Jacquelin Ramos y Javier Vieyra

Las imágenes del actor y productor Daniel Giménez Cacho recorrieron los medios de comunicación. Su declaración ante las puertas de la Cámara de Diputados fue tronante: “para AMLO la cultura no es una actividad de su vida, ni la entiende”. Lo anterior lo señaló luego de darse a conocer el recorte al presupuesto 2019 para el sector cultura, lo que ha provocado las primeras protestas de actores, promotores culturales y artistas ante el nuevo gobierno.

Poco antes de ser recibido por el presidente de la comisión del ramo Sergio Mayer, el también activista dijo que “la cultura, el medio ambiente y la educación no son una prioridad para la actual administración”, y comentó que López Obrador “cuando trabajó, aquí en la ciudad, fue un desastre bonito la cultura”.

Lo cierto es que como ya se hizo costumbre, el sector cultural sigue sin subir peldaños en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), por lo contrario, retrocede. Para el año que viene, 2019, cultura figura con un recorte de presupuesto de 522 millones menos que el año anterior, es decir de 12,916 millones de pesos, baja a 12,394 millones de pesos. Ante la reducción de este presupuesto, promotores y académicos señalan que el gobierno no debe quedarse en el discurso y debe demostrar con programas y acciones la voluntad de dar énfasis a esta área.

No obstante, para entender y ampliar el panorama sobre esta reducción en el sector, se debe exponer en principio el paquete económico, el cual se divide en dos grandes tomos: el primero, la propuesta de Ley de Ingresos, y la segunda, el Presupuesto de Egresos. Este último, por obvias razones, es al que se le pone más atención a la forma en que el gobierno distribuye el gasto publico.

Sin embargo, en entrevista exclusiva para Siempre!, Eduardo Cruz Vázquez, especialista en temas culturales, aseveró que es importante mirar el primer tomo, pues en él justamente radica el cómo y de dónde se recauda el presupuesto, y eso es lo que determina “cuánto dinero hay y cuánto no para distribuir”.

“En cuanto a la Ley de Ingresos, al carecer de una reforma fiscal, repite en buena medida la dosis de gobiernos anteriores, lo cual es de pena para un supuesto cambio de régimen. Para el sector cultural no hay nada; incluso se establecen limitaciones al artículo 189 de la Ley de ISR, que refiere a la producción cinematográfica y la distribución de películas, al poner prohibiciones a las empresas para acumular donativos”, apunta el también periodista.

En ese sentido, dice Cruz Vázquez, no se hace mención del Efiartes, lo que hace pensar en su cancelación, generando de esa manera gran preocupación, pues este es un estímulo fiscal para los contribuyentes del impuesto sobre la renta que otorga el Artículo 190 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, con el fin de apoyar los Proyectos de Inversión en la producción teatral nacional; de artes visuales; danza; música en los campos específicos de dirección de orquesta, ejecución instrumental y vocal de la música de concierto y jazz.

“Esto impactara obviamente en el tema que nos interesa que es el ámbito gubernamental de bienes y servicios culturales, exactamente lo que es la Secretaría de Cultura Federal, pero también impactara todos los institutos, secretarías y dependencias de cultura de los estados de la republica, y por supuesto de los municipios, por lo que es evidente, en ese sentido de los ingresos, que no le da tampoco más posibilidades a estos organismos de recaudar más y quedarse con esos recursos”.

 

Frente a un presupuesto inercial

Es evidente, considera el coordinador del GRECU, que nos encontramos frente a un presupuesto inercial, en el sentido de que es una inercia a presupuestos anteriores en su estructura, y que evidentemente es un recurso que lo único que va a hacer es profundizar la precariedad laboral del ámbito cultural.

“Va a profundizar el deterioro de la infraestructura cultural, y por supuesto no va a alcanzar para generar suficiente oferta de trabajo para la comunidad cultural que vive o que tiene tentativas alrededor de ellas en su publico, es decir, quienes hacen exposiciones, quienes editan libros, quienes otorgan becas, quienes van a la ópera o que producen ópera, van a seguir haciéndolo pero ahora con más limitantes, por el rezago que ya traen, más el que ahora van a incrementar a partir de este bajo recurso que no pone al día las necesidades. Realmente es una situación terrible que se avecina”.

Cruz Vázquez, quien ya había adelantado el recorte en su estudio: “Carrusel al Filo de la 4ª Transformación”, expresa que todo lo anterior para nada es una sorpresa, porque durante la campaña política del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador, y de la secretaria designada Alejandra Frausto, hicieron compromisos en materia de financiamiento. Detalló que en este proyecto se aprecia una nula influencia de la funcionaria de cultura y una escasa injerencia de los legisladores que integran la Comisión de Cultura, ante lo cual se ve imposible la reorganización o el rediseño de la propuesta. “No se ve por dónde puedan salir recursos para los famosos etiquetados, ya que en el ramo 23 —que es donde se consideraban— han desaparecido esos renglones”, apunta.

Desde la campaña y durante todo el proceso poselectoral, realmente ni el hoy presidente ni la hoy secretaria de Cultura hicieron mayor ofrecimiento en términos de incrementos de dinero y de una nueva mirada a la política cultural. En el documento que presentó Frausto, llamado «El poder de la cultura», en su momento tampoco se cuidó de hacer ningún tipo de promesas o de compromisos de carácter financiero, y por eso mismo no nos debe sorprender esto, porque finalmente lo que refleja es lo que sabemos. Desde el principio sabemos, desde campaña, que las prioridades del hoy mandatario están en el ámbito social y no dentro del ámbito de la política cultural, entonces no nos debe sorprender”.

Cómo se va a ejercer el presupuesto

Ahora bien, dice Cruz Vázquez, hay que entender los tres escenarios que abarca este asunto presupuestal: lo que el Presupuesto de Egresos autorizó para el 2018 —y que supuestamente es el punto de referencia—, lo que realmente habrá ejercido hasta el 31 de diciembre de 2018, y lo que es la propuesta para 2019.

“Es muy difícil que la gente entienda este escenario, y esto es también trampa del mismo gobierno, porque una cosa es lo que el Congreso autoriza en ese momento para el año, y otra cosa es lo que se ejerce al final, lo que se conoce como “cierre del año fiscal”, es decir, al final del año se da cuenta si gastaste de más o de menos, se hace por ejemplo un corte de caja, por decirlo popularmente, esto es lo que pasa con el presupuesto federal”, señala Cruz Vázquez, quien apunta que siempre se toma como referencia lo que se autorizó en el inicio del año sin la molestia de verificar las cifras que se generaron en todo el año, por lo que queda de alguna manera mal el gobierno: “No creo que vayan a quitarle a otras partidas u otras asignaciones para aumentarle a cultura, al menos que estén jugando el juego que suelen realizar los legisladores y el propio Ejecutivo, en el que “se plantean un presupuesto, para luego modificarlo y quedar bien con todos”.

En conclusión, menciona Cruz Vázquez, el escenario apunta en seguir en la batalla para un presupuesto posible, y si no, pedir una vez que se apruebe a la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, que haga una exposición amplia, detallada y convincente de cómo se va a ejercer este presupuesto: “Debemos de tener al menos buenas políticas de empleo y transparencia que ha ofrecido el presidente. Pedirle que sus secretarios se informen adecuadamente del ejercicio del gasto publico y que expliquen la forma en que se van a mantener todas las necesidades que tiene nuestro ámbito gubernamental”.

El cine, uno de los más afectados

Se habla de que uno de los ramos más afectados con la reducción del presupuesto de cultura en México para 2019 es el séptimo arte, y no hay más que ver las cifras que la Red Mexicana de Festivales Cinematográficos expusieron a través de sus redes sociales. Aseguran que, en conjunto con el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y los Estudios Churubusco perderían más de $50 millones de pesos en comparación con el monto asignado a las artes en el último año de gestión de Enrique Peña Nieto. Aquí algunas de las cifras manifestadas:

CCC | FORMACIÓN
PEF 2018: $30,368,560
PEF 2019: $ 28,709, 284
Diferencia: – 1,659,296

ESTUDIOS CHURUBUSCO | PRODUCCIÓN
PEF 2018: $39,388,807
PEF 2019: $29,620,195
Diferencia: – 9,768,612

IMCINE | PROMOCIÓN Y EXHIBICIÓN
PEF 2018: $274,272,322
PEF 2019: $231,243,096
Diferencia: -43,029,226