Asistí al teatro en estos días y presencié una obra que considero que fue todo un verdadero privilegio, por su contenido y las actuaciones.
Se trata de La fundamentalista, del autor finlandés Juha Jokela, con la participación de dos conocidos y reconocidos personajes del teatro mexicano contemporáneo: Luis de Tavira y Aurora Cano.
Una escenificación soberbia sustentada en el gran talento actoral de Tavira, quien es además uno de nuestros más célebres directores de teatro y creador emérito. Y así también, de Aurora Cano, que desarrolla magníficamente su personaje y que como sabemos cuenta con una brillante trayectoria teatral, así como una impulsora de encuentros e intercambios con actores, directores y actores de otros países.
Una puesta en escena magistral, bajo la impecable dirección de Joaquín García, que nos remite lo mismo a la fe, que al descreimiento y la apostasía, e igual al amor y desamor, a la manipulación de las sectas religiosas con fines ideologizantes y hasta cuestionamientos de conceptos y episodios bíblicos.
Sin revelar aquí el contenido, por demás profundo, y menos aún decir su estrujante y conmovedora propuesta final, puedo decir que el relato se centra en una pareja, formada por un pastor protestante y una joven creyente del evangelismo, que se ven atrapados por pasiones y sentimientos que van de lo sexual al dogmatismo.
El diálogo entre ellos es todo un ejercicio de inteligencia, a la búsqueda de su camino, con consecuencias estremecedoras y donde la religación aparece exhibida bien sea como una instancia redentora y de salvación individual y colectiva o en contrapartida como generadora de miedos, culpas, truculencias y enajenación psicológica.
El escenario, simple en apariencia, está dotado en realidad de significados y connotaciones mediante una hilera de puertas que se abren y cierran como si fueran estadios de la conciencia, del ánimo y de la misma ubicación en tiempo y espacio de los protagonistas.
Me quedo entonces con una gran obra que provoca emociones y reflexión en torno a una sociedad mediatizada.
Lo único que siento es que sólo estará en cartelera del CENART del 1 al 29 de septiembre, y que pocos tendrán la oportunidad de verla, cuando se trata de una obra que debieran apreciar muchos y muchas
¡Esto si es teatro!
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