REPÚBLICA SOCIAL

 

Uno de los programas más importantes del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador es Sembrando Vida, el cual es emblemático y representativo de unos de los nuevos enfoques que sustentan la política social en el país: el de la inclusión productiva, que tiene un enorme potencial transformador.

En efecto, la reingeniería del gobierno, el diseño de programas, la toma de decisiones nos muestran una visión que prioriza la creación de empleo productivo  como uno de los ejes de la nueva estrategia de bienestar social y de la reducción de la pobreza, lo cual implica un viraje muy importante después de un extendido periodo de políticas asistencialistas, centradas en el desarrollo individual y la atención de la pobreza extrema con sesgos clientelares.

El país viene de un letargo económico, de un crecimiento imperceptible y una desigualdad social y regional insultante, de abandonar a ciertos grupos sociales, ejidos y comunidades. En este contexto, franjas enteras del territorio nacional, con enorme potencial productivo, gran riqueza cultural y de recursos naturales vivieron un periodo aletargado de inmovilidad social. En el discurso institucional, se hablaba de derechos humanos; en los hechos, los programas eran limitados, ayudaban a la subsistencia, pero también a perpetuar la dependencia. Como ha documentado la recientemente creada Secretaría de Bienestar, las zonas más ricas en biodiversidad son aquellas donde se registran los mayores índices de pobreza y rezago.

Sembrando Vida se propone rescatar el potencial y la vocación productiva de las localidades. Plantea que las personas puedan aprender, capacitarse y ejercer un trabajo digno en su propia tierra, con asesoría y acompañamiento técnico. El objetivo central es contribuir al bienestar social de las y los sujetos agrarios en sus localidades rurales e impulsar su participación efectiva en el desarrollo rural integral. También busca reactivar la economía local y fomentar una cultura del ahorro popular.

 

Las personas puedan aprender, capacitarse y ejercer un trabajo digno en su propia tierra, con asesoría y acompañamiento técnico.

 

Resalta la reivindicación del sector social y del sujeto social, ejidos, comunidades,  que resisten la devastación ocurrida en el periodo neoliberal. El gobierno ha considerado que las zonas rurales de México pueden convertirse en un sector estratégico para el desarrollo del campo si se trabaja en incrementar su productividad, con enfoque de sustentabilidad, igualdad y una visión de desarrollo regional a largo plazo, visión que, por cierto, estuvo ausente de la agenda de los gobiernos en las últimas décadas.

Sembrando Vida busca incentivar la implementación de sistemas productivos agroforestales, combinando la producción de los cultivos tradicionales en conjunto con árboles frutícolas y maderables, y el sistema de milpa intercalada entre árboles frutales. Con ello, promoverá, además de la creación de empleos, la autosuficiencia alimentaria.

Se trata de un programa diseñado con la idea de una nueva forma de gobernar, con democracia auténtica, en territorio, con cercanía, relaciones horizontales, aprecio, respeto y reconocimiento por las culturas, las costumbres y formas tradicionales, que rescata el valor del esfuerzo individual y colectivo, con perspectiva de género.

Tiene un sentido de justicia social porque busca combatir exclusiones y desigualdades que nunca debieron ser ignoradas. Sembrando Vida es una herramienta muy valiosa que, complementada con otras políticas y acciones de apoyo al campo, podrá aportar mucho al gran objetivo de universalizar la dignidad en nuestro país.

Diputado

 @ErnestoP_c