México cuenta con un amplio expediente de leyes federales emanadas del Congreso de la Unión sobre medio ambiente. A nivel federal existen instancias encargadas de hacer prevalecer las normas ambientales. Asimismo, los gobiernos estatales y municipales cuentan dentro de sus estructuras administrativas con áreas operativas que se encargan de vigilar todo lo relacionado con el cuidado del medio ambiente en sus localidades.

Por el lado internacional, nuestro país forma parte de organismos adherentes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que tienen el propósito de generar condiciones de bienestar en materia de ecología, hábitat, medio ambiente, sustentabilidad; asimismo, ha firmado protocolos, tratados y convenios trascendentales en ambientalismo, como es el caso del Convenio de París. Hasta ahí, en papel todo bien, sin embargo esta situación no ha permeado en la población. No existe aún la suficiente colaboración y conciencia ciudadana en materia del cuidado del medio ambiente. Esta hipótesis está respaldada por estadísticas, no es sólo una percepción.

El estudio global Who Cares, Who Does?, elaborado por una consultora internacional reveló que 78 por ciento de los mexicanos tiene poco o nulo interés por el ambiente; que sólo 5 por ciento considera en su actividad diaria alguna acción para no afectar el ambiente; que 3 por ciento, aunque sabiendo la importancia de cuidar el ambiente, hacen poco por él; y finalmente, añade el estudio que 14 por ciento de mexicanos, por economía o practicidad, no adquieren productos amigables con el ambiente. Estos actos de los mexicanos, concluye el análisis, contrastan con el promedio mundial, que llega al 30 por ciento de familias interesadas en el ambiente.

Más lamentable no puede ser la realidad para nosotros. Pero hay otros indicadores que se suman a esta situación del desdén de mexicanos por el ambiente. Como ejemplo, el Banco Mundial señala que después de China y Estados Unidos, además de siete naciones más, México es el décimo emisor de contaminantes a la atmósfera. Esta institución crediticia internacional añade que nuestro país produce diariamente, por habitante, 1.24 kilogramos de basura, que multiplicado por 120 millones de pobladores arroja una cantidad descomunal de desperdicios, los cuales pueden verse en calles, espacios públicos, en playas, en alcantarillas y hasta en sitios menos imaginables.

En cuanto a emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, Banco Mundial indica que la aportación per cápita en México es de cuatro toneladas métricas al año. En este rubro, el uso de vehículos impulsados por gasolina, aunado a la necesidad de transportación y crecimiento del parque vehicular, muestra un panorama de vialidades colapsadas cotidianamente que se ha vuelto costumbre.

Ahora bien, ante este abrumador panorama, ¿qué debemos hacer? Lo primero es dejar de plantear a la conciencia ciudadana en medio ambiente nada más como solución a futuro. El momento de actuar es ahora, pero con una visión de largo plazo. Se deben también considerar la creación de estrategias de concientización comunitaria que tengan como objetivo central eliminar la idea de que el cambio climático y los temas ambientales son problemas lejanos y secundarios. Generar un sentido colectivo de urgencia ante estos temas porque sus repercusiones las vivimos ya. Convencer a los ciudadanos de que las soluciones ambientales no sólo deben provenir de las instituciones sino del cambio individual en esta materia.

Desde luego que revertir el nulo interés individual de los mexicanos en lo ambiental no es posible en el corto plazo y se requiere un esfuerzo sostenido por décadas. Por ello es necesario empezar ya, sobre todo tomando en cuenta que México es uno de los países con mayor capital natural del mundo, pues aunque su territorio representa apenas el uno por ciento de la superficie del planeta, alberga al 10 por ciento de la biodiversidad de la Tierra. De ahí que tenemos en nuestras manos este invaluable privilegio y es perentorio vigilar y preservar este tesoro.

Asesor del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Verde Ecologista.