Entrevista a María Xelhuantzi López/Profesora e investigadora de la UNAM

La ola de despidos que lleva a cabo el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, de trabajadores no solo de confianza o por honorarios, sino en general, de algunas dependencias del gobierno federal, de Ciudad de México, de universidades públicas, así como de órganos autónomos, forma parte de los 50 lineamientos generales para el combate a la corrupción y la aplicación de una política de austeridad republicana, “es muy lamentable”.

“Ninguna de las razones que dan para proceder así es válida, sobre todo por la forma como se hace. Se argumenta, por ejemplo, en el caso particular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), que el personal es redundante, porque con la introducción de aplicaciones y nueva tecnología se redujó la necesidad de recursos humanos. Las razones pueden ser validas, pero no es la forma. Esos trabajadores, todos en general, tal y como dice la ley, deben ser notificados previamente, deben ser informados de las causas del despido, cosa que no se ha hecho”, señala María Xelhuantzi López, profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la Univesidad Nacional Autónoma de México (FCPyS-UNAM).

La sociologa por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) explica que la ausencia total de sindicatos, reales, que representen a los trabajadores favorece y permite esta situación. Se acredita que estos, si existen en estas dependencias, son controlados por el gobierno, como ha sido siempre.

 

“Lo único que hace la actual administración es utilizar, tal como lo hicieron los gobiernos anteriores del PRI y del PAN, los mismos mecanismos de control corporativo para atentar contra los derechos de los trabajadores. El mecanismos es absolutamente reprobable, desde el punto de vista legal se cometen violaciones brutales a los derechos de esos trabajadores”, explica la también politóloga.

María Xelhuantzi no cree en que los efectos sociales de despidos lleguen a construir una nueva oposicion contra López Obrador, porque no habrá “acciones suficientemente articuladas de los trabajadores para oponerse a los despidos, lo más que lograrán es armar algunas protestas, desde luego legítimas y necesarias, pero es muy diferente el tránsito de una potestas a una organización que eventualmente pudiera derivar en una oposición, esto no sucederá, definitivamente. No sucederá lo más importante: negociar con el gobierno los mecanismos del despido. En este país la negociación colectiva está destruida, la destruyeron los gobiernos anteriores”.

Aunque afirma que “el gobierno actual sin duda tiene la misma dirección, la forma en como procede refleja que en materia laboral no es sino una réplica de los gobiernos del PRI y del PAN. Es omiso con los derechos de los trabajadores, con la negociación colectiva, con sentarse a negociar con los trabajadores, con organizaciones realmente representativas de los propios trabajadores, las modalidades y las formas de cómo se darán los despidos”.

 

Jóvenes, grupo clienterlar de AMLO

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador —asegura— “no tiene una política laboral democrática, sino una política laboral de votos. Lo que busca con el programa estrella que maneja la Secretaría del Trabajo, las dichosas becas, es favorecer en las empresas la sobreexplotación de los trabajadores más precarios y precarizados, que son los jóvenes”.

Explica que el gobierno les dará una beca, un ingreso muy modesto para que supuestamente aprendan, cosa que no sucederá, las empresas de hecho tendrán un subsidio para disponer de mano de obra abundante y barata. La idea que se vende es que los jóvenes son beneficiado con ese dinero que les dará, pero lo que hacen es comprar votos, así como sucedió en el pasado con las políticas a los adultos mayores, son clientelas lo que se está generando.

Afirma que “son grupos clientelares, que es lo que mejor sabe hacer López Obrador, clientelizar grupos sociales muy focalizados otorgándoles ayudas económicas muy precarias, pero que genera lazos de lealtad muy fuertes, no solo con un partido, en este caso Morena, sino con el personaje, el benefactor”.

 

María Xelhuantzi López, Profesora e investigadora de la UNAM

María Xelhuantzi López, Profesora e investigadora de la UNAM

Sin embargo, asegura, esos jóvenes no dejarán de ser ninis, seguirán siendo jóvenes que ni estudian ni trabajan, pero serán votos muy eficaces. Además saldrán a buscar votos desde ya, porque están pensando en la revocación de mandato, habrá una consulta o como se le quiera llamar a eso que hacen, para la revocación de mandato en tres años, entnoces lo que buscan son grupos de voto duro que con tal de defender una pequeña prestación, un ingreso mínimo, ridículo, son capaces de salir a defenderlo caseroleando o lo que haga falta”.

La doctora en ciencia política comenta que es triste lo que pasa en el sector laboral, “muchos académicos sabíamos que López Obrador no se caracterizaría por un gobierno de izquierda en materia laboral, pero comprobamos no solo eso, sino que es un gobierno retrogrado. Utiliza los peores mecanismos del corporativismo en México, porque los sindicatos que supuestamente representan a los trabajadores no hacen nada para defendernos, y por la manera en cómo se utiliza”.

 

“El gobierno de López Obrador en lugar de dar empleos estables y decorosos, se vale de esta aberración jurídica para negarle cualquier tipo de derechos a los trabajadores”.

 

Asimismo, “la contracara de está política de despidos es otorgar becas a jóvenes que votarán en las consultas, en la revocación de mandato y en las elecciones federales dentro de seis años. Como dije, es política de votos, no laboral”.

Señala que “el efecto social no se sentirá de inmediato, será progresivo como lo ha sido en México en los últimos 30 años de deterioro de las condiciones de los trabajadores. Muchos de los trabajadores que estaban en una condición de clase media, media baja, pasarán a la económica informal o a la economía delincuencial. Es un gobierno absolutamente errático en materia laboral”, afirma la sociologa.

La figura “de confianza”

Sobre el planteamiento de que se reducirá el 70 por ciento del personal de confianza, así como de honorarios, del gobierno federal, la doctora Xelhuantzi explica que “esta cuestión de la figura de confianza se convirtió en uno de los mecanismos más utilizados para la violación de la ley, para omitirle derechos a los trabajadores, muchos de ellos indudablemente no son de confianza, por ejemplo, en la Facultad de Ciencias Políticas se hizo un diagnóstico a petición del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), y todo su personal administrativo, hasta la secretaria, son trabajadores de confianza”.

“La figura de confianza se utiliza como un recursos dentro del gobierno para evadir prestaciones y el otorgamiento de bases y de plazas a los trabajadores. Trabajadores que no desempeñan funciones de confianza, es la figura predominante, es decir, para un trabajador que realiza funciones permanentes (innecesarias) dentro de una estructura administrativa le dan el calificativo y la condición de confianza”, expresa.

“Le pagan por honorarios, lo cual permite evadir prestaciones, antigüedad, todos los derechos que están en la ley, cuando ese trabajador no es de confianza, ni por el rango que tiene en la estructura administrativa de la institución ni por las funciones que desempeña. El primer ejemplo fue el caso del IFE”, dice.

 

Apunta que ella revisó todo el estatuto del ahora Instituto Nacional Electoral y todo el personal es de confianza, porque es personal que maneja información muy confidencial. “Digo, información confidencial manejan todas las dependencias de gobierno. ¿Quién define qué es lo confidencial o qué es más confidencial? ¿Qué información es o no es? Esto es absolutamente unilateral y refleja la ausencia de sindicatos”.

La investigadora de la UNAM afirma que “ahora, el gobierno de López Obrador en lugar de normalizar su situación, generar plazas, dar empleos estables y decorosos, se vale de esta aberración jurídica, de esta perversión jurídica que le dan para negarle cualquier tipo de derechos a los trabajadores.

Destaca que, incluso, “los ingresos de muchos de estos trabajadores despedidos no superan los 15 mil pesos, no son rangos directivos, es personal que realiza funciones de base, es una mentira lo que están haciendo, nos están engañando y haciéndole creer a la gente que son de confianza realmente”.

“La perversión —agrega— es la figura de contratar en el gobierno mexicano trabajadores que realizan funciones permanentes, necesarias, sustantivas, de una institución, sea cuál sea la función, dependiendo la naturaleza de la función, contratarlos bajo está modalidad. Es muy lamentable lo que está sucediendo, nos habla de un gobierno que tiene un profundo desprecio por los derechos de los trabajadores, por la organización de los trabajadores”.

“Se vale de las peores formas del corporativismo sindical para emprender estos despidos masivos que caracterizaron los gobiernos de Miguel de la Madrid, de Carlos Salinas de Gortari, los despidos masivos en las dependencias gubernamentales, en las dependencias paraestatales, no veo la diferencia, este gobierno dice que no es neoliberal, que es de izquierda, sin embargo no hay ninguna diferencia, los resultados son exactamente los mismos, trabajadores que carecen de derechos, de estabilidad, que tienen empleos y salarios muy precarios, que sin ninguna explicación real, sin ninguna negociación, sobre todo, son echados a la calle, generando más desempleo u obligándolos a someterse a los esquemas de becas de clientelismo que tanto le gustan a López Obrador, porque eso le genera lealtades”.