TOQUE CRÍTICO
Lo expresado por el titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, sobre los exfuncionarios que desmantelaron y quebraron la entidad pública es contundente: además de haberse enriquecido por la abierta corrupción en la entrega de contratos y concesiones a particulares, cedieron la generación de energía a empresas trasnacionales, otorgándoles toda suerte de subsidios para que, en contrasentido, incrementaran las tarifas eléctricas, ocasionando altos costos sociales y económicos para los diversos sectores del país.
Desde que el autoritario gobierno de Felipe Calderón Hinojosa se dio a la tarea de planear el golpe a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) y al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), con su ilegal Decreto de Extinción de octubre de 2009, que dejó sin empleo a 44 mil trabajadores, siempre estuvo presente en la ruta de privatización del sector eléctrico otorgar toda una serie de contratos leoninos a favor de particulares donde la CFE llevó en todo momento las de perder. Hoy debe llamarse a cuentas al exmandatario e incluso someterlo a juicio político por los daños causados a la soberanía energética de la nación, no descartando hacerlo pagar con cárcel por sus actos de consumada corrupción.
Con los gobiernos neoliberales la prestación del servicio eléctrico extravió todo sentido social y su misión de apoyar a los sectores productivos para impulsar el desarrollo nacional. Con la reforma energética no bajaron las tarifas pero sí se generaron miles de abusos a los usuarios por los “recibos locos” de CFE, los cuales ahora exigen el cumplimiento al nuevo gobierno del “borrón y cuenta nueva”.
Por eso, ahora que está saliendo a la luz todo el entramado de los negocios ilícitos realizados por funcionarios públicos como la exsecretaría de Energía Georgina Kesell y su exjefe Felipe Calderón a favor de compañías extranjeras como Iberdrola —la cual los recompensó con generosas contrataciones—, es importante resaltar que desde hace casi una década advertimos en este espacio sobre la encubierta traición a la patria consumada por la tecnocracia neoliberal.
El objetivo es recuperar la infraestructura abandonada, y con ello regresar la batuta de generación de energía a la CFE, con lo que se garantizarían menores precios en todo México.
Luego que el actual director de la CFE, Manuel Bartlett Díaz dio a conocer parte de la lista de personajes enriquecidos al amparo de los millonarios contratos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo énfasis en la urgencia de rescatar la ex paraestatal para producir más energía, promoviendo una real competencia “y que no se favorezca a particulares en detrimento de las empresas públicas”. “Son empresas particulares las que abastecen el mercado con costos muy elevados”, denunció.
El objetivo, destacó el mandatario, es recuperar la infraestructura abandonada, y con ello regresar la batuta de generación de energía a la CFE, con lo que se garantizarían menores precios en todo México. Reitero así el compromiso del Estado mexicano de “no aumentar los precios de la energía eléctrica a los consumidores”.
Por eso, en la marcha del pasado 14 de febrero a la Segob, el SME y organizaciones como la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUEE) insistimos de manera conjunta en la exigencia para que el nuevo gobierno atienda los compromisos pendientes con nuestra organización, aplique el “borrón y cuenta nueva” a favor de los usuarios y valore la iniciativa ciudadana de apoyar el derecho a la electricidad como un derecho humano.
Ha llegado el momento de develar no únicamente las corruptelas generadas en el proceso de desmantelamiento del sector eléctrico nacional sino de poner en claro los encubiertos subsidios otorgados a la operación de las multinacionales que han obtenido millonarias ganancias con la venta de su energía pactada con la tecnocracia neoliberal, porque como lo destacó el presidente: “México ya no es tierra de conquista, eso se terminó”.