En un descarnado video vimos y escuchamos a un grupo de actores comandados por Daniel Giménez Cacho reclamarle al diputado Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados en la actual legislatura, la disminución presupuestal en el rubro cultural y educativo, “pero sí les ayudamos”, le dijo el primero al legislador. Curiosamente ambos en su trabajo como actores ya habían encarnado a personajes muy críticos del sistema, ya se conocían.

Utilizando la vieja y conocida metáfora de que el presupuesto es como “una cobija que no alcanza para todos, y cuando se jala da más calor a unos y deja a la intemperie a otros”, quedó claro que ahora al gremio artístico le tocó perder.

Por miedo o prudencia a ser considerados como oficialistas, actores, actrices, directores de cine, músicos, escritores y demás siempre han preferido alejarse de la clase gobernante, argumentan que así mantienen su autonomía y capacidad crítica, sin embargo, es un grupo importante que incide en la representación estética del poder.

La izquierda por décadas con mucha fuerza se ha hecho presente en estos conglomerados, les ha servido para hacer crítica, incluso para educar, sin afán de ser omiso, así se encumbraron moneros como Rius y sus muy exitosos Agachados y Supermachos, Gabriel Vargas y la Familia Burrón, películas como El apando y Rojo amanecer, cantantes de protesta como Oscar Chávez o maravillosos críticos de la vida diaria como Chava Flores. Moneros como Naranjo, escritores como Poniatowska y Monsiváis, o historiadores como Lorenzo Meyer, la lista es interminable.

El gremio cultural se convenció, mayoritariamente, que el proyecto político que mejor les representaba era el de López Obrador, sin duda, el PRI tenía cierta presencia sindical, especialmente a través de la Asociación Nacional de Actores, mientras que el PAN se allegó de algunos actores y sobre todo de muchos deportistas, sin embargo, la masa crítica estuvo cercana al PRD y ya después a Morena.

Tetralogías como las producidas por Luis Estrada, moneros como el Fisgón, escritores como el nada célebre Taibo II, productores como Epigmenio Ibarra o activistas como la cantante Regina Orozco, entre muchos otros, fueron creando la narrativa del México sin rumbo, del país destruido, de la urgencia de un cambio, fueron críticos, incluso inexactos tanto en películas, como en series de televisión, canciones, caricaturas y cuanta expresión posible de las bellas artes existe, si hubo un gremio comprometido con el cambio político del 1 de julio fue el de los artistas.

¿Por qué? Más allá de sus escándalos o problemas íntimos, los artistas son una especie de ciudadanos globales con mucha credibilidad, aceptación social, poco o nulo repudio y cuya voz permea, no importa el estrato económico o nivel educativo al que se pertenezca, simplemente inciden y ya, es parte de su trabajo y lo han hecho bien.

A través de la sátira y el humor, López Obrador permeó, ahora con éxito, prácticamente en todo el país, solo por mencionar un ejemplo, varios partidos políticos intentaron por la vía legal que el personaje conocido como AMLITO o los PGluches fuesen fiscalizados y contabilizados en los topes de gasto de campaña de sus tres campañas presidenciales, tanto la Unidad Técnica de Fiscalización del INE como la Sala Superior siempre se negaron, fueron esgrimidos miles de argumentos unos justos otros abusivos, pero en algo tenían razón, en contra de la voluntad ciudadana no se podía ir, sobre todo cuando eran manifestaciones espontáneas e íntimas que reflejaban su legítima pertenencia a un movimiento político.

Es por ello que causa escozor que sus principales aliados en todas sus batallas hayan sido relegados presupuestalmente sin motivo ni razón, simplemente los olvidó, sin embargo, sin ellos es muy difícil, imposible incluso, permear y lograr el cambio cultural que el presidente López Obrador desea, se puede tener la estructura electoral, operadores políticos y dinero, pero si no hay convencimiento y las traiciones abundan, la permanencia es imposible.

En esto de la realpolitik, como dijo el célebre Cochiloco “una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”…

@DrThe

Representante del PRI  en el Consejo General del IEEM