La comunicación social del gobierno de la república, entendido como el discurso de Estado mediante el cual el gobernante establece la estrategia retórica con la cual se dirigirá a sus gobernados, en muchas ocasiones se reduce a frases llamativas que se queden presentes en el imaginario colectivo, utilizando más técnicas de mercadotecnia que verdaderos mensajes trascendentes, reduciendo esos actos a mera propaganda, es así que podemos recordar el famosos “Mover a México” e incluso podríamos asimilarlo con la llamada cuarta transformación “4T”.

Resulta conveniente, cuando se opina sobre gobiernos, realizarlo con fundamentos objetivos y no con base en antipatías ideológicas, por ello, a menos de un mes de iniciado el sexenio, poco podremos saber sobre resultados, sin embargo, lo que es evidente es que en éste corto tiempo se ha visto modificada la relación entre gobierno y gobernados de una manera “radical” como fue la promesa del presidente López Obrador.

El pasado 24 de diciembre, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal del año que está próximo a iniciar, en medio de sesiones polémicas como cada año, solo que esta vez estrenando oposición y con diferencias marcadas en la distribución de recursos públicos.

Existen hechos que no por incontrovertibles son menos polémicos, es el caso de la redistribución de recursos planteada por el gobierno entrante y las bancadas que apoyan su proyecto de nación, claramente el gasto hacia el ámbito social sienta las bases de una nueva relación económica entre los entes del Estado y los beneficiarios de las acciones de gobierno, es así que queda evidenciado en el plano estratégico la intención del nuevo funcionamiento concurrente y distributivo de la riqueza.

Ante esta realidad, diversos colectivos, instituciones autónomas y corporaciones con gran influencia decidieron movilizarse para exigir aumentos en los presupuestos designados para sus ramos, tal es el caso de la UNAM, o bien grupos culturales y algunas agrupaciones campesinas con fuertes filiaciones partidarias. En contraste con las dos administraciones pasadas, las demandas fueron atendidas, no se reportan presos políticos e incluso el presidente reculó sobre algunas disposiciones que no guardaban la congruencia necesaria con lo prometido en campaña.

Por ahora, los elementos que se tienen para juzgar el corto proceso de la 4T revelan fuertes diferencias entre los actores que dominaron los últimos treinta años y el nuevo proyecto de nación, como ciudadanos no debemos perder de vista que el PEF debe ser ejercido siempre en beneficio de la colectividad, potencializar la creación de proyectos estratégicos focalizados en el desarrollo nacional y articulado dependiendo de las necesidades y peculiaridades de cada región de la nación.

Desde la selva chiapaneca aprovecho este medio para desearle a los lectores y al muy generoso y profesional equipo de la Revista Siempre! un próspero año 2019.