Irene Selser

Por primera vez desde el inicio de la revolución digital, las redes sociales sobrepasan ya a los periódicos impresos como principal fuente de información, al menos en Estados Unidos. Esta es la conclusión a la que llega un estudio publicado el pasado 10 de diciembre por el prestigioso instituto Pew Research Center, fundado en Washington en 2004 y dedicado a analizar las tendencias y problemáticas más importantes en la Unión Americana y el mundo.

Cuando la prensa escrita, que desde sus orígenes se caracterizó por plasmar día con día como ningún otro medio una visión jerarquizada de la realidad parece ser la principal víctima de internet y las nuevas tecnologías, el estudio del Centro Pew muestra que uno de cada cinco adultos (20 por ciento) dice que se informa “a menudo” en las redes sociales, es decir un poco más que el sector de ellos (6 por ciento) que se informan todavía a través de los periódicos impresos.

Hace un año, recuerda el Centro Pew, la proporción de los que se informaban en las redes sociales y de los que lo hacían por el papel era casi igual.

Pero en 2018, los estadunidenses ajustaron sus preferencias volcándose hacia las redes sociales, a pesar de que una clara mayoría (57 por ciento) estimó en el estudio del Centro Pew que las informaciones y noticias que ahí se encuentran son “inexactas”.

No obstante, ese mismo porcentaje dijo que eso “no afectaba” la comprensión de la actualidad. Aún más, según el Centro Pew, de ese 57 por ciento, 36 por ciento consideró que las redes sociales, en primer lugar Facebook, los habían ayudado a comprender la actualidad y solo 15 por ciento dijo que no. Hace un año, el Centro Pew reportó que 45 por ciento de los adultos estadunidenses se informaban “a menudo” en su celular, frente a 36 por ciento en 2016 y apenas 21 por ciento en 2013.

¿Cómo explicar esta tendencia? Según el estudio, hay dos factores básicos: en primer lugar, la erosión de la difusión de los periódicos impresos y, en segundo, un ligero aumento del número de estadunidenses que utilizan las redes sociales para informarse. Sin embargo, agrega, la televisión sigue siendo el medio de información más popular (49 por ciento) en ese país, aun cuando ella también registra un ligero descenso desde 2016.

Detrás de la televisión se encuentran los “sitios de información” (33 por ciento), la radio (26 por ciento), las redes sociales (20 por ciento) y los periódicos impresos (16 por ciento).

Llama la atención que los más consultados no son necesariamente los canales de cable sino las cadenas de información locales (37 por ciento) por encima de los primeros (30 por ciento). En tercer lugar se ubican las redes multicanales ABC, CBS, NBC y Fox (25 por ciento).

Como era de esperarse, según el espejo de América Latina, el consumo de información varía en función de la edad: 65 por ciento en la franja de los 50-64 años se informan sobre todo con la televisión —que suma además 81 por ciento de adherentes entre los mayores de 65 años; mientras que en la franja de los 30-49 años la proporción es de 36 por ciento y solamente 18 por ciento entre los 18-29 años.

Las redes sociales son, a su vez, la principal fuente de información entre los estadunidenses de 18-29 años (36 por ciento) por encima de los sitios de información (27 por ciento), la televisión (16 por ciento), la radio (13 por ciento) y los periódicos impresos (2 por ciento).

La fidelidad al papel se mantiene por parte de la población mayor a los 65 años: 39 por ciento de ellos sigue leyendo un periódico para informarse, frente al ya citado 2 por ciento entre la población de 18-29 años, 18 por ciento entre los 50-64 años y 8 por ciento entre los 30-49 años.

En la lista de preferencias de las redes sociales, el Centro Pew coloca en el primer lugar a Facebook con 43 por ciento de adhesiones, seguido por YouTube (21 por ciento), Twitter, el medio preferido del presidente Donald Trump 12 por ciento; Instagram (8 por ciento), LinkedIn (6 por ciento); Reddit (5 por ciento) Snapchat (5 por ciento), WhatsApp (2 por ciento) y Tumblr (1 por ciento).

A comienzos de 2017, Martin Baron, director de The Washington Post, fue claramente pesimista sobre el futuro de la prensa tradicional ante el imperio del teléfono celular y apenas le dio “un tiempo más” a los impresos. “Esa es la realidad, y tenemos que vivir en la realidad”, llegó a decir.

Sin embargo, fue la famosa investigación de Baron sobre los abusos a menores por parte de la Arquidiócesis de Boston cuando él era director de The Boston Globe lo que lo catapultó como impulsor de una de las grandes hazañas periodísticas de la prensa estadunidense. Los hechos, ocurridos en 2002, fueron recuperados en la cinta ganadora de dos Oscar, Spotlight, en 2016, luego de que en su día el diario se alzara con un premio Pulitzer al destapar los escándalos de pederastia que durante décadas habían ocultado la Iglesia católica y las autoridades locales.

Previo a la gala de los Oscar, Martin Baron explicó en un artículo cómo se planteó la investigación y afirmó que “la verdadera recompensa” llegaría si la historia lograse tener un impacto positivo en el periodismo para que, advirtió, “los propietarios de los medios, los editores y los periodistas puedan volver a realizar reportajes de investigación”.

Sin duda, una opción para la prensa impresa frente a la adictiva levedad de las redes sociales.