Entrevista a María Luisa Bustillos | Gobernadora de Norogachi, Guachochi, Chihuahua

Representantes de los pueblos originarios de Los Altos de Chiapas, Calakmul, Selva Lacandona, Sierra Tarahumara y Sierra Sur de Oaxaca compartieron en el primer Foro Mexicano de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el trabajo que las mujeres y los hombres de los pueblos originarios realizan, desde hace muchos años, para el cuidado de los recursos naturales, lo cual permite hoy día contar con bosques y selvas que proveen de servicios ecosistémicos (agua, aire, biodiversidad, suelo).

María Luisa Bustillos, gobernadora de una de las comunidades indigenas más importantes en la Sierra Tarahumara, Norogachi, en el municipio de Guachochi, Chihuahua, señala que “este foro fue una gran oportunidad para compartir la voz del pueblo rarámuri, escuchar a los grandes científicos que tienen la inquietud y que siguen buscando una solución a la gran problemática que nosotros mismos, como seres humanos, hemos provocado al mundo en materia ambiental”.

Espera que de aquí en adelante todos formen una red de grandes científicos, conocedores, de asociaciones civiles, tener un intercambio de conocimiento, experiencias, e ir buscando en conjunto “las soluciones para sanar todo el mal que le hemos hecho a nuestra madre tierra, bosques, agua, etc., pues al dañarla, nos dañamos nosotros mismos.”

Entrevista a María Luisa Bustillos, Gobernadora de Norogachi, Guachochi, Chihuahua

Entrevista a María Luisa Bustillos, Gobernadora de Norogachi, Guachochi, Chihuahua

La líder indígena comparte cómo su pueblo lucha y se enfrenta contra todo aquello —el progreso—  y aquellos  que quieren terminar con la tierra madre, que buscan marginarlos y desaparecerlos. “Desde la Conquista siempre hay ese interés, ese sentir, ese pensar del conquistador, ser el que ocupe por definitiva estas tierras, pero gracias al fuerte abrazo a la naturaleza, a la organización de gobierno tradicional, seguimos muy fuertes”.

“Aunque no niega que, después de tantos años, sí han sido debilitados un poco, asegura que en la zona del municipio de Guachochi hay pueblos todavía muy fuertes, el gobierno rarámuri tiene todo un sistema, por ejemplo, ser Siríame —gobernador— es la máxima autoridad, fuí elegida gobernadora por el pueblo, de una terna de tres mujeres, aquí no existe un partido político, el pueblo decide quién lo gobierna, escoge a aquella persona que sigue en pie de lucha, que luchará junto a su pueblo, que gestionará, que lleve la voz de todas las comunidades que representamos.

La mandataria tarahumara señala que se ha querido borrar a su comunidad del mapa mexicano, “nos hacen muchísimas cosas, nos intimidan, nos invalidan territorios, hay cosas que a veces no son tan fáciles de solucionar, por ejemplo, el ataque a nuestros jóvenes, que son los más vulnerables, débiles, fácil de que caigan en el alcoholismo, en la drogadicción, de atraerlos ofreciéndoles ganar dinero fácil, metiéndolos en estos ambientres de delincuencia organizada”.

No solo eso, también hay que defender el territorio de construcciones como el aeropuerto Barrancas del Cobre en Creel, municipio de Bocoyna, o de la explotación minera, zonas que aun cuando a María Luisa le queda a tres horas de donde vive, de su pueblo, es una zona dentro de su municipio que es su responsabilidad como regidora de asuntos indígenas. “Tengo que ver desde la parte social, hasta los problemas de educación, salud, es un problema muy muy complejo, porque como pueblo, como comunidad, llevamos solos estas quejas, las autoridades de arriba es dificil que nos escuchen, porque hay involucrados grandes intereses, incluso intereses personales, como este aeropuerto, el gasoducto Corredor Chihuahua, que ya está construido, ¿quién lograr echar para atrás todos estos proyecto que viene de arriba? No lo sé, pero mientras nosotros nos fortalecemos y nos unimos en redes en los pueblos, un pueblo solo no puede enfrentar todas estas problemáticas tan complejas y tan grandes, porque hay mucho desconocimiento sobre las leyes mestizas, cómo se manejan, qué no favorece a los pueblos originarios; están hechas a la medida de ellos, a su entendimiento. Hay cosas que no logramos entender, pero sí nos queda muy claro que nosotros existimos primero que todas las leyes”.

Pese a todo, agrega, “sobrevivimos, seguimos exigiendo respeto a nuestra cultura, lengua materna, nos sentimos hermanados con otros pueblos del norte, sur, este, y de todas partes, porque en nuestras venas corre la misma sangre de pueblos indígenas, tenemos luchas y problematicas similares; en este aspecto nos sentimos fuertes como hermanos, la visión de territorio es tan extensa en todo el país que, donde está mi hermano, aunque no lo conozca, ahí está mi territorio, donde sé perfectamente que seré bien recibido por él, por ellos”.