En los últimos días hemos presenciado más como espectáculo que como afán de hacer justicia, el encarcelamiento de una mujer que se inició en política como activista estudiantil maoísta en su juventud y terminó como afín al priismo en el anterior gobierno. El acontecer mismo, sin duda tiene seriedad, pero sus ribetes dramáticos y chuscos, nos hizo recordar los antiguos sainetes españoles, esas pequeñas obras de teatro que sustituyeron a los entremeses del siglo de oro literario de la antigua España.
También la participación de otros múltiples actores como abogados, jueces y comentaristas en ocasiones generando humor involuntario nos recordaron los vodeviles norteamericanos, con payasos, malabaristas, bailarines, cantantes y coros. Y no es restarle seriedad al tema, es solo cotejar como la vida misma tiene múltiples aristas, tristezas, alegrías, falsos triunfos y derrotas verdaderas.
En el reparto participa también el actual presidente, un expresidente, un ex líder parlamentario, gente de izquierda, de derecha, un aventurero argentino, en fin habría material para un argumento cinematográfico trabajado por un Mauricio Magdaleno, un García Márquez, un Vicente Leñero o un Carlos Fuentes, nunca más cierto, que la realidad supera la ficción.
La historia como todos conocen inició por lo menos hace veinte años, cuando la protagonista asume la jefatura del gobierno del Distrito Federal, cuando Cuauhtémoc Cárdenas, fue candidato por tercera ocasión a la presidencia y otra vez vuelve a perder. Es la coyuntura donde algunos de los personajes inician la rocambolesca historia, llena de traiciones, amor, corrupción y engañifas y trampas.
Uno de los capítulos de mayor rating es cuando el operador político principal del ejecutivo del D.F. en funciones es filmado y exhibido recibiendo fajos de billetes ceñidos con ligas, por lo cual fue bautizado por el ingenio popular como el “señor de las ligas”. La trampa la puso el entonces, pareja sentimental de la hoy prisionera de Santa Marta, y ella se desempeñaba como presidenta de su partido el PRD. Luego se supo que los artífices de la maquinación fueron el expresidente y el ex líder parlamentario. Este episodio y una fuga a Cuba del argentino, fue ampliamente reseñado por la prensa e inclusive por el mismísimo Fidel Castro en el diario Gramna, así como, la publicación de sendos libros de los principales involucrados.
El tiempo siguió su curso y luego la protagonista, en un acto de alquimia o magia política, integró el Gabinete del PRI, que en una segunda alternancia recuperó el poder. El sueño de restauración duró solo un sexenio, debido a la corrupción en los diversos partidos y sectores, ese mal endémico que generó un hartazgo social de rechazo a los partidos y que buscó una tercera alternancia hacia un partido de izquierda, que prometió un cambio verdadero.
Y la prometida lucha contra la corrupción hoy tiene en la cárcel a quien fue factor para, en su tiempo encarcelar al “señor de las ligas”; aunque fugazmente piso la cárcel en Argentina, su otrora pareja y ha iniciado una persecución mediática contra otros actores. Lo cierto es que se han cebado contra la ex secretaria, violentando la ley en su perjuicio, quien no cuenta con una adecuada e inteligente defensa jurídica.
Y ahora, muchos mexicanos, sobre todo los jóvenes, están en tensa espera del desenlace de la tercera temporada, como si de una serie de Netflix se tratara. Sin embargo debemos tener presente que la política, es cosa seria, es quizá la actividad más digna del ser humano. Por eso no debe quedar a merced de las pasiones, emociones y humores, es sobre todo racional y con el objetivo superior de elevar las condiciones de vida de la población y asegurar una convivencia social pacífica, armónica con justicia y libertad.