Entrevista a Leonardo Núñez | Internacionalista CIDE

Mientras la premier británica Theresa May presentó este lunes al Parlamento un plan B, que es considerada una versión muy parecida a su plan original en donde va en contra del segundo referéndum, de la unión aduanera y de la prórroga del artículo 50, el partido laborista encabezado por Jeremy Corbyn, se pronunció por primera vez, por celebrar una segunda encuesta.

Sin ofrecer una salida alternativa, May dijo a la Cámara de los Comunes  que celebró reuniones constructivas con los líderes de los partidos excepto con Corbyn. Dijo que solo hay dos maneras de evitar un brexit duro: revocando el artículo 50 con lo que se daría marcha atrás a la decisión del referéndum de permanecer en la UE y la otra es logrando un acuerdo con la Unión Europea.

Por su parte, el partido laborista  se pronunció por una enmienda  para que el gobierno realice una votación sobre dos opciones: su plan alternativo Brexit y si hay que legislar para celebrar un segundo referéndum que sería respaldado por la mayoría del parlamento.  El plan B de May será votado el próximo 29 de enero.

Siempre! conversó con el politólogo e internacionalista del Centro de Investigación y Docencia Económica, CIDE, Leonardo Núñez González.

“Theresa May, luego de la última votación, se mantiene en el cargo. Lo interesante o el problema está en lo que sigue para la negociación del brexit porque hasta el momento la fecha límite sigue siendo la misma, el 29 de marzo. Si no hay un acuerdo, se daría un “hard Brexit”, como lo están nombrando, que es una salida dura, sin ningún tipo de acuerdo. Esto es, Reino Unido saldría de la unión aduanera, se limitaría el tránsito de personas de manera absoluta, se establecería un sistema  de visados porque ya no sería la zona libre de tránsito, habría grandes consecuencias y hasta el momento esa fecha no se ha movido.

Hay varias posibilidades. Una de ellas es que puede haber una prórroga hacia la fecha del 29 de marzo como el día de la salida, pero para que esto suceda tendrían que votar de manera unánime todos los miembros de la Unión Europea. Sin embargo, eso se vería como un signo de debilidad y probablemente fortalecería a los partidarios más radicales de Reino Unido; otra posibilidad es que regrese a la discusión pública en Reino Unido la viabilidad de un segundo referéndum.

Hay que recordar que esta posibilidad adquirió fuerza cuando el Tribunal de Justicia Europea emitió una resolución en la que declaró si antes del 29 de marzo, por medio democrático, el Reino Unido se desistía de su decisión de salir de la Unión Europea, se aplicara el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, que permite a un país, unilateralmente, detener la salida sin que  los otros 27 países tengan que dar su consentimiento. El proceso podría detenerse, en la medida en que en el Parlamento no ha podido aprobarse el acuerdo. Al acercarse la fecha de una salida abrupta, se adquieren mayores probabilidades de realizar un segundo referéndum, lo que también genera un peligro increíble porque puede suceder que el referéndum reafirme la decisión de irse el 29 de marzo, y sería otra vez una salida dura.

La votación de este martes sobre el acuerdo de brexit fue abrumadora, con 432 votos en contra y 202 a favor.

Y sin haber logrado nada…

Sin haber logrado nada. May tendrá que buscar un nuevo acuerdo entre la Unión Europea y el Gobierno de Reino Unido pero también Reino Unido ya ha dicho el portavoz del presidente de la Coalición que el acuerdo al que se llegó con Teresa May es el único que están dispuestos a aprobar y no queda claro qué modificaciones podrían obtener o que nuevo acuerdo podría darse. Estamos otra vez ante un escenario de mucha más incertidumbre donde el reloj sigue avanzando de cara al 29 de marzo, es un juego de estira y afloja, donde la Unión Europea no quiere mostrar señales de debilidad porque ellos quieren dejar muy claro el mensaje de que la salida de la Unión Europea es costosa y que no van a someterse más allá del acuerdo al que ya habían llegado. Si se llega a aceptar una prórroga solamente daría más gasolina a los radicales de Reino Unido, también por eso tratan de mantenerlo como una opción que tal vez solo se perfilará en la medida en la cual se acerque el 29 de marzo y no haya un acuerdo.

¿Papel que ha jugado May?

Ha sido una figura verdaderamente estoica porque cuando uno ve las defensas que ha hecho en el Parlamento de sus proyectos, incluso sabiendo la cantidad de votos que tenía en contra, sigue ofreciendo el mensaje de que “esto es lo mejor que podían tener”, o tendrían que salir de manera abrupta. Me parece que ella ha mantenido una postura de la cual no puede desviarse porque si se da la discusión de un segundo referéndum, se desmoronaría el poco apoyo electoral que le queda, porque hay que recordar que ella ya llamó una vez a elecciones generales creyendo que podría tener mejores resultados y acabó perdiendo más asientos de los que tenía originalmente.

Como le pasó a Cameron…

Exactamente, Teresa May está haciendo lo que puede hacer con las fichas que tiene, ya superó la moción de censura porque de lo contrario hubiera sido un salto al vacío. Sin embargo, los tres escenarios permanecen en pie: el brexit se detiene y es porque lo hace la primer ministra o porque crecen las presiones para un nuevo referéndum. La segunda, es que haya un hard Brexit — una salida dura— de la UE, ante la incapacidad de obtener un voto mayoritario en el Parlamento, el gobierno podría optar por dejar transcurrir el plazo hasta el 29 de marzo, fecha de terminación automática de la pertenencia británica a la Unión Europea. O que haya un nuevo acuerdo en el que la Unión Europea ceda a nuevas solicitudes.

 

[su_note note_color=”#090909″ text_color=”#fefefe” radius=”0″]El brexit, la dolorosa separación

Todo empezó hace más de dos años, cuando la mayoría de los británicos votaron en un referéndum para salir de la Unión Europea, a lo que se le llamó brexit abreviatura de las palabras inglesas Britain (británico/a) y exit (salida).

El Reino Unido, ahora desunido; se sumó al bloque continental, actualmente conformado por 28 países, el 1 de enero de 1973, pero en junio de 2016 los británicos decidieron abandonar la Unión Europea y poner fin a una relación de mas de cuatro décadas.

En esta votación, 48.1 por ciento de los británicos votó a favor de quedarse en el bloque, pero 51.8 por ciento se pronunció a favor de abandonar la UE. La separación ha sido muy difícil para Reino Unido, ya que la pertenencia a la Unión Europea implica la aceptación de las llamadas “cuatro libertades fundamentales”: la libre circulación de trabajadores, mercancías, servicios y capitales.

 

 

 

El principal argumento de la campaña a favor de la salida fue que con el brexit los británicos iban a “recuperar el control” sobre sus propios asuntos, en particular sobre sus fronteras, lo que permitiría un mejor control de la migración.

La fecha señalada para la salida de Reino Unido de la Unión Europea es el 29 de marzo del presente año, 2019. El plazo sin embargo puede extenderse si el gobierno británico así lo solicita y los otros miembros de la UE están de acuerdo.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea determinó que Reino Unido puede cancelar definitivamente su salida en cualquier momento del proceso, lo que, al menos en teoría, podía no producirse nunca.

Este país ha pasado los dos últimos años y medio tratando de ponerse de acuerdo sobre el tipo de relación que quiere mantener con la Unión Europea, y, por otra parte, negociando los términos de la separación.

La primera intención de esta separación entre Londres y Bruselas se anunció el 25 de noviembre de 2018. La intención de la ministra inglesa era someterlo a votación. Pero al no contar con la mayoría necesaria para la aprobación del acuerdo tuvo que posponer la votación.

Entre otras cosas, el acuerdo establece un periodo de transición que tiene como objetivo darles a las partes tiempo para ajustarse y negociar los términos de su nueva relación. Este periodo se extendería hasta el 31 de diciembre de 2020, y durante el mismo no habría muchos cambios en la relación entre Reino Unido y la UE.

En la cuestión económica este acuerdo indica también cuánto dinero le debe pagar Reino Unido a la Unión Europea por los compromisos adquiridos como miembro del bloque. También se mantienen los derechos para los ciudadanos británicos que actualmente viven y trabajan en otros países de la UE, y para los ciudadanos europeos que viven y trabajan en Reino Unido.

Estela Bocardo

Fuente: INCN

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