Nuestra Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha sido un logro histórico. Dicho organismo constitucional autónomo es resultado de una lucha constante de mujeres y hombres que buscaron detener los excesos y abusos del poder en detrimento de los derechos de las personas.
Por mandato constitucional, la Comisión tiene entre sus atribuciones, la de recibir e investigar quejas de presuntas violaciones a derechos humanos; formular recomendaciones, así como denuncias y quejas; y proponer a las autoridades competentes modificaciones legislativas y reglamentarias para una mejor protección de derechos humanos.
Sin embargo, hoy el gobierno federal realiza ataques sistemáticos contra éste importante organismo. El primero de ellos fue la reducción de su presupuesto en un 10 por ciento para el ejercicio actual; seguido del desaire del ejecutivo federal al no recibir por primera vez, después de 26 años –de manera personal– el informe del Ombudsperson; y continúo con el rechazo a la primera recomendación que recibió por actos de su gobierno, así como con una campaña de difamación contra la Comisión Nacional, aún y cuando al inicio de su gestión, se comprometió a aceptar las recomendaciones y a respetar su autonomía.
Tal parece, que esta Cuarta Transformación prefiere no enterarse de temas tan sensibles para los mexicanos como lo son las personas desaparecidas, la tortura, el desplazamiento forzado interno, el abuso hacia los migrantes, las fosas clandestinas, la violencia de género, la trata de personas o la violencia contra periodistas.
Este panorama tan desalentador en materia de derechos humanos, coincide la elección o reelección de la persona titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por lo que la sociedad civil organizada, defensores de derechos humanos y expertos en la materia, han solicitado que el proceso sea con máxima publicidad y transparencia.
El actual titular de la CNDH, concluye su encargo el 15 de noviembre del presente año, por lo que el Senado de la República a través de las Comisiones de Derechos Humanos y de Justicia, deberá emitir la Convocatoria respectiva para su elección o reelección, 30 días antes de esta fecha. Dicho proceso se llevará a cabo mediante Parlamento Abierto y se realizará una auscultación a las organizaciones de la sociedad civil, defensores, víctimas y colectivos, a fin de que exista total transparencia y pluralidad en el nombramiento de quien protegerá, promoverá y vigilará el actuar del gobierno en materia de derechos humanos.
Confío en que el Gobierno rectifique su actuar en contra de la CNDH, respete el proceso de elección o reelección de su titular, y promueva una cultura de protección de los derechos fundamentales de las y los mexicanos, ya que cada golpe a los derechos humanos es un golpe a nuestra democracia y cada golpe a la democracia nos acerca más al autoritarismo.