La lealtad tiene un corazón tranquilo.

Shakespeare

Este 5 de diciembre, nuestra ciudad comenzará una era de innovación y esperanza fincada en los principios y compromisos que nutrieron una de las más intensas campañas electorales de su historia; proceso no exento de los enconos y brotes de violencia de quienes, al fin de la contienda, tuvieron que reconocer la sapiencia de un pueblo que expresó su hartazgo hacia la corrupción y los excesos de viejos partidos apabullantemente rechazados en las urnas.

Pese a las advertencias sociales expresadas en todos los espacios y tonos en cualquier punto de la ciudad, quienes le apostaban a la mercantilización del voto ciudadano, quienes despilfarraron cuantiosas sumas del erario para coaccionarlo a favor de quienes les garantizara la continuidad de ese régimen de violencia y corrupción se enfrentaron a un compacto ejercicio social que se tradujo en sufragios a favor de una transformación pacífica que garantiza la recuperación de la ciudad para quien en ella vive, y el compromiso gubernamental de honestidad y respeto al primer pacto social de la capital del país.

La plena conciencia sobre la expectativa generada por la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo como primera gobernante constitucional de la Ciudad de México hoy es motor de un programa de gobierno y de políticas públicas que cumplen y garantizan cabalmente cada uno de los sufragios que nos permitieron un holgado triunfo en la capital de la república.

Desde el primer día posterior a la victoria ciudadana, la titular electa del Ejecutivo capitalino se abocó a construir un proceso de gobierno a la altura del compromiso inherente a la voluntad popular, de ahí que tanto en la conformación paritaria de su equipo como en las políticas públicas y programa de gobierno, la innovación en las formas y del fondo, y el espíritu de la esperanza han generado una impronta indeleble que la población constata día a día en las diversas actividades y en la comunicación que encabeza la doctora Sheinbaum.

Por ello, a la toma protocolaria de protesta ante el Congreso de la Ciudad, la gobernante eligió el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris como escenario del juramento de los integrantes de su gabinete, enviando así un abierto mensaje a favor de la cultura y un cálido homenaje a cien años de la inauguración de este espacio cultural construido y pensado por una mujer cuya huella en la vida cultural de México es innegable, y cuyo compromiso con la clase trabajadora se manifestó públicamente al dedicar la función inaugural, aquella noche del 25 de mayo de 1918, a los albañiles, técnicos y electricistas que lo construyeron.

La innovación y esperanza también se harán patentes en la intervención artístico floral que se llevará a cabo en la plaza del Zócalo, recuperándolo para el uso y disfrute estético de ciudadanos y visitantes.

Parafraseando al bardo inglés, la tranquilidad del corazón de la ciudad expresará esa lealtad que le profesará el primer gobierno constitucional de la ciudad.