Enfrenta la realidad tal como es, no como era o

como deseas que fuera.

Jack Welch Jr.

 

El presidente de la república Andrés Manuel López Obrador durante las ultimas tres décadas ha impuesto estrategias, acciones y determinaciones que influyeron o marcaron la agenda mediática y política de nuestro país.

Políticos, periodistas, lideres de opinión, empresarios, académicos y funcionarios se engancharon una y otra vez, respondiendo a sus ataques, criticas y calificaciones mordaces, con ello alimentaron a sus huestes y le permitieron crear un discurso antisistema, contra la “mafia del poder”, los “fifís”, “los neoliberales”, “los conservadores”, “los enemigos del pueblo”, enemigos que él inventó y sembró en la mente de los mexicanos, para luego hacer creer que él era el único que podía vencerlos.

No defiendo —ni nunca lo hare— a políticos, empresarios y gobernantes que se corrompieron y decidieron causar graves daños a nuestro país y a su gente; quienes enarbolando falsas banderas se encaramaron en un partido, institución, función o área de gobierno o poder solo para enriquecerse a costa de la salud, educación, crecimiento económico, desarrollo humano, social y personal de millones de mexicanos que confiaban en las infinitas promesas electorales. Tan mal están las cosas que, durante muchos años, nefastos, corruptos, ladrones, autoritarios enfermos, funcionarios despreciables y gobernantes han surgido de todas las expresiones políticas, económicas, sociales y académicas; ningún sector se escapa, todos han contribuido con este flagelo que tanto daño nos hace.

 

Darnos cuenta de lo peor y lo mejor en nuestro país sirve para condenar lo que no está bien, exigiendo que se cumpla la ley y se combata la impunidad.

 

También existen buenas personas y funcionarios leales al servicio público, que honran a la política con su actuar intachable, empresarios con responsabilidad social que procuran crecer sus fortunas, pero que tienen un compromiso firme con el desarrollo social y humano, no de pose sino de compromiso con los mas necesitados, académicos que en verdad aprenden y enseñan bien, comerciantes que venden a precio justo y dan completo el producto que comercializan, desafortunadamente parece que son los menos.

Darnos cuenta de lo peor y lo mejor en nuestro país sirve para condenar lo que no está bien, exigiendo que se cumpla la ley y se combata la impunidad. Conocer lo bueno y a los buenos, no en una falsa concepción moralista, sino en la aplicación del sentido común y en cumplimiento de los fines y principios de cada una de las cosas, funciones o acciones, sirve para avanzar, necesitamos crecer y tener un mejor país, mejores oportunidades para todos.

México está en el lugar 138 de 180 países en el índice de percepción mundial de la corrupción 2018 de Transparencia Internacional. La realidad nos golpea de nuevo, mientras nuestro gobierno no atina a gobernar bien; la salida será, una vez más, culpar a todos los enemigos del pasado sin ofrecer solución alguna.

@perezcuevasmx

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