Del 28 al 30 de mayo recién pasados se celebró en la ciudad de Antigua, Guatemala, el Foro Regional de Conservación para Mesoamérica y el Caribe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, por tal motivo, quisiera aprovechar el espacio que amablemente me brindan para hacer eco de manera general de lo que ahí se concluyó. Para tales objetivos, es menester contextualizar la relevancia de éstas Instituciones Internacionales.

La UICN es una organización internacional dedicada a la conservación ambiental, cuenta con 113 miembros conformados por Organizaciones de la Sociedad Civil, Entidades Gubernamentales, Científicos de más de 160 países, Universidades y Grupos Empresariales. La UICN cuenta con divisiones por campo de conocimiento y por regiones, aunado a ello todos sus organismos se conjugan en un pleno el cual se reúne cada cuatro años para discutir iniciativas, estrategias y acciones concretas en pro de la conservación de la naturaleza. La UICN aporta la información científica generada en sus comisiones, un ejemplo del trabajo que desarrolla el organismo al mundo es la llamada Lista Roja de Especies Amenazadas, la cual es el catálogo mas completo y actualizado de las especies en el planeta.

Por su parte el Foro Regional de Conservación para Mesoamérica y el Caribe, también se celebra cada 4 años y constituye una asamblea para fijar posiciones de manera regional, aportar datos e iniciativas que podrán ser presentados en los foros plenarios de la UICN con la participación de Entes Gubernamentales y Organizaciones de la Sociedad Civil.

Fue el 1 de Mayo del año en curso, que la Asamblea General de la ONU aprobó declarar el “Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030”, el cual es un avanzado documento que insta a los gobiernos, sociedad civil y demás actores a realizar acciones para la restauración de los ecosistemas, entendiendo éstas acciones como el medio para la generación de bienestar del ser humano. Es de resaltar que ésta declaración fue impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente de la República del Salvador a cargo de la Socióloga Lina Pohl, el cual es miembro de la UICN en la región Mesoamericana y muestra objetiva de la relevancia con que cuenta la agenda medioambiental para la zona.

Las principales conclusiones rondan en el ánimo y urgencia de restaurar el paisaje, pues históricamente se ha dañado al patrimonio natural, debido principalmente a fenómenos económicos, a los modos de producción, consumo y las implicaciones que conlleva el crecimiento demográfico. Aunque es de resaltar que Mesoamérica ha avanzado en la construcción de reservas y el reconocimiento de áreas de importancia biocultural, relevantes en medida que restauran y recuperan la memoria de los pueblos originarios a la vez que valoran los bienes y servicios ecosistémicos, la suficiencia de éstos esfuerzos debe ser valorada en función del estado de las cosas en la región.

Nos enfrentamos a una crisis medioambiental global, el frágil equilibrio de la naturaleza demanda de nuestra región compromiso y acciones que conserven y en su caso reparen el paisaje, para ello es imprescindible generar conciencia ambiental en la población, por todos los medios que sea posible.

Cultivemos agrobiodiversidad para cosechar sustentabilidad.