Entrevista a Jesús Silva-Herzog Márquez, Tecnológico de Monterrey

 

“A nueve meses de gestión del presidente López Obrador, hay una clara concentración del poder no solo hacia fuera del Ejecutivo, sino al frente de la administración pública, lo que da muestras de mucha ineficacia, no vemos a un equipo que trabaje en sintonía, hay muchas piezas de la administración que no funcionan como deben. Tenemos un presidente muy fuerte, muy popular, pero un gobierno y una administración débil”.

Así lo afirmó a Siempre! Jesús Silva-Hérzog Márquez, académico de la escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Dijo que hay en la conducción presidencial una concentración excesiva de poderes, no hay un espacio que le permita desarrollar a las distintas oficinas administrativas su responsabilidad a plenitud y que la confrontación cotidiana con los medios, es plena de arranques, lo que dificulta la continuidad de las políticas, la planeación e impide la coordinación administrativa del gobierno federal.

“Hemos visto a un presidente con una gran ambición transformadora, con la intención de fundar un régimen distinto que se separe de lo que él llama la pesadilla neoliberal y un enorme talento para ir destruyendo una serie de instituciones que han sido emblemáticas de ese proceso, sin advertir todavía qué es lo que puede activar en su lugar. En ese sentido, hay una gran capacidad destructiva y poco mérito en lo que se ha construido”, aseguró el analista.

En términos políticos, señaló que se ha edificado una presidencia muy fuerte, muy visible, que curiosamente va en contra de lo que uno pensaría debería ser una plataforma de izquierda, que es el fortalecimiento de las capacidades y de las competencias del Estado.

Es importante advertir, mencionó Silva-Herzog, que hasta el Presidente de la República en alguno de sus mensajes recientes, ha reconocido que una de las tareas pendientes es la reanimación económica del país “incluso en el círculo presidencial se admite que hay un estancamiento económico, y no vemos que haya una expectativa muy optimista para los próximos meses”. En ese sentido, dijo, “la situación no puede ocultarse por más que se enfatice la bandera del desarrollo, frente a la bandera del crecimiento, ya que sin éste, el desarrollo es imposible”.

El politólogo dijo que una de las sorpresas son las decisiones concretas del presidente en la forma que se ha implementado la política de austeridad, “la severidad, casi diríamos hasta la crueldad con la que se han recortado los financiamientos de programas vitales para el país, resulta sorprendente. Hay quién ha invocado al presidente español Felipe González, hablando más que de una política de austeridad, como una política de austericidio. Son señales preocupantes advertidas incluso por personajes cercanos al círculo lopezobradorista, como el primer director del IMSS, que en esa propia casa, detectó el impacto terrible de esa política de austeridad en el funcionamiento regular del Instituto”.

 

“Valdría la pena dejar atrás esa visión que sugiere que todas las críticas provienen del enemigo, y escuchar que éstas tienen fundamento en hechos objetivos, y que pueden ser el aliado para encausar la administración”.

 

 

No enfrentamos situación critica

El académico del Tecnológico de Monterrey, apuntó no se puede decir que estemos enfrentando una situación critica, pero sí hay señales preocupantes que en el estilo presidencial, un impulso automático de desconocer la realidad, “no vemos a un presidente, ni un liderazgo atento a la respuesta de los hechos, a las circunstancias, y capaz de ajustar el volante, el ritmo y las decisiones para tratar de responder a lo que sucede en el país.  Vemos un presidente muy seguro de su política, de sus decisiones, y sordo al reflejo de los hechos, es lo que tenemos en los primeros nueve meses de gobierno, lo que resulta más inquietante”.

Aseguró que en el sector energético está el espacio de mayor vehemencia ideológica, y de mayor ceguera económica de la administración, ya que “el reloj en el sector energético está detenido hace varias décadas, y las políticas más insensatas que hemos registrado en estos meses, tienen que ver con esta obcecación  ideológica con el sector energético”.

En el transcurso de la entrevista, Silva-Herzog, dijo que es infundado un paralelismo entre chavismo y la política de Andrés Manuel López Obrador, ya que este último no es un dirigente militar “los países, las sociedades, y economías  son diferentes; hay en México prácticas de la economía abierta, y Andrés Manuel ha tenido esmero en cuidar el vínculo comercial con los Estados Unidos. Asimismo  se respeta la autonomía del Banco de México, y hay señales de radicalismo y moderación en López Obrador”, apuntó.

“No vemos un proceso de debilitamiento del presidente, es un presidente fuerte, mantiene niveles considerables de respaldo popular y es visto como el hombre que logró darle un respiro, oxigenar la política mexicana y le propinó el golpe que la mayoría de los mexicanos quería darle, a la clase política tradicional. A López Obrador se le sigue viendo como un presidente cercano y sensible, con altos índices de popularidad. Habrá que ver como estos hechos, las frustraciones, que empiezan a acumularse en su gestión, en materia económica y de seguridad, empiezan a tener efecto en esa popularidad, y en ese poder que puede tener en estos momentos”.

Jesús Silva-Herzog Márquez, Tecnológico de Monterrey

Jesús Silva-Herzog Márquez, Tecnológico de Monterrey

AMLO cercano a Fuerzas Armadas

Silva-Herzog Márquez, argumentó que un tema importante de este gobierno, es el acercamiento de López Obrador con los militares, con el Ejército, con la Marina, en donde ha habido un cambio frente a lo que se ofrecía en tiempos de campaña, culpabilizando al Ejército de violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos, y ofreciéndole al país que los militares terminarían su participación en la lucha contra el crimen organizado, y volverían a los cuarteles.

“Hemos visto desde tiempos anteriores a la toma de posesión, un acercamiento muy importante. La Guardia Nacional es la institucionalización de este proceso en que se militariza la política de seguridad, al tiempo que en últimas fechas hemos visto actos vejatorios para miembros del Ejército, que han sido registrados y difundidos por las redes sociales, y que han causado molestia no sólo en cuerpos castrenses, sino que han protestado figuras como el gobernador de Michoacán, que considera que si perdemos el respeto por las Fuerzas Armadas, hemos perdido todo en la lucha contra el crimen organizado”.

“Es inquietante por doble vía esta relación con los militares,  por una parte un nuevo abrazo al Ejército y a la Marina por encomendarles tareas que no deberían ser propias de estos cuerpos, y por otro, someterlos a una serie de vejaciones que resultan preocupantes, no es aducible que la alternativa sea simplemente la vejación o la represión, debe haber orden, respeto por las Fuerzas Armadas, que son un poder indispensable del Estado”, aseguró el académico del Tec.

Silva-Herzog  dijo que no hay en los libros de texto un intento de reescritura de la historia, “lo que si veo en el discurso cotidiano, incluso en su denominación de su gobierno como la Cuarta Transformación, un intento de plantarse en la historia, a través de una perspectiva épica de una Cuarta invención de la República, que de alguna manera, el presente puede asumirse como el redactor de la historia definitiva del país”.

Respecto a que López Obrador acuda a grupos evangélicos para distribuir su cartilla moral, el politólogo expresó: “Me preocupa enormemente la cercanía del Presidente de la República con estos grupos de predicadores sean católicos o evangélicos; la cercanía del presidente con estos grupos, la adopción de un discurso religioso como discurso presidencial es incompatible con la visión de un Estado laico, que debe mantener activamente la separación entre lo religioso y lo político. Ha hecho del discurso cristiano el discurso oficial, ha adoptado expresiones bíblicas como si fueran el resumen de la moralidad de su gobierno, y eso lo retrata como el político más distante del proyecto liberal de Benito Juárez, incluso mucho más de lo que fue el presidente Vicente Fox”.

Al referirse al registro de 26 mil muertes violentas en este año y que nuestro país ocupa el primer sitio en el número de feminicidios, el analista político indicó que es una señal alarmante del rumbo que toma el país aunque aclaró que no puede responsabilizársele al presidente de este problema, ya que “recibió un país con índices inaceptables de violencia, sin embargo, cumpliendo 9 meses al frente de la administración, ya empieza la responsabilidad del propio gobierno. No puede vivir este gobierno lanzando culpas constantemente a los gobiernos precedentes”.

Y agregó, la responsabilidad del presidente comienza en la falta de una estrategia que se ubique como una táctica distinta para enfrentar el crimen. “Acude a dos recursos que no resultan persuasivos, uno es la fundación de la Guardia Nacional como la fuerza salvadora, y por otro lado la expectativa de que la atención a las causas estructurales, sociales y morales de la delincuencia nos va a salvar de la violencia y el crimen. No encontramos hasta el momento ningún indicio para pensar que estas apuestas funcionan”.

 

El gabinete

Jesús Silva Herzog-Márquez dijo que el de AMLO es un gobierno poco visible, es un gabinete que tiene quizá a un personaje de una gran relevancia que es el canciller Marcelo Ebrard, “quien ha asumido funciones de gran importancia, no solo como el arquitecto de la política bilateral con Estados Unidos, sino asumiendo funciones que corresponderían a la Secretaría de Seguridad Pública, a la Secretaría de Gobernación y que recibe del Presidente un trato como si fuera un mandatario alterno al propio Ejecutivo; el resto de las figuras del gabinete me resulta descoloridas, no han asumido una presencia pública relevante. Reitero es un presidente fuerte con un gabinete muy débil”.

Puntualizó que este primero de septiembre AMLO debe hacer con sinceridad un balance, un corte de caja, para  ver cuál es el efecto de las decisiones que ha tomado, las que no se han tomado, y en base a ello, saber en qué hay que hacer un viraje. “Es la oportunidad”, señaló, “de dar mayores señales de confianza y certidumbre, valdría la pena dejar atrás esa visión que sugiere que todas las críticas provienen del enemigo, y escuchar que éstas tienen fundamento en hechos objetivos, y que pueden ser el aliado para encausar la administración”.