Recientemente la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, informó que se llevará a cabo una disminución en el suministro de agua en casi la totalidad de las alcaldías debido a la falta de lluvia. Esto nos debe llevar a analizar con detalle una declaración que no hace mucho hizo Fernando Villarreal,  coordinador de la Red de Agua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador del Instituto de Ingeniería de esa misma institución educativa: “Se han hecho cálculos y se ha planteado que probablemente dentro de 40 años habremos agotado la capacidad técnica para extraer el agua del acuífero del Valle de México. Pareciera que 40 años es mucho tiempo, pero en realidad es un periodo muy breve, por lo que es necesario definir cómo repartir el agua”.

Este punto de vista del académico coincide con una serie de declaraciones del doctor Rafael Carmona, director general del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex): “El abastecimiento diario que recibe la ciudad debería ser más que suficiente para cubrir las necesidades de la población. Trabajaremos para que la distribución del agua sea equitativa. Para ello necesitamos conocer bien cómo funciona la red y establecer mecanismos de control que nos permitan lograr una mejor distribución”.

Cabe hacer notar que los declarantes, tanto del área académica universitaria como de la autoridad capitalina, han puesto el dedo en la herida. El agua es un recurso que se convierte cada día más en un problema de sustentabilidad para nuestra urbe. Actualmente la diferencia en el reporte del líquido por alcaldía es muy notoria y su disponibilidad de litros diarios por habitante, irremediablemente a la baja.

Estadísticamente se han clasificado las 16 alcaldías capitalinas en disponibilidad buena, eficiente y escasa, de esta manera: buena para La Magdalena Contreras, Tlalpan y Miguel Hidalgo; suficiente para Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Benito Juárez, Coyoacán, Álvaro Obregón, Xochimilco y Milpa Alta; escasa para Iztapalapa, Tláhuac, Iztacalco, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero y Cuajimalpa.

Ahora bien, el reto es que las 16 alcaldías cuenten con una buena distribución y en este sentido el director de Sacmex explica que para dar solución a este gran problema de una distribución del agua de manera equitativa, primero debe conocerse mejor el funcionamiento de la red hidráulica, con ello “se podrían controlar los caudales y las presiones, además de ejecutar una estrategia de detección y reparación de fugas”. Adelanta que, en principio, si se logran reducir las presiones durante la noche, que es el horario cuando baja el consumo, simultáneamente “estaríamos bajando la pérdida de agua. No se trata de cambiar la tubería porque son tantos kilómetros que no nos alcanzaría ningún presupuesto ni la vida para hacerlo”, dice Rafael Carmona.

De nuestra parte agregamos que el ahorro del líquido es otro  elemento fundamental para llegar a esa necesaria distribución equitativa del agua en las 16 demarcaciones, pues según especialistas en la materia, lo recomendable es que en una ciudad con características como la de México, se gaste por persona 100 litros de agua por día y, sin embargo, la realidad indica que actualmente por persona se gastan hasta 360 litros diarios en promedio, que es una cantidad descomunal.

Entonces, si no cuidamos el agua, el vaticinio de Fernando González Villarreal con el que iniciamos esta columna se hará realidad: “Dentro de 40 años habremos agotado la capacidad técnica para extraer agua del Acuífero del Valle de México”. De nosotros depende que no sea así.

Asesor del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Verde Ecologista.