El pasado 11 de marzo el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplió unas horas más de 100 días de gobierno. Como lo había anunciado con mucha anticipación presentó el primero de los que serán varios informes trimestrales según sus propias palabras pronunciadas al inicio de diciembre de 2018.

En esta ocasión haremos un ejercicio para señalar a los que la vox populi señala como buenos y malos del gabinete.

Elementos del gabinete legal e integrantes del gabinete político, así se les llama en la jerga periodística a quienes lo acompañan en su gobierno, ya sea desde la Cámara de Diputados, el Senado de la República o desde alguna gubernatura.

En el gabinete legal destaca la presencia de la secretarIa de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien ha logrado llevar a cabo su principal responsabilidad: lograr una equilibrada política interna y una respetuosa y eficaz relación con los gobernadores.

En relación al tema de la Seguridad Alfonso Durazo debe ser calificado como bueno, toda vez que su encargo es uno de los más difíciles y complejos del aparato gubernamental. La violencia no se ha reducido en los primeros 100 días del gobierno de López Obrador. Y creo que no se resolverá ni con la prontitud deseada y menos sin aplicar las respuestas a la altura de la capacidad de fuego que tiene el crimen organizado.

Otros de los funcionarios bien calificados serían el director de Pemex, Octavio Romero, quien enfrentó quizás la mayor crisis de este inicio de gobierno, que es el inicio del combate al huachicoleo; el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa que logró un superávit para el primer mes de 2019 y ha tranquilizado a mercados y empresarios.

Esteban Moctezuma se encuentra preparando los cambios clave a la reforma educativa, una tarea nada fácil. Además ha tenido que lidiar con las negociaciones fundamentales con grupos inconformes tanto de la Coordinadora Nacional (CNTE), como del Sindicato Nacional (SNTE) del ramo y lo ha hecho con resultados apreciables hasta la fecha.

Otro que no ha decepcionado es Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la presidencia, quien se ha encargado de asesorar correctamente al presidente López Obrador en temas espinosos. El último de ellos fue evitar el uso de imágenes del primer mandatario en promocionales de la precandidatura de Miguel Barbosa para contender por el gobierno de Puebla como abanderado de Morena.

Los malos del gabinete son encabezados por la secretaria de Energía, Rocío Nahle, a quien el propio presidente tuvo que salir a salvar en varias ocasiones.

En la lista negra se encuentra también Manuel Bartlett quien quiso anotarse una victoria al difundir los nombres de exservidores públicos que supuestamente lucraron con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa que ahora él dirige, pero fue llamarada de petate y pillos como Luis Téllez siguen tan campantes como los criminales que entran un día en la cárcel y salen de ella unas horas después.

Irma Eréndira Sandoval, titular de la Función Pública, ha sido una funcionaria protagónica y gris en sus resultados.

En cultura destaca la pésima gestión de Paco Ignacio Taibo II, quien al frente del Fondo de Cultura Económica (FCE) pretende imponer sus filias, y el recién “renunciado” Mario Bellatin en el Fonca, quien no se dignó a presentarse ante los becarios para explicarles los cambios que pretende realizar el organismo público.

Entre los peores podríamos nombrar a María Luisa Albores González, secretaria de Bienestar pues, a tres meses de gobierno, no ha logrado establecer una red para entregar de forma eficiente todos los apoyos sociales que López Obrador se ha encargado de presumir como el gran logro de su gobierno.

Así también Miguel Torruco, secretario de Turismo, que primero falló rotundamente al difundir un promocional arrastrado ante las figuras de Morena y del presidente, y después fracasó en su primera feria internacional para promover México en la Feria de Berlín.

Finalmente, el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, estaría dentro de los funcionarios deficientes ya que, aunque descarta que la economía de México esté en riesgo, contrasta con las percepciones de los especialistas que son negativas.