Murió el 9 de agosto el productor de cine Raúl de Anda, sus padres fueron Otilia Serrano y Raúl de Anda, el Charro Negro. Estuvo casado con Clarita, hija de Alfonso Sánchez Tello, productor ejecutivo y actor de Allá en el Rancho Grande. Su hermano era el actor Rodolfo de Anda, quien estuvo casado con Patricia Conde de la que se separó para casarse con Mariagna Prats, quien después sería esposa de Marcelo Ebrard. El actor Agustín de Anda, el hijo mayor, fue asesinado en 1960 por el padre de Ana Bertha Lepe.
Productores de cine
Qué es (o era) un productor de cine. En primer lugar, el que ponía y arriesgaba el dinero y que, al final, se quedaba con las ganancias. Era, pues, el dueño de la película. El filme solía surgir de una idea del productor, quien acto seguido contrataba al argumentista o un adaptador, un director, un fotógrafo y el elenco. Los técnicos: desde el iluminador, al editor, la script girl, el fotofijas, la maquillista y el staff, que incluía desde la “cafetera” (quien servía el café) hasta el electricista o los que arrastraban los cables. Se filmaba en los estudios Clasa, Azteca, Churubusco o América.
El cine era un negocio familiar. Junto a Raúl de Anda estaban sus primos, los Gazcón, el famoso director Gilberto y Valentín Trujillo (Gazcón), o Edgardo que produjo una veintena de películas. A los Rodríguez, clan que encabeza Ismael, pertenece Joselito Rodríguez, padre de Pepito y Titina Romay. Joselito y su hermano Roberto, también director, fueron los ingenieros de sonido que lograron la película que inició el cine hablado en México: Santa. Los Rosas Priego vienen desde La banda del automóvil gris, que fue cine silente y luego sonorizado. Guillermo Calderón, productor del llamado cine de rumberas, es hijo de Perico Calderón, también productor.
Con el impulso de la Revolución y del cardenismo, se crea la constelación que reúne al director Emilio el Indio Fernández, el fotógrafo Gabriel Figueroa, los actores Pedro Armendáriz, María Félix y Dolores del Río, pléyade que acapara la atención y los premios internacionales. Como dice Alfonso Reyes, para ser universal, hay que ser profundamente nacional. A esa etapa, creo que el crítico Mauricio Peña, la bautiza como la “época de oro del cine nacional”.
Nosotros los pobres
La contrapartida de esta película de Ismael Rodríguez es Ustedes los ricos. No es casual que los De Anda conozcan a mi familia, los productores Pedro, Jesús, Eduardo y Alberto Galindo, en la colonia Morelos. Los de Anda viven en Peralvillo. Mi familia en la Colonia Morelos, lo que los extraños conocen como Tepito, por el mercado de ese nombre. El cine de esa época toma partido por los pobres: Nosotras las sirvientas o Salón México. El malo en Allá en el rancho grande es el hacendado e igual pasa en El peñón de las ánimas. Infante y Negrete desprecian el dinero en Ahora soy rico o La que se fue. Alejandro Galindo filma una película balzaciana: Los Fernández de Peralvillo. A Víctor Parra, el protagonista, lo pierde la ambición. En Una familia de tantas, David Silva vende aspiradoras de puerta en puerta. Se pregona que los hijos deben aceptar el trabajo honrado de los padres en Acá la tortas. Hasta el zar del cine, Gregorio Wallerstein, como lo escribe su hija la historiadora Eugenia Meyer, habla de las minorías. En El baisano Jalil, el hijo, que ya es rico, se avergüenza de la humildad de su madre y finge que es su cocinera. Los hijos de Don Venancio habla no de los españoles, sino de los asturianos. En Cuando los hijos se van, el dinero ciega a Carlos López Moctezuma y el usurero causa la desgracia. Quinto patio manifiesta la misma ideología. El cine de entonces, clasista, estaba a favor de nosotros los pobres.
