Mientras que el país se debate en temas en extremo graves como la gobernabilidad, el Estado de Derecho y evitar ser un Estado Fallido, además de la estrepitosa caída económica que afecta ya a millones de conciudadanos, el presidente López Obrador está distrayendo a la atención pública con su exigencia de una disculpa a los medios de comunicación por la calumnia de los gastos en longanizas y chorizos en Palacio Nacional.

Nuestro país está inmerso en un problema tan grave o más que el provocado al comienzo de la década de 1980 por la caída en los precios del petróleo, el endeudamiento interno y externo, y el laxo gobierno demagogo del ex presidente José López Portillo, aquel que defendió “al peso como un perro”.

Hoy la demagogia populista, los programas clientelares, y las desviaciones del presupuesto público hacia programas “sociales” de apoyo directo desde la mesa del presidente, han truncado de gravedad a nuestra economía. AMLO dice que controlando él los presupuestos evita la corrupción.

Los efectos que en realidad se dejan sentir son otros:

  • La corrupción no sabemos a ciencia cierta cuanto se ha controlado.
  • Se han desarticulado seriamente secretarías, instituciones públicas, particularmente de llamar la atención en dos segmentos: Sistema Nacional de Salud, e Instituciones Autónomas que estorban a la Cuarta Transformación, porque le demandan resultados y rendición de cuentas. Tal es el caso de ProMéxico, Fonatur, CONEVAL, INE, restricciones presupuestarias absurdas al INEGI en particular para estudios que miden pobreza, y varios indicadores de crecimiento y desarrollo del país, que le estorban a AMLO y sus propios datos.
  • Los intentos por incidir en las facultades autónomas del Banco de México se dejan sentir desde varios frentes (Congreso, Presidencia), pero está distante la posibilidad de lograrlo.

 

La Tormenta Perfecta.

A los graves retos económicos provocados por la negligencia presidencial de su 4T muy desfasada de la realidad mexicana del siglo XXI, se nos conjuntan errores axiomáticos de empleados de gobierno que no cuadran con el México que mira rumbo al 2050, empleados que voltean al maximato, al mandato unipartidista, al Presidente como rey sol.

De ahí las barbaries que contemplamos con la reforma rnergética, con el manejo de Pemex y la industria petrolera, el fracking, –que entre paréntesis a quien más afectará será a Pemex–, las nuevas energías, los gasoductos, el jitomate, y la brutal miopía ante todo lo que además se avecina del exterior.

La gran estupidez del señor Bartlett, por instrucciones del Presidente de reactivar las plantas de carbón en Coahuila para apoyar a pequeños productores, mientras que demandan renegociación de contratos “sin cláusulas leoninas” por parte de las empresas constructoras de los famosos o gasoductos.

Desde hace unos cuantos días circula la carta que envió el gobernador de Texas a AMLO, para pedirle que resuelva en particular el asunto del gasoducto que transporta gas natural desde el sur de Texas hasta Tamaulipas-Veracruz. Ese tema está congelado porque la CFE ha querido meter a arbitraje el contrato firmado desde hace tiempo con la empresa IEnova. La violación a las cláusulas del contrato de largo plazo amenazan desde ya el destino del TLCAN 2.0, es decir el T-MEC. La negociación está casi congelada.

IEnova y la CFE supuestamente ya terminaron la disputa, según un boletín dado a conocer por la empresa: Para evitar la terminación del Contrato, la CFE e IEnova firmaron el Convenio de Suspensión, para que dentro de un periodo de cuatro meses, las partes lleven a cabo las acciones necesarias para reiniciar la operación del gasoducto. La firma del Convenio de Suspensión no implica renuncia alguna a los derechos que tienen las partes conforme al Contrato.

El tramo de este gasoducto objeto del pleito corre de Guaymas en Sonora, a El Oro, Sinaloa. Hablamos de poco más de 320 kilómetros con una capacidad de transporte de más de 500 millones de pies cúbicos diarios de gas natural.

Más no puede hacer la empresa que por años ha tenido problemas con la construcción del gasoducto por alegatos jurídicamente sin sustento de organizaciones comunales y ejidales.

Es tan peligrosa la resolución de esta controversia, que sí, puede empantanar seriamente el feliz término del T-MEC.

 

El T-MEC: Entre gasoductos e intereses electorales

Por desgracia el T-MEC ya es tema de discusión en EEUU entre republicanos y demócratas. Lo que se quiso evitar a toda costa, –entrar con su ratificación en medio de la turbulencia electoral estadounidense–, ya lo alcanzamos. Todo por la negligencia, desconocimiento y visiones gerentocráticas del gobierno actual.

Los políticos estadounidenses demócratas ya lo dijeron; nos enteramos desde las alegres misivas de Ricardo Monreal y Nancy Pelosi. Te quedas con las ganas México, porque los demócratas pedirán a través de una instancia extranacional que se supervise el cumplimiento de las reformas laborales que garanticen la libertad de asociación, negociación colectiva y mejoramiento de la justicia laboral. Su alegato central: México desde hace años se aprovecha del dumping salarial, competencia desleal al mantener muy bajos costos de la mano de obra.

Por lo mismo quieren revisar el T-MEC para que se garantice la seguridad jurídica. Asimismo buscarán reducir los plazos de duración de las patentes de medicamentos biotecnológicos, para que puedan llegar productos genéricos competitivos.

Los estadounidenses no quieren que el T-MEC sea un TLCAN 2.0, para nada. Aquel Tratado con la nación traspatio de la economía estadounidense se acabó.

Hoy México es una potencia económica mundial, el principal socio comercial de EEUU. ¡Qué bueno! Pero además de ser un país campeón en corrupción, lo que más preocupa allá al norte es la continua violación en todas sus formas al Estado de Derecho, que afecta directamente la relación política, social y empresarial entre ambas naciones.

Tome usted en cuenta que ante las barbaries del señor Donald Trump, el mundo ha optado por nuevos esquemas de re conformación que invitan al rompimiento y a la tensión política: El  nuevo entorno económico y geopolítico, las estrategias arancelarias tan peligrosas y sus amenazas a través de Twitter, sus simpatías con gobiernos déspotas, la cada vez menor  credibilidad en EEUU como el país que coordina la economía y el comercio mundial, que fija las reglas del juego y que las cumple, entonces cada quien opta por su propio camino.

Así se dan fenómenos en la Unión Europea, nuevas crisis en Medio Oriente, realineaciones de intereses entre China y Rusia, estrategias geopolíticas de China en el Pacífico cercano a su esfera de influencia.

Por otro lado Japón, Corea del Sur entran en un nuevo conflicto casi sentimental que no se daba desde recién terminada la Segunda Guerra Mundial. Vemos nuevas re alineaciones en Taiwán, Filipinas, focos de preocupación en Hong Kong, Irán, Pakistán, Siria.

En ese sentido, México antes que ser la nación más abierta del mundo debe analizar el despertar de la efervescencia del concepto de “Destino Manifiesto” re expresado en el siglo XXI.

Así es. Hoy por hoy México es parte del sistema de seguridad nacional estratégica, sustentable, económica, alimentaria, energética, de recursos naturales, de políticas migratorias, climáticas, de un nuevo polo que se ve a sí mismo como la nueva respuesta de meta-poder frente a las nuevas re alineaciones globales.

México, EEUU, Canadá. Esa esfera de influencia es ahora sí la nueva Norteamérica, capaz de hacerle frente a las amenazas exteriores, en todo sentido. Por lo menos esa es la visión subcontinental.

En ese sentido México ya no es una nación de TLCAN bonachón ensamblador de automóviles y maquilador de ropa, productor de alimentos simpáticos. Hoy es un gigante económico que más que complementar, tiene su arquitectura económica plenamente ligada a la estadounidense y canadiense. Las cadenas de valor, producción, distribución, están interconectadas; son parte inseparable de un mismo organismo integral. Todo comenzó en la década de los noventa del siglo pasado. El T-MEC es un paso exponencial en ese mismo sentido.

Tal vez por eso el señor López Obrador odia tanto a los neoliberales, neo conservadores, neo porfiristas. Quizá por eso le achaca al modelo neo todas las culpas desde la Independencia de nuestro país. Seguro por eso quiere re escribir la historia nacional en los libros de educación básica.

Pero AMLO llegó tarde. El sistema norteamericano ya está conformado, antes de él, y evolucionará después de mucho tiempo de haber desaparecido él y su grupo retrógrado.

La relación de México con el resto de Norteamérica tiene beneficios así como obligaciones: fin a los subsidios y dumpings entre norteamericanos, mejora para toda su población.

México, aquel maquilador, hoy tiene que tener la capacidad vaso-comunicante integrada con todo Norteamérica, para asistir trabajar de tú a tú en seguridad, en inversiones, pero también en educación, en investigación, desarrollo e innovación, que generen nuevas fuerzas competitivas norteamericanas frente al resto del mundo.

Cualquier intento de alianzas con China, Rusia, Cuba, serán más que rechazadas por el resto de Norteamérica. Negocios sí; alianzas, nunca.

De ahí que la impronta 4T morirá más pronto que tarde. Si la han tolerado hasta ahora, es porque EEUU está en pleno juego electoral rumbo al 2020.

De tomar más fuerza los demócratas en el Congreso, que vaya sacando el señor López Obrador más guardias nacionales. Porque ni limpiando nuestro país de inmigrantes ilegales le funcionará a AMLO y su 4T.

Es una pena. Nos ha metido el líder supremo del Ejecutivo en un enchorizado, que muy pronto no sabrá por donde resolverlo. Eso sí, nos habrá robado a los mexicanos años completos de desarrollo; y a sus fieles seguidores les borrará de súbito una ilusión que después el país tendrá que ver con qué suplir.

 

Como lo dijo Luis Niño de Rivera, presidente de la ABM y del Consejo de Banco Azteca en una entrevista con Carlos Marín en Milenio: Para detonar la inversión y el crecimiento en el país, se necesitan reglas claras por parte del gobierno federal, para poner en marcha las inversiones y los créditos anunciados por el sector financiero por 500 mil millones de pesos.

Como se lo adelantamos la semana pasada en esta misma columna, el gobierno mexicano al dar a conocer inyecciones por más de 480 mil millones de pesos para estimular la economía, en primer lugar llegó tarde para este año. Tendrá repercusiones favorables acaso para el próximo 2020.

Además el gobierno no tiene esos recursos disponibles, por sus subsidios e inversiones caprichosas, absurdas.

Lo ratificó Luis Niño de Rivera: La diferencia entre lo que la banca capta y presta son casi 500 mil millones de pesos. Se van a poner a la disposición para la recuperación de Negocios productivos con el sector público para infraestructura productiva, vivienda (y reactivar a la demacrada industria de la construcción), para créditos al consumo como automotriz, personales, al campo y para reanimar a las PyMEs, así como para alimentar a los gobiernos Federal, estatales y municipales.

Esta es la única alternativa de AMLO para reanimar la economía y aguantar en términos económicos su sexenio. Recordar que hoy no es 1928 ni 1970. En 2019, de cada peso que se invierte en el país, 14 por ciento sale del gobierno, y 86 por ciento de la iniciativa privada; de inversiones productivas.

Es muy tarde para los modelos estatizadores del siglo pasado. Hoy el gobierno depende en todo del sector privado nacional, extranjero, y de sus inversiones.

Se lo dice el Presidente de la ABM con un muy buen ánimo al Presidente, pero sin dejar su mensaje de ser advertencia rotunda, clara, verdadera: “Juntos nos va a ir mejor, que si dejamos que primero invierta el gobierno… El compromiso y confianza de la banca está primero con el país, y luego con el gobierno”.

Palabras sabias de Niño de Rivera, después de ocho meses de tonterías y errores que hemos padecido con el actual gobierno, y que ya rinden frutos desastrosos para el país y sus habitantes.

Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 35 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos impresos, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y de las nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU.