CONSULTORÍA ECONÓMICA

 

La educación 4.0 será el futuro del aprendizaje. Al igual que en la industria 4.0, la transformación digital de la educación es un proceso imparable y de gran impacto para la economía. El cambio viene, es imposible de parar y no se puede mirar para otro lado porque nos jugamos el futuro.

El Internet de las cosas, las tecnologías de punta o las fábricas inteligentes, por mencionar algunos ejemplos, necesitarán competencias y habilidades tecnológicas que solo pueden adquirirse a partir de una educación 4.0.

La educación debe ir más rápido que la revolución tecnológica, de lo contrario se perderán las ventajas que ofrece la tecnología.  En algunos países, como Corea del Sur o Singapur, las instituciones educativas ya cuentan con carreras tecnológicas que aún no tienen oferta laboral. Estos países tienen una visión a futuro sobre las habilidades que se necesitarán, es decir, tienen la certeza de que los puestos de trabajo se crearán en los próximos años.

Por todo esto, la educación 4.0 es el mejor camino para alcanzar un aprendizaje innovador, flexible, personalizado y basado en la analítica de datos (Learning Analytics). A partir de los dispositivos tecnológicos se podrá garantizar una educación más inclusiva y de calidad, fundamentales para una economía 4.0.

Sin embargo, para desarrollar la educación 4.0 es esencial contar con procesos de innovación. Se puede decir que la innovación es el transporte al futuro y a la revolución 4.0, ya que facilita enormemente los procesos de transición hacia las nuevas tecnologías.

No obstante, en México, el ambiente de la innovación presenta desafíos. En 2018, nuestro país ocupó el puesto 56 a escala global, pero tiene la tercera posición en América Latina, en el Índice Mundial de Innovación, elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la Universidad de Cornell.

 

La innovación es el transporte al futuro y a la revolución 4.0, ya que facilita enormemente los procesos de transición hacia las nuevas tecnologías.

 

Las universidades y centros científicos y tecnológicos deberán contribuir significativamente a potenciar nuestro ambiente de innovación. El gobierno federal, a partir de la colaboración entre la Secretaria de Educación y el Conacyt, tendrá que impulsar el financiamiento de proyectos educativos innovadores, así como también de programas específicos que favorezcan el perfil 4.0 y alentar la puesta en marcha de escuelas y proyectos educativos 4.0.

Si bien, el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 asignó recursos para el Conacyt por 24 mil 764 millones de pesos, lo que representa una disminución de 10.4 por ciento con respecto a 2018. Existen programas como el de “Innovación tecnológica para incrementar la productividad de las empresas” que cayó 85.45 por ciento o  el programa de la “Infraestructura científica y tecnológica” que se desplomó 100 por ciento.

Si el gobierno federal no reconoce la importancia crucial de la Cuarta Revolución Industrial y la necesidad de una educación 4.0, los mexicanos perderemos una oportunidad invaluable que nos restará competitividad año con año.

La educación 4.0 promoverá las competencias y habilidades tecnológicas del siglo XXI, especialmente de aquellas que no pueden desempeñar los robots. Sin duda, la tecnología es un catalizador clave del proceso de transformación digital de la educación, por ello es importantísimo seguir impulsando políticas que incentiven su desarrollo.

Afortunadamente, instituciones de educación superior, como el Instituto Politécnico Nacional, ya están orientando sus esfuerzos hacia la educación 4.0, pero es necesario que todos los centros educativos se sumen a esta ola tecnológica imparable.

Las universidades, así como los centros tecnológicos, tienen una enorme responsabilidad para contribuir con el desarrollo económico del país, mediante la formación de profesionistas que tengan las habilidades tecnológicas y el conocimiento innovador para sumarnos a la Cuarta Revolución Industrial. Siempre, pero siempre, deberemos apostar por la educación como un pilar del desarrollo económico. Iniciemos una nueva etapa educativa a partir de la educación 4.0.