Antes de asistir a la muy recomendable Exposición Temporal PASAJERO 21, EL JAPÓN DE TABLADA, en el Museo del Palacio de Bellas Artes, montada del 24 de julio hasta el 13 de octubre del presente año 2019, me ocupé de releer el libro El japonismo de José Juan Tablada (Dirección General de Publicaciones, UNAM, 1981), de Atsuko Tanabe. El autor escribió, en la Tercera Parte (El arte japonés y el erotismo de Tablada), del Segundo Capítulo (Primera etapa del japonismo de Tablada), que “su erotismo (el de Tablada) se agudiza al entrar en contacto con el arte japonés, sobre todo con las estampas japonesas llamadas ukiyo-e (pinturas del mundo flotante).” Atsuko Tanabe cita a José Juan Tablada (1871-1945): “Entre mis aventuras de coleccionador, rememoro la curiosa fuerza centrípeta que hacía que tarde o temprano y por los más heterogéneos conductos, llegaran a mi poder los libros chinos o japoneses que existían a la sazón en México. Recuerdo por ejemplo, el “Fugaku Hiakei”(Cien vistas del Fujiyama), por Hokusai” (Memorias, 14 de octubre de 1926). Tanabe vuelve a citar a Tablada: “Las imaginaciones obscenas y terroríficas de Utamaro y las larvas y los espectros de Hokusai, las monstruosas imágenes eróticas de Utamaro, sería escabroso describirlas aquí” (“El monstruo”, en Revista Moderna, abril de 1899).
Antes de asistir a la muy recomendable Exposición Temporal PASAJERO 21, EL JAPÓN DE TABLADA, fui a la Cineteca Nacional a ver la película Hokusai Manga (Edo Porn, Japón, 1981), de Kaneto Shindo, recordando que ya había visto Señorita Hokusai (Sarusuberi Miss Hokusai, Japón, 2015), de Keiichi Hara, programadas, entre otras, como apoyo complementario a la Exposición Temporal PASAJERO 21…
Sobre Señorita Hokusai escribí, en su momento: Es una película de animación, de indiscutible gran perfección técnica, acerca de uno de los más grandes artistas del ukiyo-e (género de grabados, realizado mediante xilografía, llamado pinturas del mundo flotante o estampas) japonés. Adaptación del Manga Sarusuberi, una serie que narra los intentos de Katsushika Oei de trascender el legado de su padre, el legendario pintor y grabador Hokusai.

Sobre Hokusai Manga, realizada por Kaneto Shindo (nacido el 22 de abril de 1912, en Hiroshima, Japón, y fallecido el 29 de mayo de 2012, en la misma Ciudad), maestro menor del cine japonés y discípulo de Kenji Mizoguchi, uno de los tres genio indiscutibles del cine japonés, con Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu, habría que decir que nos hace pensar en la máxima: “cuando se llega a viejo hay que empezar de nuevo.”
Kaneto Shindo comenzó a trabajar como decorador en la productora Shinki Kinema. En la productora Shochiku destacó como guionista. Trabajó con Kenji Mizoguchi en la época en que su maestro maduraba su estilo. Pasado el tiempo, Kaneto Shindo escribió sobre Kenji Mizoguchi. “Llegó a ser bueno después de un mal comienzo, y a la mitad de su carrera se había vuelto malo de nuevo durante muchos años. Justo antes de su muerte era otra vez magnífico.”
Kaneto Shindo realizó, no sé si antes o después de lo que escribió sobre su maestro, el documental Keni Mizoguchi: La vida de un director de cine (Japón, 1975).
Kaneto Shindo fue conocido mundialmente por su película La Isla desnuda (Japón, 1961). “Se trata de un original poema cinematográfico, en el que se pueden (escribió Francisco Pina, en su libro El cine japonés, Cuadernos de Cine / 12, Dirección de Difusión Cultural. UNAM, 1965) admirar dos aspectos importantes: La belleza de las imágenes y la profundidad del tema.” Se he escrito que con El mito del sexo (Onibaba, Japón, 1964) Kaneto Shindo no se distanció mucho del estilo de Kenji Mizoguchi, pero sí de su espiritualidad, no teniendo la capacidad para transformar un hecho real en leyenda, porque al poner en juego la religión, la violencia y el sexo, raya en la pornografía blanda. De Kuruneko (Japón, 1968) se dice que es un ejercicio seudo fantástico, con corrección pero sin genio.
¿Qué se puede decir de la visión de Kaneto Shindo sobre Hokusai Katsushika, nacido el 31 de octubre de 1760, en Edo, hoy Tokio, Japón, y fallecido el 10 de mayo de 1849, en la misma Ciudad? Hokusai, al nacer recibió el nombre de Tokitaro, pero gustaba de cambiar de nombres: Shunro, Sori, Kako, Taito, Gakyonjin. Litsu y Man. ¿Qué se puede decir de la personal visión de Shindo Kaneto sobre Katsushika Kokusai (los apellidos preceden a los nombres en Japón)?

Lo dicho, la obsesión constante de lograr la perfección en el trabajo creador, al punto en que “cuando se llega a viejo hay que empezar de nuevo”. Kaneto Shindo notó el mal estilo de Kenji Mizoguchi, en sus comienzos, hasta que alcanzó un buen estilo, volviéndose malo, nuevamente, hasta que al final de su carrera se convirtió en magnífico. A Kaneto Shindo, hemos dicho, se le considera maestro menor y a Kenji Mizoguchi genio indiscutible del cine japonés. A Hokusai Katsushika se le consideraba menor, comparado con Utamaro Kitagawa, genio indiscutible en lo que concierne al grabado de mujeres bonitas, conocido como bijin-ga. Hokusai dibujo y grabó sus Hokusai Manga o vida diaria de la población de Edo, de 1814 a 1849, dibujó y grabó sus treinta y seis vistas del Monte Fuji (1830-1833), sobre todo La gran ola de Kanagawa.
La obra maestra de Hokusai, El sueño de la esposa del pescador (1820), xilografía o grabado en madera, del género shun-ga (imágenes de primavera que tienen como tema principal la representación del sexo), fue llevada al cine por Kaneto Shindo, de una manera realista, combinada con una imaginaría delirante, en la que vemos al viejo artista (Tetsuzo o Hokusai, interpretado por Ken Ogata)) dibujando a su modelo ideal (Onao, interpretada por Kanako Higuchi), bajo la mirada fascinada de su hija (Oei, interpretada por Yuko Tanaka). La combinación de realismo y delirio son la visión que nos ofreció Kaneto Shindo sobre Hokusai Katsushika, al representar a una bella mujer desnuda, poseída y en éxtasis por dos pulpos. ¿Una visión no obscena y terrorífica a lo Utamaro, sino una visión pura y poética, sin larvas ni espectros, a lo Hokusai, buscando, en los últimos momentos de su vida creadora, la perfección total, representada por una mujer seducida y llevada al orgasmo por un pulpo gigante y otro pequeño? ¡Vaya que hay muchos caminos en el arte y muchísimas sus variantes!


