Lo ha vuelto a conseguir. La NASA ha abierto el 2019 con una sensacional noticia: ha publicado, con satisfacción, la recepción de los primeros detalles específicos del objeto celeste más lejano jamás explorado por la Humanidad. Se trata del Ultima Thule, sito en el cinturón de Kuiper, a unos 6.500 millones de kilómetros de distancia del Sol. Este martes, la nave New Horizons lo ha sobrevolado para efectuar una amalgama de fotografías que han confirmado lo erróneo de las presunciones previas.

Y es que antes de esta realización de esta misión, el equipo liderado por el científico Alan Stern -partícipe del Instituto de Investigación Southwest-, barruntaba como correcta la idea de que Ultima Thule constituyese la unión de dos objetos planetarios distintos. Pero el científico de la Universidad Johns Hopkins, Hal Weaver, ha afirmado en esta fecha que simplemente es un asteroide con una forma similar a un cacahuete o un bolo, según ha podido vislumbrar a través de las últimas imágenes de Ultima Thule, aún de muy baja resolución.

“Eso es bastante común entre los cuerpos celestiales pequeños del Sistema Solar”, apostilló Weaver en una rueda de prensa desplegada toda vez que se había recibido la primera señal de New Horizons después de completar la misión. En esa alocución, el dirigente explicó la incógnita en torno a las variaciones de brillo de este cuerpo celeste como resultado de la forma del asteroide. Y Stern aclaró que las imágenes pancromáticas de más alta resolución “no llegarán hasta febrero, aproximadamente”. Asimismo, quiso felicitar a los integrantes del equipo de New Horizons.

“El equipo de New Horizons hace que parezca fácil. No lo es. Este equipo pasó tres años y medio trabajando duro para que esto sucediera. Y por lo que podemos ver, obtuvieron una puntuación del 100%”, proclamó el mandatario, quien a su vez publicó que a la mayor brevedad arrancarán con la escritura del primer artículo científico sobre la misión esta misma semana. Un texto que incluirá que Ultima Thule fue el nombre escogido para el objeto conocido hasta ese momento como 2014 MU69 porque proviene de un término de origen griego usado por geógrafos romanos y medievales que indicaba un lugar “situado más allá del mundo conocido”.

El sobrevuelo a ese asteroide rocoso ocurrió a medianoche, a una distancia de unos 3.500 kilómetros del objeto. Pero esta circunstancia no evitó que la primera señal de New Horizons después de completarlo arribara a las 10.30 hora local (15.30 GMT) a la Estación de Rastreo de la Red del Espacio Profundo, situada en Madrid. Esta comunicación sr ha logrado debido a que Ultima Thule viaja a 6 horas y 7 minutos luz de la Tierra, según ha relatado uno de los encargados de la misión. Este mismo representante ha subrayado que quedan retos, como es determinar la duración de la rotación sobre sí mismo del pequeño asteroide -de sólo 30 kilómetros de diámetro-.

Los científicos calculan, tras los últimos descubrimientos, que esa rotación dura entre 15 y 30 horas, a falta de más datos para confirmar esta hipótesis. La jefa de operaciones, Alice Bowman, expuso que desde el punto de vista de la navegación, la sonda “hizo todo lo que se suponía“. De este modo respondió a la cuestión sobre si New Horizons ha cumplido con las expectativas y Stern, por su parte, no fue capaz de aclarar si las cámaras del aparato estuvieron “perfectamente centradas”. Prometió saber este extremo en los próximos días.