En 2019, el país tiene varios retos. Uno de ellos: enfrentar las diversas manifestaciones del crimen organizado, como el robo de combustible, lo que comúnmente se conoce como bandas de huachicoleros. Todos sabíamos del crecimiento de este delito, pero solo después de un mes de que la nueva administración asumió las riendas del país se pudieron conocer las dimensiones del problema. Estamos ante un gran desfalco a la nación donde no solo están involucradas bandas de delincuentes, sino una red de corrupción muy amplia que llega hasta las entrañas de la propia empresa.

El presidente de la república decidió terminar con este robo a la nación, cambió la estrategia de distribución, instruyó a las fuerzas armadas el resguardo de las instalaciones petroleras. En estos días, se encontraron situaciones increíbles, como en la refinería de Salamanca, donde existía una instalación clandestina de los tanques de gasolina hacia un depósito fuera de la refinería con una manguera de tres kilómetros, que fue descubierta por el Ejército. Sabíamos de la ordeña de ductos por parte de bandas de huachicoleros, pero lo que se descubrió fue una amplia gama de formas y métodos de robo de hidrocarburos.

El año pasado, en 2018, el gobierno había informado que se desviaron 66 mil millones de pesos por robo de combustibles. Desde que se puso en marcha el Plan contra el Huachicoleo ha disminuido 77 por ciento, lo que significa un ahorro para el país de 2,500 millones de pesos en apenas unos días. Ya se cerraron los ductos, lo que sigue es la aprehensión y desmantelamiento de las bandas de huachicoleros, los que operan en la ordeña de ductos o los que se encuentran en las entrañas del propio Pemex, así como la red de corrupción y complicidades en los diversos ámbitos de gobierno. No debe haber impunidad.

Estos cambios en la estrategia de distribución han generado falta de servicio en algunas estaciones en ocho entidades del país. En este sentido, es importante señalar que el país no enfrenta desabasto, ni escasez de combustibles, las terminales de almacenamiento y despacho cuentan con el suficiente inventario para satisfacer la demanda, el abasto de combustible se restablecerá lo más pronto posible. No debemos hacerle juego a las voces y opiniones alarmistas que pretenden distorsionar esta situación o que pretenden sacarle raja política.

En un país acostumbrado a la impunidad, a que se dicen cosas y no pasa nada, a que es preferible dejar los cosas como estaban antes de acabar con privilegios o enfrentar los problemas, el presidente López Obrador está dando muestras de congruencia y de que es un hombre que cumple su palabra. Combatir el huachicol implica terminar con estos grupos criminales abajo y arriba, desmantelarlos, cerrarles el negocio, fincarles responsabilidades y terminar con la impunidad. Eso significa el cambio de régimen, afrontar los problemas y proteger el patrimonio de todos los mexicanos. Que las bandas de huachicoleros no jueguen vencidas, deben entender que existe una nueva realidad y en ella no cabe la simulación.

 

@MBarbosaMX