Me sorprendí, sin duda alguna, de la percepción del Presidente López Obrador cuando afirma que “la exigencia de paz es básicamente exclusiva de los conservadores”. Y esto me obliga a confiarle a usted una cruda experiencia que nada tiene que ver con posiciones políticas o críticas ridículas. Ya lo ha había entrevistado en el programa “VaEnSerio” de canal 34.

Un joven trabajador, padre de familia, emprendedor que fue secuestrado por una banda al parecer de 12 individuos cómplices de empleados suyos que brindaron toda la información empresarial y privada para cometer el plagio. Más de 3 meses encerrado, encadenado, desnudó, humillado y mutilado. Primero lo encajuelaron, después lo encerraron y con un gesto de profunda tristeza me confió parte de su tragedia. Tirado en un baño, en una primera casa de seguridad, acostado en el sitio que corresponde a la regadera, sin beber, sin comer, amenazado, golpeado, todas las noches recibía la visita de un sicario que colocándole una pistola en la cabeza le gritaba “no sabes las ganas que tengo de matarte”. Ahí, todos sus secuestradores defecaban y orinaban en cubetas que permanecían por días produciendo la putrefacción de los desechos humanos. El olor era insoportable, como de amoniaco, me comentó. Entraba el líder a quitarle la venda de los ojos para obligarlo a verlo. El sabía que esa sería la primera y única condición para ejecutarlo de inmediato. No debía, me dijo, nunca verlo menos identificarlo. Otro de los crimínales en alguna ocasión al oído le señaló “si la quieres librar, no oyes, no ves, no sabes”.

 

Para el presidente López Obrador, demandar paz es una exigencia exclusiva de los conservadores.

 

Luego vienen las demandas, la solicitud de dinero por su vida. Entonces la mutilacion, un médico y un enfermero intervinieron. El doctor daba instrucciones de que tipo de químico le inyectarían para drogarlo. Al amanecer ya no tenia un dedo. Días después, le cortaron otro, el meñique. El enfermero procedía a limpiarle las heridas y a amenazarlo con que “escogiera” el siguiente dedo que le cortarían. Entre majaderías le informaban que la familia se negaba a pagar, que lo preferían muerto y le daban pormenores de los movimientos de sus hijos que día a día eran vigilados. Entre estos rufianes empezaron a robarse ellos mismos la suma, primera entrega, que la familia accedió para su liberación.

Se acusaban de quedarse con dinero y no reportarlo al resto de los cómplices. Esto orilló a la desesperación y a liberar al muchacho. Lo arrojaron atado y vendado a un barranco exigiéndole que corriera porque le dispararían, “como a los otros” por la espalda. Caer sin control y entre arbustos le salvó la vida. Le dispararon pero no acertaron. Vale decir que hoy vive en la angustia, la paranoia, el miedo.

Y luego de escuchar a amlo pienso, ¿este muchacho será uno de esos conservadores que piden justicia y paz? Y que conste que es pregunta.

Por cierto de 12 sólo 4 están detenidos, los demás continúan secuestrando.