Entrevista a César González Gómez | Experto en historia del beisbol

 

El presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, “está viviendo un partido muy reñido de bajo carreraje uno-cero. Se ha encontrado con mucha resistencia, le están pichando difícil, le están pichando por las esquinas y él está defendiendo su turno, está sacando faul y faul y faul, con tal de seguir vivo y tratar de sacar el hit ganador”.

“Algunos sí le han funcionado, otros lo han ponchado, lo que le pasó en el estadio de los Diablos se podría catalogar en términos beisbolísticos como un ponche y sin tirarle, porque fue un ponche que no se esperaba. Él salió al campo convencido de que la gente lo clamaría, y no, lo dejaron con la bola en la mano…”, dice César González Gómez, cofundador y director editorial de la publicación Cuarto Bat e investigador de los orígenes del beisbol en México, quien hace una analogía de este deporte con lo que sucede en el ámbito político.

Señala que López Obrador no se esperaba el recibimiento con abucheos que la afición le dio durante la inauguración del estadio de los Diablos Rojos del México, Alfredo Harp Helú, el pasado 23 de marzo,  “Él esperaba que por el apoyo que le está dando al beisbol el estadio le respondería, lo cobijaría, le daría una ovación, me extraño mucho que no fuera así, me sorprendió que hubiera esa inconformidad” hacia el primer mandatario.

González Gómez, considera que “más que equivocarse, hizo un mal cálculo al correr ese riesgo, incluso hasta se notó sorprendido cuando sale al campo, pues hay un momento en el que deja atrás a Alfredo Harp, va caminando solo como ensimismado y de repente se acuerda que el empresario está atrás y lo espera para caminar a la par”.

En opinión del experto en el llamado rey de los deportes, “el abucheo se puede interpretar a distintos niveles: uno, siempre el aficionado en bola y en el relajo, expresará su inconformidad; dos, puede ser el inicio de un desgaste para el presidente, entró a un entorno no controlado, donde estaba expuesto a la espontaneidad de la gente y esa espontaneidad fue adversa a él”.

 

El análisis de cuarto bat

César González expresa que ellos publicaron en el portal digital Cuarto Bat, “una serie de nueve videos grabados desde distintos ángulos o localidades que fueron compartidos en redes sociales por aficionados, la conclusión fue que de cada 10 personas había dos o tres aplaudiendo, otras abucheando y otras perdidas en su celular como suele ocurrir. Fue muy poca gente la que le expresó su apoyo de forma abierta”.

“Los presentamos para que la gente llegará a sus propias conclusiones, no quisimos editorializar porque son temas políticos, nosotros hacemos deporte y mezclarlo con política es delicado, pero quisimos presentarlo para ver si fue una erupción espontánea esa inconformidad o si fue algo orquestado como se dice en otros sectores. Lo que apreciamos a través de los videos es que no hay ningún indicio de que haya sido un abucheo orquestado sino que fue algo espontaneo”, asegura.

A lo que el presidente reaccionó diciendo: “no voy a hablar mucho, porque hay algunos de la porra del equipo fifí, pero la mayoría de la gente está a favor del cambio y a favor del rey de los deportes: el beisbol”.

Fue más allá: “…y ahora sí vamos a pichar, les voy a seguir tirando pura pejemoña, los voy a seguir controlando con lisas, con rectas de 95 millas y con curvas”.

“Vamos a seguir ponchando a los de la mafia del poder”.

“Sí,  —dice César González— él respondió al momento que sintió la rechifla, se vio tan sorprendido que se calentó, se molestó y buscó rápido la manera de responder y de utilizar palabras, remates y adjetivos que pudieran generar el aplauso de sus simpatizantes en ese momento, pero no ocurrió, había más adversidad que aplausos”, afirma el experto.

  

El deporte del sexenio

Ante la constante referencia al lenguaje beisbolístico del presidente durante sus conferencias mañaneras y el total apoyo que hay hacia el llamado “rey de los deportes”, según los medios especializados, la oficina para la promoción y el desarrollo de este deporte en México estará en Palacio Nacional, donde López Obrador “tendrá a menos de 90 pies del home a Édgar González, el expelotero que encabeza el proyecto de promoción y desarrollo de este deporte en el país”.

De acuerdo con lo publicado en la prensa, “con 350 millones de presupuesto al año, González emprenderá un programa con tres ejes: más peloteros tricolores en Grandes Ligas (entre 60 y 80 al final del sexenio); títulos a nivel internacional en diferentes categorías, y promoción del beisbol”.

De ahí que para César González el beisbol será “el deporte del sexenio” porque el presidente le está dando un impulso muy amplio, “hacía mucho tiempo que no se veía un presidente que se involucrara tanto en el beisbol. Lo que se ha documentado sobre la vida de Andrés Manuel es que desde niño fue muy apegado al beisbol, de hecho en la actualidad uno de sus hermanos, Pío López Obrador, es presidente y propietario de las Guacamayas de Palenque, un equipo semiprofesional de desarrollo para formar talentos, equivalente a la segunda división en el futbol. Su familia está ahí y desde siempre ha estado involucrada en ese deporte. Es su favorito y por eso lo impulsará como hacía mucho un presidente no lo hacía”.

Explica que antes de que llegará a la presidencia de la república Andrés Manuel López Obrador, “el beisbol profesional, sobre todo en la Liga Mexicana, muchos equipos operaban con dinero de gobierno, de gobiernos municipales, de gobiernos estatales, básicamente así era como sobrevivían”.

“Con su llegada y el apoyo tan abierto que le está dando hay la percepción de que vienen tiempos mejores para los equipos, de que habrá apoyos de distintos tipos y no solo con dinero para operar, sino también para invertir en infraestructura, estadios, modernización de inmuebles, cosas buenas para el beisbol”, apunta.

Sin embargo, el cofundador de Cuarto Bat señala que, todo esto “es una medida discrecional, apoyar al deporte que a él le gusta, porque si un día llega un presidente que le gusta el ping pong le dará miles de millones de pesos, aunque sea un deporte que no le gusta a las mayorías”.

Advierte, que “también está generando cierto recelo, hay sectores dentro del mismo beisbol que tampoco están cómodos porque hay una injerencia muy directa de López Obrador en las ligas profesionales tanto en la Liga Mexicana del Pacífico, prácticamente dijo que tenía que haber en Guasave —Sinaloa— y de pronto la liga tuvo que improvisar y abrir dos nuevas plazas para que el presidente pudiera cumplir su promesa”.

Agrega que “lo mismo quiso hacer con la liga profesional de verano, incluso en una de sus conferencias mañaneras llegó a decir que el equipo Rojos del Águila de Veracruz regresaba, pero no hay manera, tiene que haber una expansión, un movimiento de franquicias. Esa injerencia es loable, en el sentido de que él quiera apoyar el deporte del beisbol, pero es también una injerencia incomoda para los actores que ya están dentro del beisbol”.

Alianza entre empresarios

Aunque González Gómez acepta que existe una gran alianza entre el gobierno y los empresarios dedicados a este deporte, resulta “curioso, porque durante la campaña hubo encuentros de tuitazos entre Alfredo Harp y Andrés Manuel, pero hoy el beisbol los unió, aparecen juntos, se toman la foto juntos, sonríen juntos, ven el beisbol juntos, no sé hasta qué grado, sin embargo, el beisbol está ayudando a suavizar cosas que estaban muy tensas desde la campaña”.

Cabe recordar que el pasado 11 de septiembre, el líder escarlata presumió en su twitter la reunión que tuvo con, el entonces presidente electo, López Obrador, en donde le presentó el proyecto del estadio de beisbol Alfredo Harp Helú, la nueva casa de los Diablos Rojos.

El presidente —dice— “es un enfermo de beisbol, en el buen sentido de la palabra, utiliza todos los términos ampliados al beisbol y le gusta, porque incluso lo usa como un vínculo con la gente. Es el deporte número uno en Tabasco, él sabe que al usar esa jerga beisbolera de forma un tanto irónica conecta con la gente que él quiere conectar, de Tabasco, del pueblo, el pueblo con el que quiere conectar”.

“Lo utiliza como un instrumento de comunicación a pesar de que a la mejor otros ciudadanos no están tan familiarizados con este deporte, pero el presidente se siente cómodo, cree que todo mundo sabe lo que es ponchar a alguien por ejemplo”, destaca.

Coincide con las voces que señalan que el beisbol tendrá un auge en esta administración, por lo que puede ser un buen negocio para invertir y obtener múltiples ganancias. “Todos los que están involucrados en el beisbol creen o presienten que con la participación del presidente habrá más marcas que le quieran entrar, más empresas que quieran invertir, hay la sensación de que vienen buenos tiempos en cuestiones económicas, precisamente por la visibilidad que le está dando el presidente”.

Sobre si seguiremos viendo este tipo de expresiones en los estadios de beisbol en donde se presente López Obrador, dice no saber “si querrá exponerse otra vez a ir a un estadio, se comenta que estará en Tabasco en el inició de la temporada de la Liga Mexicana de Beisbol, cuando le toque inaugurar a los Olmecas de Tabasco”.

“Hay rumores  entre la prensa que cubre este deporte “de que estará para inaugurar y tirar la primera bola, sería otra prueba, pero ya en su estado, con su gente, en donde tiene el apoyo más concentrado, por eso mi predicción inicial es que recibirá una aclamación, una ovación que quizá opacará esto que pasó en el estadio de los Diablos o ¿quién sabe? igual y nos vuelven a sorprender como pasó aquí en la Ciudad de México”, dice.

Lo sucedido  en el estadio Alfredo Harp Helú fue “un termómetro fiel de lo que está ocurriendo, mucha gente que lo apoya, otra que está en abierto desacuerdo con él, se están viviendo tiempos de polarización muy muy fuertes, como nunca antes se había vivido en México”, asegura.

“Y esto —advierte— apenas empieza, porque la polarización seguirá creciendo y en todos los ámbitos, lo que pasa en la política se presenta en distintos ámbitos de la vida, hoy lo vemos en el deporte, en el beisbol que estuvo muy ajeno a todo este tipo de disputas políticas y ahora se convirtió en escenario principal”.