Entrevista a Gabriel Regino | Especialista en seguridad

En la lucha para combatir el huachicoleo, la refinería de Salamanca fue prácticamente paralizada desde el inicio del año —que originó la crisis por la gasolina—, instalaciones donde se procesan hasta 220 mil barriles diarios de petróleo crudo y que hoy lucen desiertas. En el exterior de la refinería, como se recordará, fue abandonado un coche bomba con dos kilos de explosivos Emulex 1—que sirve para volar materiales en carreteras y presas—, cuyo cableado por fortuna estaba mal colocado y cuya onda expansiva puede provocar daños en un radio de hasta 100 metros. No se dio más información al respecto.

También apareció una manta que se atribuyó en un inicio al Cartel de Santa Rosa de Lima — nuevo cartel que opera en zonas del bajío—,  que luego se deslindó de los hechos y acusó al Cartel de Jalisco Nueva Generación de la amenaza. Una lucha entre grupos criminales.

Lo cierto, asegura el especialista en seguridad Gabriel Regino, ex subsecretario de Seguridad Pública, es que el terrorismo está presente. Se avecina, dijo el también abogado penalista, el incremento de acciones criminales en las zonas donde se da el robo de hidrocarburos para sabotear la estrategia de seguridad, ya que los grupos criminales buscarán opciones para seguir obteniendo los recursos que están perdiendo, en donde cometerán toda clase de delitos. Esta es la entrevista:

“La actividad del huachicoleo es muy redituable porque la inversión para cometer el robo de combustible es mínima, y la corrupción y las áreas donde se concentra la producción de la gasolina, como las refinerías, se convierten en zonas criminógenas y de criminalidad; criminógenas porque ahí está el producto y de ahí se extrae y criminalidad porque ahí se comete ese y otros delitos.

El robo de hidrocarburos se comete porque ahí esta el origen pero también la corrupción a través del cohecho, que constituye un ejercicio indebido del servicio público así como una serie de delitos que van aparejados a estas conductas, como: delincuencia organizada, lavado de dinero, evasión fiscal, así como otros como homicidio, secuestro, feminicidio, portación, acopio e introducción ilegal de armas de fuego al país. Es un panorama muy grande de ramas delictivas.

 

Usted ha señalado la posibilidad de una implosión criminal fuerte, ¿terrorismo?     

Una implosión criminal fuerte se avecina porque si nosotros podemos visualizar que el huachicoleo se ha convertido en la fuente principal de recursos para las organizaciones criminales, quienes han utilizado la violencia para tener una presencia y dominio territorial en las zonas criminógenas de las refinerías, al momento en que se cierra el flujo de esta proyección y proveeduría económica de recursos, los grupos criminales van a buscar opciones para lograr que la actividad del robo de hidrocarburos subsista o que otras conductas criminales les sigan generando los recursos que están perdiendo.

Por un lado, pueden llevar a cabo acciones de sabotaje a la estrategia contra el huachicol. Entre esas estrategias pueden estar: movilizar a la población de esas zonas para que se expresen y reprueben la presencia de las fuerzas armadas, como ha ocurrido en ocasiones anteriores en algunas entidades del país.

También es importante recordar que desafortunadamente en las zonas donde hay criminalidad hay también una disputa de carteles, y esta situación puede también incidir en una guerra psicológica, mediática, entre estos grupos criminales.

 

 

 

 

Terrorismo está presente

Sí, el terrorismo se encuentra presente como una vertiente posible, por supuesto que sí, el terrorismo, la amenaza a las autoridades o el tomar de rehén a la población, por supuesto que sí, es una posibilidad.

La interpretación personal que tengo de la manta que se colgó en las afueras de la refinería de Salamanca, en Guanajuato, es que se trata de una operación de falsa bandera.

Esto es, querer atribuir a un grupo una acción determinada que lo coloque en la mira de la autoridad federal, y entonces esta se ponga a combatirlo y, de esta manera, la autoridad indirectamente le hace el trabajo al grupo que quiere tomar el control de ese territorio. Le crea un conflicto, para mí va en esa dirección por como se presentó el escenario, pero eso no impide que se puedan presentar en realidad actos de terrorismo, eso no lo descarto.

La otra circunstancia cuando hablamos de implosión criminal es en virtud de que para buscar mayores recursos o, por lo menos, recuperar los que están perdiendo, se potencialice el secuestro, la extorsión y los homicidios.

 

 

 

¿Qué opina del manejo que ha tenido el gobierno federal en la materia?

Lo veo bien en cuanto a que, por fin, por primera vez, hay una decisión de enfrentar de manera directa este terrible delito del robo de hidrocarburos; no se había hecho, eso es muy importante.

Sin embargo, también será fundamental que no descuiden las consecuencias de este combate, es decir, no se puede quedar limitado a un cierre de ductos, sino que se tiene que procesar ante la justicia a todos los partícipes de estas organizaciones criminales, y principalmente a los que desde adentro de Pemex las cobijaron; eso es fundamental y no se puede quedar sin castigo. Es también el caso de los políticos, servidores públicos, gasolineros, todo eso debe ser sancionado.

 

Los grupos criminales buscarán opciones para seguir obteniendo los recursos que están perdiendo, en donde cometerán toda clase de delitos.

 

Y sobre la seguridad del presidente, que ha dicho que seguirá con este combate…

Es fundamental que las dependencias como la oficina de la Presidencia de la República, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Secretaría de Seguridad Ciudadana asuman sus responsabilidades. El presidente de la república puede tener un discurso y una posición política, pero quienes tienen a su cargo velar por su seguridad son esas instancias y ellos tienen que hacer su trabajo.

Estamos hablando de riesgos, el presidente puede decir a mi me gusta el contacto con la gente, está bien, correcto; puede decir que tampoco le gustan las escoltas, está bien, a él como persona no le pueden gustar pero es el jefe de Estado, es el jefe del Ejecutivo y las instancias a las cuales él coordina y representa tienen obligaciones constitucionales de ver por su seguridad con independencia de la posición ideológica o política del presidente en turno. Lo cierto es que hay que estar muy alertas.