Entrevista con Dámaso Morales, Centro de Estudios Europeos de la UNAM

 

Se acabó el bono de popularidad del premier británico Boris Johnson, quien junto con el mandatario estadounidense Donald Trump fueran considerados como los líderes más temidos del G7 por su carácter imprevisible. Esta semana el parlamento británico aprobó la ley que obliga a Johnson a lograr un acuerdo del Brexit y se evitó caer en la argucia de apoyar al premier en la convocatoria a elecciones inmediatas.

Se espera que el viernes –un día antes de nuestro cierre de edición– la Cámara de los Lores, luego de los debates, de luz verde y convierta en ley el veto a la salida del Reino Unido de la Unión Europea “sin acuerdo”, con lo que le propinaría un nuevo golpe al primer ministro, quien amenazó con consumar una salida dura de la Unión Europea pese a todas las consecuencias que implicaría.

Al respecto, Siempre! platicó con el coordinador  del Centro de Estudios Europeos de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, Dámaso Morales Ramírez. La entrevista que se realizó antes de que el Parlamento obligara a Johnson a negociar el acuerdo.

 

Su opinión sobre lo que está sucediendo en el Reino Unido, luego de que se le acabara la luna de miel de Johnson y un diputado conservador lo dejara sin la mayoría parlamentaria.

Fue un gran golpe, lo que tenemos es una crónica de desastres que tiene mucho que ver con el ambiente de la política interna que se vive en el Reino Unido, particularmente en el Parlamento, entre conservadores y laboristas.

Boris Johnson es el primer ministro después del fallido intento de Teresa May de poder presentar a votación el acuerdo que había concluido con la Unión Europea; se le criticó mucho a May que esa negociación la llevó a cabo solo con sus ministros de cartera y no involucró al Parlamento, cuyos miembros no estaban muy contentos con lo que había negociado.

Cuando Boris Johnson llega a Downing Street manifestó –como ya lo había hecho en diversas ocasiones–, que iba a modificar el acuerdo particularmente en la salvaguarda entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. ¿Qué tiene Johnson? un acuerdo ya negociado pero por el otro lado también cuenta con un tiempo fatal, el 31 de octubre y lo que intenta precisamente, es sacar una carta bajo la manga –un as– y forzar la amenaza de una salida sin acuerdo, lo cual le da, desde su punto de vista, muchas ventajas.

 

 

Cartas de Johnson

“Uno, frente a la Unión Europea, la víspera de una salida sin acuerdos significaría un gran fracaso para la propia Unión Europea y su apuesta sería que en unos cuantos días –básicamente en una semana–, se pudiera renegociar con la Unión Europea un acuerdo que fuera aceptable para los británicos, por ello arma la suspensión de las labores parlamentarias y con esta idea, busca acorta los tiempos. No permite la opción de parlamento y estaría presionando a la Unión Europea precisamente para que doble las manos.

“¿Por qué lo piensa así Boris Johnson? porque de un modo u otro la Unión Europea había estado consintiendo una serie de demandas históricas al Reino Unido desde los años 73, 75 y por eso mantuvo un estatus sui generis frente a la Unión Europea.

“La apuesta de Johnson también histórica es presionar con la estrategia de desbaratar la acción del Parlamento y dejarle nada más una semana, lo que prácticamente les impediría a los parlamentarios cualquier acción.

“Por otro lado, y este es el segundo punto interesante, es su estrategia de llegar hasta el límite y pedir esta suspensión de labores parlamentarias para sumarse a un Brexit duro, le permitiría también que los propios parlamentarios quizá pudieran aceptar el acuerdo que nunca le consintieron a Teresa May, dado que ya no hay de otra, porque es lo que hay sobre la mesa.

“Por un lado, la Unión Europea aceptaría modificar y por otro, el Parlamento de alguna manera pudiera aprobar lo que había negociado Teresa May. Si no fuera ninguna de esas dos opciones, Johnson habría puesto sobre la mesa la idea de que fue culpa de la Unión Europea y no del primer ministro, lo que sería evidentemente una simulación.

“Esto es visto por algunos parlamentarios como una acción truculenta en la que el propio Boris Johnson ya está construyendo un discurso para culpar a la Unión Europea del fracaso de la negociación.

Dámaso Morales, Centro de Estudios Europeos de la UNAM

Dámaso Morales, Centro de Estudios Europeos de la UNAM

 

“Si se hubiera abierto este escenario y la salida abrupta –que ya fue detenida– Johnson estaría llamando a elecciones, antes de que sean evidentes todas las catástrofes derivadas de un Brexit duro y ellos pudieran mantener el gobierno, sin embargo el diputado Phillip Lee, abandonó la bancada conservadora y se fue con los liberales demócratas, quitándole la mayoría.

“Pero no solo eso, hay 21 diputados en rebeldía, que fueron los que votaron en esta moción para discutir esta iniciativa de ley que obligaría a Johnson a entrar en contacto con la Unión Europea, y pedir una ampliación hasta el mes de enero.

“Si Johnson perdiera esta elección en la cual se le obliga a entrar en contacto con la Unión Europea, llevaría a cabo una elección adelantada con la idea de fortalecer la bancada conservadora y le puede pasar lo mismo que le pasó a Teresa May en las elecciones de junio de 2017, donde ésta anunciaba con bombo y platillo que iba a llamar a elecciones adelantadas para mandar un mensaje claro y fuerte a Bruselas.

“Sabemos que ese mensaje claro y fuerte a la Unión Europea, culminó con la pérdida de la mayoría conservadora en el Parlamento, 13 asientos y ganaron los laboristas 30 asientos; un escenario similar pudiera preverse también si Boris adelanta las elecciones.

“Es un juego político interno con un hombre populista, un hombre golpeador al menos en la retórica, muy parecido a Trump, quien por cierto habla maravillas de él. Hay similitudes con el mandatario estadounidense en como maneja los ataques personales desmedidos, el lenguaje, lo que ha provocado esta rebeldía en el ala conservadora de esos 21 tories, a los que el propio Boris amenaza con expulsarlos del grupo conservador, que no elimina su derecho de voz, de parlamento y de vocación.

“De abrirse elecciones no estarían en las boletas del partido conservador y como el sistema británico es muy cerrado y hay reelección, ningún laborista le cedería su lugar a un conservador, se quedarían sin candidatura y esa es el arma fuerte de Boris. Esas expulsiones incluyen al nieto de Winston Churchill –incluso Jo Johnson, hermano del premier anunció su dimisión como secretario de Estado de Universidades y como diputado en la Cámara de Comunes por sus discrepancias con el Brexit–.

“Es una crisis al interior del parlamento británico, así como de la política británica interna que se refleja en el Brexit”.

 

“La apuesta de Johnson también histórica es presionar con la estrategia de desbaratar la acción del Parlamento y dejarle nada más una semana, lo que prácticamente les impediría a los parlamentarios cualquier acción”.

 

Población ante el Brexit

“El Brexit dividió desde el referéndum al Reino Unido. Curioso, cuando May hablaba del Brexit decía que ningún elemento que dividiera al Reino Unido era bueno y curiosamente es el elemento que ha dividido a ese país. Así como vemos a gente a favor del acuerdo ahora vemos manifestaciones en lo que llaman un golpe de Estado de Johnson al intentar disolver al Parlamento porque está acabando a las fuerzas políticas vivas, está eliminando de un plumazo a cualquier tipo de oposición y por eso lo catalogan como dictador, como populista, que daña las bases de una de las democracias más antiguas y estables del mundo.

“Evidentemente hay sectores de población muy molestos pero también alas conservadoras que son nacionalistas y patrióticas y que ven en esta situación, no solo una carta negociadora sino un verdadero riesgo para el Reino Unido. La población está tremendamente dividida y es lo que no debe buscar un gobernante para su país”.