OBSERVATORIO POLÍTICO

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador, con el largo colmillo político que lo caracteriza, desbarató con una ironía la miniconjura que trató de armarle el histriónico gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado.

López Obrador les llamó ternuritas a los ingenuos que engatusó el taimado norteño de Corral, con su convocatoria a un grupo de “notables” para convertirlos en contrapeso del poderoso mandatario mexicano.

Corral desorganizó a una desigual, pero, sobre todo, dispersa oposición, para enfrentar a López Obrador.

Pero estuvo tan mal hecha la jugarreta, que a las pocas horas de que la noticia fue publicada por el despistado de Juan Pardiñas en Reforma, varios de los integrantes de la presunta conjura se deslindaron de inmediato de esa horrible ocurrencia.

Como bien lo dijo López Obrador, conformar una oposición no es una ocurrencia, es algo que se construye tejiendo redes con todos y en todos lados; escribiendo, viajando y, sobre todo, hablando sobre un proyecto democrático a todos aquellos a tirios y troyanos.

Andrés Manuel es el mejor ejemplo de esa forma de hacer política.

Le tomó casi 18 años conseguir el omnipresente y casi total poder que hoy ostenta.

López Obrador es un mandatario que tiene bien definidos sus objetivos personales para los próximos seis años, y esa es la razón de que a pesar de algunos resbalones, tanto de él como de sus colaboradores, sigue manteniendo una popularidad de las más altas que haya tenido presidente alguno en México.

Javier Corral quiso ponerse con Sansón a las patadas.

Falló su cerril estratagema.

No supo convocar a los grupos de oposición que efectivamente se habían manifestado en contra del mandatario del actual gobierno.

 

Estuvo tan mal hecha la jugarreta, que varios de los integrantes de la presunta conjura se deslindaron de inmediato de esa horrible ocurrencia.

 

Los “conjurados” no tienen afinidad entre ellos mismos en lo que a las formas de la protesta social se refiere.

Corral representa un gobierno de ultraderecha con tintes fascistoides. Una derecha opositora a López Obrador que nada tiene que ver con posiciones de lucha social genuina, como sí lo es la izquierda del EZLN, de algunos sindicatos o movimientos feministas.

Javier Corral está en retirada política y debe reformular su estrategia y conformar un verdadero contrapeso al poder presidencial. Sin embargo, aún no se vislumbra quiénes serán los personajes que quieran retar a uno de los mandatarios más queridos históricamente, pues actualmente cuenta con más de 80 por ciento de aprobación, de acuerdo con diversas encuestas.

Por el momento, Andrés Manuel no tiene contrapesos ni políticos ni mediáticos de fuerza a su arraigado estilo personal de gobernar. Eso sí, existen, como ya mencioné, movimientos de coyuntura que hacen ver inconformidad popular.

Incluso hace unos días, durante su visita a Ciudad Juárez, el tabasqueño se dio el lujo de afirmar que no habrá represalias políticas en contra de Corral: “vamos a apoyar en todo lo que se requiera en Chihuahua… y ninguna represalia, nada de que el gobernador está cuestionando al presidente y que por eso va Chihuahua a desatenderse; no, eso no lo vamos a hacer nunca jamás”, señaló.

Mientras Corral se encuentra creando una supuesta oposición, se le olvida que tiene graves y urgentes pendientes con sus gobernados, uno de ellos es aclarar hasta sus últimas consecuencias el asesinato de la periodista Miroslava Breach Velducea.

También está el incremento de los homicidios dolosos; entre octubre de 2016 y hasta el 28 de febrero de 2019 se han registrado más de 5 asesinatos, además los feminicidios comienzan nuevamente a repuntar en Ciudad Juárez.