El pasado 14 de marzo, después de una controvertida discusión, la abrumante mayoría de Morena aprobó en la Cámara de Diputados diversas reformas constitucionales en materia de consulta popular y revocación de mandato; la minuta fue enviada al Senado de la República para su discusión.
Los mecanismos de participación ciudadana son fundamentales para cualquier democracia, es evidente, ejemplo de ello es que, en el Constituyente de la Ciudad México, impulsé que se establecieran en la primera Constitución capitalina mecanismos como la iniciativa ciudadana, el referéndum, el plebiscito además de la consulta ciudadana.
Estoy segura que nuestro país se verá fortalecido si empoderamos a la ciudadanía fomentando que su participación sea consciente e informada; sin embargo, lo que hoy pretende llevar a acabo el presidente de la república atenta sobremanera contra la democracia de nuestro país.
La revocación de mandato en los términos que se pretende establecer es un grave riesgo que lamentablemente avizora una reelección, como ha sucedido en otros países latinoamericanos como Venezuela y Bolivia, en donde esta figura fue solo un instrumento para perpetuar el poder.
El problema es aún más grave pues López Obrador se ha dedicado a hacer campaña desde los primeros días de su gobierno, prueba de ellos es la política clientelar que ejerce con los programas sociales; sus acciones son claras, ha decidido retirar el presupuesto destinado a organizaciones de la sociedad civil, dar los apoyos económicos directamente, coaccionando así la perspectiva ciudadana. El presidente no está gobernando, está en campaña.
AMLO se ha dedicado a hacer campaña desde los primeros días de su gobierno, prueba de ellos es la política clientelar que ejerce con los programas sociales.
Lo anterior significaría que para las elecciones intermedias el gobierno de la república ya habría puesto en marcha todos los programas sociales, influyendo de manera importante sobre el voto ciudadano. Además, López Obrador aparecería en las boletas de 2021 fortaleciendo a sus candidatos y legitimando su poder.
El pasado 19 de marzo el presidente de la república hizo un compromiso donde “afirma” que no se reelegiría ¿habría que creerle?
Hemos visto en el nuevo gobierno un cambio repentino de decisiones, en donde ni los compromisos de campaña de Morena son cumplidos, un claro ejemplo es que, en el primer día de su mandato, durante el conocido “amlofest”, López Obrador se comprometió a mantener el apoyo a las estancias infantiles, programa de la antigua Secretaria de Desarrollo Social, hoy estas se han cancelado.
El cuestionamiento es ¿y si le da amnesia con su compromiso de no reelección?, no podemos tomarlo a ligera.
Desde el 1o de julio de 2018 más de 30 millones de mexicanos que votaron por este gobierno esperaban un cambio, sin embargo, no les están cumpliendo.
La revocación de mandato en los términos que se propone atenta contra la democracia y existe un grave riesgo de que se engañe a la ciudadanía y sea simplemente un instrumento para no perder el poder.


