El Estado mexicano tiene por imperativo el combate a la corrupción a través de su gobierno como elemento activo de la citada estructura, en la actualidad el asunto del desabasto de gasolinas ha logrado acentuar los perjuicios que provocó el robo de combustible que fue solapado en los últimos sexenios. El objetivo del gobierno federal de combatir el denominado huachicol seguro es compartido por amplias mayorías de la población, aunque los medios se discuten.

En Michoacán, el desabasto de gasolinas ha dejado un saldo negativo para los sectores productivos, por ejemplo en el sector hoteleros han hecho sus cuentas. La dirigencia de la Asociación de Hoteles y Moteles del Estado de Michoacán, AHMEMAC, hizo un corte con los siguientes datos: una disminución en los ingresos por el orden de los 10 millones de pesos. Se reportan cancelaciones en las reservaciones para el mes de enero y febrero. En 2018, la ocupación hotelera en enero en todo Michoacán fue de 49 por ciento y en febrero de 2018 fue de 46 por ciento. Durante estas primeras dos semanas se tiene una ocupación hotelera menor entre 5 y 10 puntos porcentuales dependiendo de la región.

Asimismo, el sector restaurantero, Canirac Michoacán, tiene sus cifras: pérdidas económicas del rubro ascienden a los 60 millones de pesos, cierre temporal de cuatro restaurantes, histórica baja en afluencia de comensales; retraso en la logística de suministros de proveeduría en los negocios del sector restaurantero. Inasistencia laboral debido a la falta de combustibles en sus autos particulares y de transporte público.

 

Los grandes problemas no solo se resuelven a golpe de voluntarismo.

 

Otros sectores, en específico la Confederación Patronal de la República Mexicana, la Coparmex, reporta en Michoacán afectaciones por el orden de 40 por ciento (sobre las casi 900 empresas registradas), en la productividad y operación de comercios y empresas. El desabasto de gasolina registrado en las últimas semanas ha provocado que aproximadamente 360 empresas y negocios se vean afectados y alcancen perdidas económicas por más de los mil 250 millones de pesos en al menos tres entidades del país, incluida Michoacán.

Ante los días de mayor desabasto de gasolina, las plantillas de trabajadores registraron ausencia en los centros de trabajo de hasta un 40 por ciento. En tanto la distribución y logística además de suministro de productos llegó al 30 por ciento.

Eso sucedía hasta el 14 de enero en Michoacán, el gobernador Silvano Aureoles Conejo se ha quejado de la desatención del director de Petróleos Mexicanos Octavio Romero Oropeza quien no ha dado respuesta a las llamadas telefónicas ni a una misiva que en su momento se le envió, ello porque ya en la entidad que viera nacer a Francisco J. Múgica, exgobernador de Tabasco y Michoacán, se tienen veinte días contados hasta la primera quincena de enero con problemas del desabasto.

La corrupción en Pemex es un asunto de mucho tiempo atrás, la impunidad fue el manto que la cubrió desde niveles altos de la burocracia gubernamental, la connivencia  en los últimos sexenios está clarificada.

Lo que también es obvio es que faltó una mejor planificación para la estrategia que operó el gobierno federal en el combate a la corrupción que ha llevado a minar a Pemex, es un imperativo desterrar y castigar a los culpables, no más impunidad. Aunque los grandes problemas no solo se resuelven a golpe de voluntarismo.