Pero, sobre todo últimamente, se han sumado otras profesiones que en este género cumplen la función de investigador. Por ejemplo, el médico forense Quirke, de Benjamin Black, el fiscal Félix Chacaltana Saldivar, de Santiago Roncagliolo, o la juez Mariana de Marco de J. M. Guelbenzu. Y resulta muy adecuada por sus connotaciones la de periodista. Así, el Mikael Blomkvist de la famosa serie Millenium, de Stieg Larsson. Precisamente, un periodista de investigación protagoniza la última novela del escritor y también periodista argentino Reynaldo Sietecase, que, en narrativa, tiene en su haber las novelas Un crimen argentino, A cuántos hay que matar, y la colección de relatos Pendejos.

¿Por qué alguien que mató se quita la vida? se pregunta el Tano Gentilli en relación a su descubrimiento de que varios militares acusados de represión y de crímenes durante la última dictadura en Argentina se han suicidado. La extraña coincidencia no le parece por azar y decide investigar, pues todo apunta a que esos “suicidios” han sido cuando menos inducidos. Para averiguar lo que sucede se traslada a Río de Janeiro y con un colega se interna en la más peligrosa y multitudinaria favela de la ciudad brasileña. A la par que esta trama, en Buenos Aires se desarrolla otra paralelamente: al abogado Mariano Márquez le pide una diputada que investigue al general Martín Belziuk, acusado de asesinar a sus padres.

Realidad e invención se entremezclan en una historia en la que Sietecase nos sirve de nuevo lo que señaló el también escritor Tomás Eloy Martínez de su compatriota: “En la ya larga tradición de la novela policial argentina, Reynaldo Sietecase crea una variante inexplorada: la unión de la política con el thriller de terror”. Y ello mediante un estilo contundente, en absoluta simbiosis con la tensión en la que nos sumerge.