Entrevista a Macario Schettino y Gilberto Aboites, investigadores

Luego de la destitución de Gonzalo Hernández Licona como director del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pregunta que se mantiene es si se hará realidad la desaparición del organismo encargado de revisar la efectividad de las acciones de gobierno en temas como el combate a la pobreza y la aplicación de programas sociales en beneficio de los sectores con menores recursos del país.

El debate se encamina a discutir si es conveniente para el país que desaparezcan los organismos dedicados a evaluar lo que hace el gobierno o si éste debe ser el que ejecute ciertas políticas públicas y decrete su eficacia.

El investigador y analista económico-político Macario Schettino Yáñez opinó para este medio que no se debe perder de vista que se trata de una vía para el mejoramiento en la aplicación de una serie de políticas públicas que son necesarias para el país.

En tanto, para el director e investigador del Centro de Investigaciones Socioeconómicas (CISE) de la Universidad Autónoma de Coahuila, Gilberto Aboites Manrique, no es recomendable transitar por el segundo camino en virtud de que la evaluación por órganos distintos al gobierno otorga legitimidad a las acciones.

Macario Schettino Yáñez.

Evaluar para mejorar

Entrevistado por Siempre!, Schettino Yáñez explicó que el funcionamiento de una entidad como CONEVAL sirve no sólo para medir los efectos de ciertos programas sociales, sino para perfeccionar su funcionamiento.

“No es la medición de la pobreza únicamente, sino también la evaluación de los programas sociales para saber si funcionan o no o cómo pueden mejorarse. En consecuencia, la utilidad de CONEVAL es la de vigilar el gasto social del gobierno”.

Cuestionado acerca de si ve conveniente que la actual estructura de evaluación de programas y gasto social deje de ser evaluada por organismos ajenos al gobierno, para que sea éste el encargado de auto supervisarse, respondió que dicha perspectiva responde a la negativa de la actual administración a la vigilancia externa.

“No es un debate, lo que está ocurriendo hoy es que quienes están en el gobierno no quieren ser evaluados, ellos quieren tomar sus decisiones y que nadie los vigile, cómo se hizo en México durante, prácticamente, todo el siglo XX; entonces lo que se había construido durante los últimos 15 o 20 años, que eran herramientas para vigilar al gobierno, pues es lo que está desapareciendo”.

Macario Schettino señaló que, a diferencia de lo que sucede más allá de nuestras fronteras, en México podríamos ser testigos del desmantelamiento de varias instituciones que fueron creadas en las últimas décadas.

“Es probable que el gobierno gane en esta intención porque tiene una mayoría legislativa y porque nuestras instituciones tienen poco tiempo. Es interesante ver como en Estados Unidos ocurre lo mismo, el presidente Trump intenta destruir las instituciones, pero como allá llevan más tiempo y son más sólidas, pues no lo ha podido hacer; aquí tiene más posibilidades el señor López de destruir estas instituciones”.

Gilberto Aboites Manrique.

Evaluación y legitimidad

Gilberto Aboites explicó para esta revista que la creación de CONEVAL ha sido una de las decisiones más importantes del gobierno federal, por cuestiones como el establecimiento de una metodología que permitiera determinar lo que es la pobreza en México, algo que fue retomado por países de América Latina y de Europa.

“No cabe duda que la medición de la pobreza es un tema complejo y que existen múltiples formas de medirla, la diferencia central entre lo que hace CONEVAL y otras metodologías estriba en el hecho de que la propuesta metodológica desarrollada en el país contó con el análisis y el aval de la comunidad académica internacional”.

Para explicar mejor la ayuda que presta el CONEVAL, puso el ejemplo de Coahuila, entidad en la que contribuyó al diseño de políticas públicas específicas para combatir la pobreza.

“Ha permitido direccionar las acciones, midiendo además los resultados, eso es fundamental pues no únicamente es que de una medición se pueda construir un indicador o un conjunto de indicadores a partir de los cuales los investigadores puedan decir algo, sino que además se puede ver la evolución de esto en los resultados de las acciones”.

Acerca del planteamiento de que INEGI pudiera absorber las tareas del CONEVAL, consideró que no sería deseable que un solo organismo recabe la información y la revise.

“CONEVAL está mandatado para hacer una metodología y una evaluación. Hay compatibilidad de esfuerzos y objetivos diseñados así de mucho tiempo atrás, no resultaría del todo afortunado dejar a INEGI dejarle esa responsabilidad porque perdería legitimidad, pues sería el mismo organismo el que levanta la información y el que hace el análisis, de hecho el INEGI para fortuna de México ha hecho una serie de aportaciones teóricas y metodológicas que tienen que ver con el combate a la pobreza”.

A futuro

El investigador del CISE apuntó que nuestro país se ha visto beneficiado por contar con instituciones como la que se mencionan en este texto, pues no sólo se han dedicado a recopilar información, sino también a desarrollar metodologías propias para fenómenos que se presentan únicamente en nuestra nación.

“El CONEVAL sus propósitos y objetivos que se señalan en la legislación que le dieron origen se han ido construyendo más allá de lo que está escrito. Ha tenido el acierto de ser una institución plural, académicamente solvente e incluyente, me consta que ha invitado a opiniones de distintos programas a participar en su desarrollo”.

Y acerca de la discusión de qué modelo debe prevalecer, si uno basado en organismos como el mencionado o que sea el propio gobierno el que no sólo lleve a cabo el diseño y operación de los programas sociales, sino que también los evalúe, Gilberto Aboites consideró que la necesidad que dio origen al Consejo sigue vigente.

“Todas las instancias gubernamentales que tienen que ver con la política social han participado de manera directa en el procesamiento de información, no es sólo que reciban un estudio y lo asume y se acabó, por el contrario, se hace la presentación de los resultados y se da una retroalimentación de suerte tal que hay diálogo entre ambas instancias. El punto central es que CONEVAL surge como una necesidad de darle legitimidad al gobierno y a sus políticas sociales, no había legitimidad cuando el propio gobierno era juez y parte y eso se replica en cualquier caso. Ante esas situaciones surge la necesidad de convocar a instancias que no son parte del gobierno para que den su propia percepción, análisis y conclusiones para que a partir de eso haya un debate. Evitar que sean instancias externas al gobierno las que participan de eso sería, de alguna manera, que el propio gobierno se restrinja en la legitimidad muchas veces bien ganada por la participación en la solución de los problemas, obviamente la sociedad espera que cuando las cosas no resultan como se esperaban, el gobierno revise que es lo que se ha hecho mal y determine las acciones adecuadas o las más eficientes para resolver una situación, por ejemplo el combate a la pobreza o salud pública. Lo que no se puede defender es que alguien que es juez y parte tenga la misma legitimidad que se obtiene cuando alguien ejecuta sus acciones, define su política social, aplica sus instrumentos y luego alguien ajeno al gobierno le indica ‘vas bien, vas mal’, de suerte tal que el gobierno pueda, a partir de esa retroalimentación, corregir y eso significa ser más eficiente, porque aquí el punto es que eficiencia significa alcanzar las metas establecidas dentro del tiempo establecido, por eso es fundamental que la política social defina con claridad objetivos, metas e instrumentos, de lo contrario no tendríamos instrumentos para saber si se va avanzando en el camino más adecuado”.

@AReyesVigueras