a su nivel más alto durante la última década.

En el mismo sentido de calmar las aguas, se manifestaron Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, que no cree que el episodio “se desborde” a las negociaciones comerciales con Pekín. Ambos diferendos, dijo en entrevista a NBC, “van por carriles separados”. Asimismo, Peter Navarro, consejero comercial de Trump declaró a CNN que la detención de la heredera de Huawei y las negociaciones entre China y Estados Unidos “son dos eventos separados” y que su coincidencia en el tiempo únicamente era una casualidad.

Faltan muchos capítulos

Parece que los mercados así lo entendieron. Y algunos esperan que todo quede en agua de borrajas. Pero no es tan fácil. A fines de la segunda década del siglo XXI el punto de apoyo que mueve el mundo es la tecnología y las dos potencias —China y Estados Unidos— están en una lucha, sin límite de tiempo, por alcanzar el liderazgo.

Para contar con información que permita tener una visión más amplia de ese enfrentamiento sino-estadounidense, reproducimos párrafos de un interesante reportaje titulado “La nueva Guerra Fría es tecnológica” del periódico español El País escrito por M. Vidal Liy y X. Fontdegloria: “Una contienda que se encuentra en la base de su guerra comercial, y en la que casos como el de la detención de la vicepresidenta de Huawei el pasado 1 de diciembre en Canadá, acusada por Washington de violar las sanciones impuestas a Irán y por lo que EEUU pide su extradición, o la renuncia del fabricante estadounidense Qualcomm a la compra de la holandesa NXP por no tener el visto bueno de los reguladores de la competencia en China, muestran la disputa entre ambos países. Aunque estos casos no serán los últimos: pese a que China y EEUU sellen un acuerdo comercial en los próximos meses, es improbable que se resuelvan las crecientes tensiones sobre el control de la tecnología porque lo que está en juego es la seguridad nacional —según alegan los implicados— y el dominio mundial”.

“La modernización industrial en China —continúa el reportaje—, durante la última década es evidente. En 2017 fue el país del mundo que registró más patentes (un 43,6% del total), más del doble que EEUU, según datos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Su gasto en Investigación y desarrollo representó en 2016 el 2,1% de su PIB frente al 1,4% registrado 10 años atrás. Varias compañías tecnológicas chinas se han hecho un hueco en el panorama internacional y el país es una pieza clave en la cadena global de suministros Pekín está a la vanguardia en tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el blockchain o la criptografía cuántica”…

“Pero, de momento, Pekín sigue sin controlar muchas de las tecnologías clave de sus industrias y tiene la necesidad de importarlas desde el extranjero. Esta circunstancia ha jugado en su contra en varias ocasiones, especialmente cuando las disputas políticas entran en juego”…

En fin, “es posible anticipar la emergencia de dos polos rivales: uno liderado por EEUU y el otro por China, cada uno dotado de sus redes de infraestructuras”, señala un informe del Instituto Francés de Relaciones Internacionales sobre la Ruta de la Seda, en el que se abordan las prioridades tecnológicas de Pekín. “La emergencia de dos polos distintos, que cohabitarían sin integrarse, es factible si EEUU y China se hacen menos interdependientes económicamente de lo que son hoy en día”, agrega el documento. Hoy por hoy, ese futuro parece aún distante. Pero ya no descabellado.

Así las cosas, Meng Wanzhou compareció el viernes 7 ante un tribunal canadiense para solicitar su libertad bajo fianza, mientras la justicia de Canadá decide si aprueba su extradición a Estados Unidos, donde es acusada de fraude para negociar con Irán y, así, esquivar las sanciones que pesan sobre el país persa. Pero, la fiscalía radicada en Vancouver se opuso a la concesión de la libertad bajo fianza al considerar que la empresaria china podría huir del país. Cuando Meng fue arrestada se disponía a abordar un avión con destino a México.

El Tribunal Supremo de Colombia Británica informó que Estados Unidos acusa a la rica heredera china de haber mentido a instituciones financieras estadounidenses sobre la relación de Huawei con SkyCom, una empresa que realizó negocios en Irán entre 2009 y 2013. El asunto está lejos de resolverse. Faltan muchos capítulos. Vale.