Por invitación de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), asistí al foro convocado por el gobierno federal sobre el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 y en representación de CEMERG propuse en la última mesa sobre cambio climático que el gobierno de México solicite, en la próxima Asamblea General de la ONU, una resolución dirigida al Consejo de Seguridad, exhortándolo a tomar acción en un nuevo tema de seguridad internacional que por primera vez se presenta en la historia de la humanidad: el cambio climático.
Estamos viviendo ya una emergencia, no solo de carácter internacional sino planetaria, con consecuencias que hoy no sabemos hasta dónde pueden llegar, lo que sí sabemos y nos lo han repetido los expertos hasta el cansancio, es que ya empezó a subir la temperatura rompiendo récords históricos los últimos tres años y que tenemos 12 años para no rebasar el aumento de 1.5 grados, que ya será muy complicado.
Mi reconocimiento al esfuerzo del Acuerdo de París y a las conferencias sobre cambio climático que cada año se celebran pero, a todas luces, han sido insuficientes. La última en Polonia tuvo como sello distintivo a Greta, una niña sueca de 15 años que nos dijo a los mayores con toda razón: irresponsables, faltos de verdad y compromiso con las nuevas generaciones… La escuché en el noticiero y de alguna manera me inspiró a hacer esta propuesta tendiente a que el Consejo de Seguridad de la ONU tome cartas en el asunto porque ya estamos viviendo un gravísimo problema de seguridad internacional, que puede incluso ser más grave al detonar muchos problemas sociales globales, tales como migraciones masivas que provocan violencia y graves conflictos; también huracanes y sequías de mayor alcance cada día que generan más pobreza, aunados a la insalubridad de pueblos desprotegidos en condiciones infrahumanas que son campo fértil para guerras y genocidios. Todo esto en medio de la anarquía que vive la comunidad internacional, en ausencia de un parlamento mundial con facultades para legislar y hacer cumplir sus leyes y decretos en todo el orbe.
Ante la falta de gobernanza global solo queda que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: EU, Reino Unido, Francia, Rusia y China acepten el encargo y asuman nuevas facultades.
Ante esta situación de falta de gobernanza global, solo queda que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad: EU, Reino Unido, Francia, Rusia y China acepten el encargo y asuman una nueva responsabilidad consistente en que la Asamblea General les otorgue facultades extraordinarias para expedir las resoluciones vinculantes necesarias y urgentes para revertir el cambio climático y sus consecuencias, con la asesoría del Panel de Expertos de las Naciones Unidas y las demás instancias que corresponda, con el objetivo primordial de enfrentar este fenómeno con toda la fuerza legal que la Carta de la ONU, le otorga al Consejo de Seguridad para hacer cumplir sus resoluciones sobre la seguridad internacional. Nunca habían existido circunstancias como estas, por consiguiente sería la primera vez que se considere el cambio climático como un asunto de seguridad internacional, dada la urgencia que vive el planeta y la humanidad entera.
Si cualquiera de estos cinco países pretendiera ejercer el derecho a veto ante una encomienda de esta trascendencia quedaría en evidencia su absoluta falta de solidaridad con las nuevas generaciones y sujeto al implacable juicio de la historia.
Es difícil aceptar los cambios que se requieren para la mayoría de las personas en general, más si se trata de los intereses creados por las potencias. Sin embargo, llegó el momento en que los problemas se acumulan y, además del cambio climático, se está agudizando la nueva carrera de armamento nuclear entre Estados Unidos y Rusia con el agravante de que China se ha sumado a dicha carrera con armamento más sofisticado que a la vez la perfila como primera potencia económica mundial.
Por estas razones y muchas más, como la guerra digital de la 5G, es urgente que las potencias asuman una mayor responsabilidad y compromiso ante el mundo, en especial Estados Unidos, Rusia y China.
México y el resto de los países no deben permanecer aislados so pretexto de la no intervención que aplica para una posible intervención militar de un país o grupo de países a otro, pero no para contribuir a resolver problemas locales, al contrario, estamos obligados todos: gobierno y sociedad civil a realizar una gran batalla mundial para que nuestros propios hijos no nos echen en cara la dura y justa reclamación de Greta.