Bajo una dimensión literaria y en sus siempre claras tomas de posición ante la sociedad y la historia contemporánea, es como Héctor Hernández Montecinos, poeta y ensayista, trabajó arduamente para entregar al lector el devenir consecuente del pensamiento de Raúl Zurita, a través de Un mar de piedras, obra que compila más de 300 entrevistas que le han hecho al poeta chileno desde finales de los setentas hasta el año pasado en Chile, divido en las zonas temáticas: Como un sueño, Un tal Zurita y Cielo abajo.

“Si se va la poesía significa que desaparecen los sueños y sin sueños no duramos ni diez minutos vivos. La gran mayoría de las personas que se suicidan es porque no pueden vivir sin una imagen del mañana, la poesía es la imagen del mañana”, advierte en entrevista para Excélsior, Premio Nacional de Literatura de Chile constructor de un maravilloso dialogo con la poesía, para convertirse, en una de las voces más destacadas de la literatura chilena contemporánea

Si bien no es una biografía, la obra a decir de Zurita, “es, y no es” el personaje que se vive en el volumen, pues asegura, el editor lo hizo todo, selecciono todas las entrevistas: “Yo solo hablo a través de las entrevistas, y no me metí para nada”.

Paradójicamente, este libro sale en una etapa de crisis que tiene que ver con la forma de escribir y su propia salud castigada por la enfermedad de Parkinson, el mismo Zurita explica que vive momentos de angustia, pues existe todavía mucha poesía dentro de él, sin embargo, dice ya no poder teclear: “Se que es una señal, si te angustias es que algo está pasando. Si te da lo mismo significa que se acabó”.

La obra editada por el Fondo de Cultura Económica, parte de una reflexión fundamental de Zurita, pues asegura que la idea que hay detrás de la realización de una obra es que se trata de un largo y tortuoso camino en que lo único que te puede liberar del fracaso no es el triunfo, sino una cierta sabiduría frente a ti mismo: “si logras entenderte dentro de ese torbellino de cosas, si logras perdonarte tus propias limitaciones o perdonar las de otros. Entonces, ahí no hay ninguna posibilidad de fracasar en tu propio mundo”.

Raúl Zurita estudio Ingeniería Civil en la Universidad Federico Santa María de Valparaíso, ciudad en la que conoció a Juan Luis Martínez, junto a quien desarrolló posteriormente una intensa actividad creativa. De ahí nació el Colectivo Acciones de Arte (CADA), también integrado por Diamela Eltit, Lotty Rossenfeld, Fernando Balcells y Juan Castillo. El objetivo de la agrupación era intervenir el espacio urbano con imágenes que cuestionaran la vida en el Chile dictatorial.

Las acciones de protesta emprendidas por Zurita en contra del orden imperante provocaron una gran polémica: entre otras, el autor chileno llegó a quemarse el rostro con ácido. En línea con su voluntad por transgredir el signo lingüístico, en 1982 escribió sobre el cielo de Nueva York el poema La vida nueva.

Sus dos primeros libros fueron Purgatorio y Anteparaíso (1982), títulos que presentan, en opinión del académico Rodrigo Cánovas, “una liberación de los códigos represivos que a través de la historia han tratado de subyugar al lenguaje”.

Tras la publicación del ensayo Literatura, lenguaje y sociedad, en el que aborda su proyecto estético personal, la inmersión en la angustia humana quedó plasmada en Canto a su amor desaparecido (1986) y El amor de Chile(1987).

En el año 2000, recibió el Premio Nacional de Literatura, tras lo cual inició la escritura de Zurita (2011), un libro monumental de casi 800 páginas, en las que dibuja las horas previas al 11 de septiembre de 1973, fecha del estallido del golpe de estado de Augusto Pinochet.