Entrevista a Óscar Misael Hernández | Profesor-Investigador del Colef

 

Sin respuestas precisas que aclaren la desaparición de al menos 19 migrantes que viajaban en un autobús de pasajeros que, lista en mano, fueron obligados a bajar de la unidad para luego ser llevados a un lugar desconocido, el gobierno federal lopezobradorista y el gobierno estatal de Tamaulipas, encabezados por el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, continúan su búsqueda en territorio nacional y extranjero, hasta este momento sin resultados.

En este caso, “la ruta que traía esa unidad de transporte, según las fuentes, era de la ciudad de Tampico con destino a la ciudad de Reynosa. Sabemos que en Tamaulipas, la región de Tampico y Madero es, en términos del argot criminal, una plaza muy importante, porque se trata de una región del Golfo de México, una zona costera, pero también una ruta de tránsito de migrantes centroamericanos que pasan por Chiapas o Tabasco, Veracruz y suben por Tampico, pero últimamente hay diferentes grupos o facciones criminales en ciudades como la capital del estado, Ciudad Victoria, que mantienen una pelea reñida con saldos de sangre para la población de la región centro del estado y también hay disputas en las ciudades fronterizas, señala Oscar Misael Hernández Hernández, investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef).

Indica que “casualmente la fecha en que desaparecieron estas personas del autobús, según reporta el chofer de la unidad, fue entre las 12:55 y las 13:00 horas, por la tarde algunos medios notificaron en la red que se oyeron algunos disparos en un puente internacional de Matamoros, donde resultó muerta una persona estadounidense y heridas tres personas centroamericanas que venían de Estados Unidos hacia Tamaulipas, como suele pasar desde hace mucho tiempo vienen con sus unidades, camionetas, camiones cargados y van con destino a Centroamérica”.

El maestro y doctor en antropología social por El Colegio de Michoacán asegura que “esos son indicios de que deberían utilizarse como pistas para nuevas hipótesis, no hay que descartar que sean migrantes, pero no hay que basarse solo en eso, este es un hecho que habla de una realidad de violencia mucho más compleja en nuestra región”.

 

Disputa entre el crimen

En Tamaulipas, “todo el mundo sabe por los reportes, no solo de la Secretaría de Seguridad en el estado o por los medios de comunicación, también por las redes sociales, que hay una disputa entre grupos del crimen organizado que ocasiona efectos colaterales entre la población”, sostiene.

Comenta que “antes los polleros eran actores clandestinos de la migración que, a cambio de un pago y mediante diferentes estrategias, cruzaban a los migrantes a diferentes ciudades en Estados Unidos pero, después de 2010, el sistema de tráfico de personas, al menos de los polleros, se transformó porque el crimen organizado absorbió a estos actores clandestinos de la migración”.

“Hoy lo que se tiene es que, o bien los polleros trabajan de forma independiente, pero tienen que pagar a determinadas grupos o facciones criminales; o estos grupos o facciones tienen sus propios polleros, finalmente se trata de negocios”, dice.

 

Violencia selectiva

El investigador del Departamento de Estudios Sociales del Colef en Matamoros asegura que este caso de migrantes desaparecidos, muestra que “se trata de la desaparición forzada de personas y de un modus operandi desde hace muchos años de algunos grupos, o facciones de esos grupos del crimen organizado que operan en el estado”.

Para el doctor Hernández Hernández “es preocupante que se trate de una violencia selectiva, iban sobre personas muy particulares, independientemente de si son 19 o 22, la información de las autoridades estatales o federales no es muy clara. Esta incertidumbre de cuántas personas fueron debe ser una pista más para pensar que se trata de una forma de desaparición forzada, un acto de violencia, y que se debe abrir otro tipo de hipótesis que no se limite a la que se maneja en términos de que eran migrantes porque nadie ha denunciado, si contrataron servicios de polleros, no estoy tan seguro de eso, no se puede descartar, pero tampoco  se puede partir solo de esa hipótesis, porque hay varios indicios criminológicos que no nos permiten limitarnos solo a ella”.

El reto es que las autoridades, “en primer lugar, se coordinen entre sí y, en segundo, que hagan transparentes todos los hechos. No hay acuerdos conjuntos para la colaboración y compartir información de inteligencia, o bien, sí la tienen pero no se quiere socializar, ahí hay un gran problema entre los diferentes niveles de gobierno”.

Por otro lado, “es un problema netamente político, el partido en el gobierno de Tamaulipas es diferente al partido del gobierno federal, hay diferentes políticas, pero también a las autoridades les falta coordinarse”.

 

El caso San Fernando

En opinión de Óscar Misael Hernández, no se puede comparar el caso de San Fernando con el de los 19, “a menos de que se tenga más información por parte de las autoridades. El caso de las 19 o 22 personas desaparecidas es un caso preocupante, alarmante y a la vez confuso, no se deben buscar analogías con el caso de San Fernando de 2010 y 2011”.

“Esos años con esa población fueron la peor época que ha vivido el estado de Tamaulipas, lo peor que han vivido migrantes centroamericanos en nuestro estado; fue un hecho sin precedentes, una carnicería, uno de los actos más inhumanos en la historia de Tamaulipas”, asegura.

Por el momento —expresa— “son personas que fueron desaparecidas o se encuentran desaparecidas todavía y las autoridades deben enfocarse en su búsqueda y hallazgo para no repetir fenómenos más amplios, catastróficos como el de San Fernando. Esperemos que aún estén con vida”.