El Gobierno francés renuncia a una nueva subida de los impuestos sobre los carburantes a partir de enero, que fue la primera de las reivindicaciones de los “chalecos amarillos” cuyas protestas han derivado en una crisis social sin precedentes.

Fuentes del Ejecutivo citadas por los medios indicaron que será el primer ministro, Édouard Philippe, el que va a comunicar “una moratoria” de ese incremento fiscal en un encuentro esta mañana con su grupo parlamentario en la Asamblea Nacional.

Philippe presentará igualmente otras medidas para intentar calmar los ánimos de los “chalecos amarillos”, que el pasado sábado protagonizaron protestas de una violencia inédita en Francia, en particular en París.

“Ninguna tasa merece poner en peligro la unidad de la nación”, dijo en una declaración televisada el primer ministro, Édouard Philippe, tras reunirse con el grupo parlamentario de la LREM. Philippe se refería al balance humano de estas semanas se protestas: cuatro muertos en circunstancias accidentales y centenares de heridos en las manifestaciones.

Las protestas de los “chalecos amarillos” comenzaron hace tres semanas. Su seña de identidad es el cierre de calles, carreteras y autopistas por todo el país, por medio de barricadas. También han bloqueado el acceso a gasolineras y aeropuertos, y se han producido quemas de coches. Desde el comienzo han fallecido tres personas, por atropellos producidos en barricadas.

Philippe recibió ayer a responsables de los partidos políticos que le pidieron que renunciara a la subida de los impuestos sobre los carburantes programada para el 1 de enero.

Anoche, el presidente, Emmanuel Macron, convocó a un gabinete de crisis a una decena de ministros para tratar la situación desencadenada por el movimiento de los “chalecos amarillos” en París, donde el pasado sábado se vivió una jornada de gran tensión con violentos altercados, que se extendieron a toda Francia.

Macron ha anulado un viaje que tenía previsto a Serbia este miércoles y jueves debido a las protestas, que hoy continúan con bloqueos en algunas carreteras y autopistas.

El Ejecutivo francés tenía previsto a partir del 1 de enero un incremento de las tasas sobre el combustible de 6,5 céntimos de euro por litro para el gasóleo y de 2,9 céntimos para la gasolina, dentro de su estrategia para reducir la dependencia del petróleo y favorecer una economía con
menores emisiones de dióxido de carbono para luchar contra el cambio climático.

Con ese nuevo aumento, que se suma al que se aplica desde comienzos de este año (7,6 céntimos para el gasóleo, 3,9 céntimos para la gasolina), se pretendía recaudar unos 3.000 millones de euros anuales.