El peligro se repara.
Cervantes
Importante centro evangelizador de Nueva España, el templo de San Fernando y su Colegio de Propaganda de la Fe, ha sufrido a lo largo de centurias los embates de sismos que lo han dañado de diversas formas.
García Cubas nos describe vívidamente el “pavoroso terremoto del 19 de junio de 1858”, el cual causó un grave desperfecto al vetusto complejo conventual, cuyo templo debió mantenerse cerrado hasta lograr las importantes reparaciones que ameritó entonces el estrago provocado.
Edificado en los linderos de la vieja capital colonial, este centro franciscano vio partir de sus muros a los frailes mallorquines Junípero Serra y Pere Palau, cuyo celo evangelizador los llevó hasta las tierras de la Alta California, en donde erigieron misiones relevantes como San Francisco, Santa Ana y San Diego.
Fundado el 30 de mayo de 1731, fiesta de San Fernando rey de España, el guardián del primer convento novohispano de San Francisco celebró una solemne misa para solicitar la intercesión divina, a efecto de encontrar el espacio propicio para implantar en la Ciudad de México un Colegio de Propaganda Fide dedicado al Santo Rey Fernando, el cual se convirtiera en el centro de la transformación monástica y evangelizadora requerida por la Iglesia y la corona española para fortalecer la fe católica ante el avance del protestantismo.
El 15 de octubre de 1733, el rey Felipe V autoriza a Fray Diego de Alcántara iniciar las obras de edificación del templo y la iglesia en los terrenos anexos al hospital de San Hipólito.

La magnificencia alcanzada por este complejo se debe a la visión del plano elaborado por Carlos López, el cual fue cristalizado por los arquitectos Antonio Álvarez y Miguel José de la Rivera, a quienes acompañó el artista Gerónimo de Balbás, uno de los más conspicuos escultores novohispanos, cuya “maña arquitectónica” fue causante de su despido y, seguramente, de la austeridad en la fachada principal del templo, portada que no pierde su relevancia merced al altorrelieve central cuyo interior historia la vida del rey Fernando mediante un magnífico panel pleno de alegorías bíblicas y de figuras celestiales que dan cuenta de las devociones del rey santificado.
La Reforma propició la lotificación de sus huertos y accesorias, hasta quedar reducido a lo que actualmente de él conocemos, donde destaca el Cementerio Nacional en el que se inhumó a Juárez y a su familia.

Los sismos de septiembre de 2017 profundizaron viejas cicatrices del templo; en octubre de 2018 el perito Jorge Katthain Vilches decretó su calidad de no habitable por medio de un dictamen que fue deliberadamente ignorado por las autoridades, hasta que el pasado 10 de enero hallamos el documento que, tras su análisis y certificación, nos obligó —parafraseando a Cervantes— a “reparar el peligro” decretando precautoriamente la suspensión de las actividades propias de la parroquia, en tanto las autoridades tomamos las acciones necesarias para garantizar la seguridad y el derecho a la memoria a que este inmueble obliga.
