La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, es ahora víctima de nuevos martirologios llenos de oportunismo que suelen lucrar siempre con las tragedias más dolorosas, y la reaparición de los antiguos que no pueden ser medidos con el mismo rasero.

Un caso emblemático en el gobierno de Marcelo Ebrard de quienes protestan por la injusticia sin lucrar con el sentimiento, fue el secuestro y posterior asesinato del hijo de Fernando Martí, de él, de Fernando, surgió la famosa frase: “si no pueden renuncien”.

Y es la misma receta, sin que sean las mismas circunstancias del caso Martí, que los oportunistas que lucran con el dolor traumático que causa un secuestro, ahora quieren aplicar a Claudia Sheinbaum.

Los familiares y amigos de las víctimas de los delitos de alto impacto como los son, el secuestro, homicidio y violación, tienen todo el derecho a indignarse y exigir justicia, misma que debe ser ofrecida por los gobiernos que están en ejercicio del poder.

Sin embargo, algunas voces como la de la titular de la organización Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, son realmente molestas, sobre todo por su incomoda cercanía al poder en clara alusión a los favores políticos.

El caso del secuestro y asesinato de joven universitario Norberto Ronquillo conmocionó a la sociedad capitalina, porque se trataba de una persona que se encontraba a dos días de su graduación, que acostumbraba a realizar labores de voluntariado social y tenía una vida tranquila y productiva.

En su momento, cuando el secuestro de Fernando Martí hijo, el entonces procurador capitalino Miguel Ángel Mancera por órdenes de su jefe, Marcelo Ebrard, comenzó una estrategia para disminuir el secuestro, para ello cortó algunas cabezas (las necesarias) y se hizo llegar con los mejores elementos en la materia. Por un tiempo funcionó.

Pero a su llegada al poder como jefe de Gobierno, Mancera en algún momento flaqueó y disminuyeron sus esfuerzos por hacer de la CDMX una de las más seguras del país.

Esto sucedió con la llegada del crimen organizado a la capital del país. Algo que, por cierto, durante gran parte de su gobierno negó el hoy senador de la República.

No solo crecieron los carteles que nacieron en Tepito, sino que permitieron la incursión de organizaciones tan sanguinarias como el llamado Cartel Jalisco Nueva Generación.

Con Mancera se hizo evidente la llegada de grupos o células del crimen organizado, como el mencionado Cártel Jalisco Nueva Generación, en gran parte gracias al descontrol e ineficiencia de la seguridad en el Estado de México, gobernado por Eruviel Ávila.

Según cifras oficiales, los delitos son más frecuentes y mas violentos en el Estado de México, sobre todo en los municipios que rodean a la CDMX, son asaltos con violencia a casas habitación, robos a transeúntes, violaciones y homicidios dolosos, entre otros.

Ahora con la llegada del gobierno de Claudia Sheinbaum se hizo evidente la presencia de los grupos de narcomenudeo en la capital, y que sus cabecillas acostumbran resguardarse en el Edomex.

Apenas hace unos días fueron detenidos en dos municipios mexiquenses, los líderes tanto de la Unión Tepito, como la Anti Unión, grandes generadores de violencia por su disputa de las plazas de venta de droga.

La recomendación para Sheinbaum, ahora que apenas tiene seis meses en el cargo, es cortar cabezas, como la del mando policíaco que movió el automóvil de Norberto Ronquillo, y la de la procuradora Ernestina Godoy, pues no han dado resultados.  Claudia estás a tiempo.