Entrevista a Adriana Dávila, diputada federal del PAN

 

En los hechos registrados la semana pasada en Culiacán donde fue liberado el presunto narcotraficante Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo y que mantuvo a esa ciudad bajo el asedio del Cartel de Sinaloa, hay mucha información que no se ha dimensionado y que “medio conocemos” como ha señalado Cuauhtémoc Cárdenas. Lo claro, es la claudicación del gobierno ante el crimen organizado.

Para el político michoacano resulta fundamental conocer quien fue el alto mando que autorizó el operativo “para la detención de una personas con fines de extradición” y su resultado, así como conocer qué solución se plantea para la erradicación de la delincuencia. Mientras, el gobierno –a pesar de que trata de desviar la atención– se enfrenta como nunca al cuestionamiento sobre las consecuencias de la liberación del delincuente y su manejo por encima de la ley en este tema.

La diputada por el PAN, Adriana Dávila, ha cuestionado una y otra vez la falta de explicaciones gubernamentales sobre lo sucedido en Culiacán y su banalización, ya que, asegura, “las consecuencias en la vida cotidiana de las mexicanas y los mexicanos es lo importante”. Pero hay que sacar del contexto partidista el planteamiento que se ha hecho de este tema “como si fuera una lucha de conservadores y de liberales, lo que resulta un error por parte del Presidente de la República”.

Critica la falta de responsabilidad del presidente López Obrador en un tema fundamental, así como manejar falsos debates que solo fracturan a una sociedad ya de por sí dividida y lo más delicado, asegura que estamos viviendo un pacto con el narco, voluntario o por intereses.

Estas son sus reflexiones.

 

No es la primera vez que miente

“Primero, señalar que desde el momento en que se dio este hecho en Culiacán, de esas más de cinco horas en se dio ese enfrentamiento entre las fuerzas armadas, la guardia nacional, las fuerzas federales y los delincuentes, y que al Presidente cuando le preguntan sobre el tema diga ‘me voy a Oaxaca’, es decir, me incomunico y no respondo, que lo haga el Secretario de Seguridad Pública y que sean ellos los que les den la información. Luego  habla el Secretario de Seguridad Pública que –no es la primera vez que miente– y trae un discurso más ideológico que de operación y de acción específica para el combate a la delincuencia organizada.

“Por otro lado, tienes una secretaria de Gobernación ausente, o no, más bien a la 1.25 de la mañana agradeciendo el honor que tuvo de haber sido compañera del Presidente en el arranque de las obras de Santa Lucía. Hay un desdén que me parece insólito de darle importancia a un hecho en donde se detiene a un presunto delincuente y después se le suelta con tanta facilidad y hasta lo reconozca y que en ese reconocimiento diga que el problema es que sus adversarios políticos están queriendo construir una narrativa en este sentido. Eso no cabe en el México que hoy vivimos, la situación de inseguridad tiene a mexicanas y mexicanos con esta grave situación, como si el fondo del problema fuera si estamos o no con el Presidente”.

 

Adriana Dávila, diputada federal del PAN

Falsos debates que fracturan

“Se viven falsos debates que desvían la atención de los temas importantes porque el fondo del asunto es que resulta una mentira que se salvaron vidas en un asunto con la decisión tomada por el Presidente en Culiacán. Quien puso en riesgo las vidas fue el Presidente con varias acciones; está su discurso, cuando en lugar de decir que hay una fuerza del Estado mexicano y que se va aplicar el Estado de Derecho, y dice ¡nadie por encima de la Ley!, pero en la realidad no lo aplica.

“Luego sale con ¡voy a acusarlos con su mamá!, ¡fuchila, guácala!, dando un trato banal al tema, como si fuera el papá regañando a los hijos y no el Jefe del Estado Mexicano que tiene la mayor responsabilidad. No puede jugar con ese tema, pone en riesgo a la población, concretamente a la de Culiacán, cuando nos dice en un primer momento que no se había enterado del operativo. Primero, si no está enterado como él lo reconoce, entonces ¡en manos de quién estamos!, si el Presidente nos ha dicho que se entera de todo, que nada se le esconde, que los Presidentes sabían de que se trataba estas situaciones siempre y que se hacía bajo la tutela de los Presidentes, ¿por qué de él no?

“Un Presidente que deja en otras manos la mayor responsabilidad que tiene y por eso hay una reunión de gabinete de seguridad todos los días a las 6:00 de la mañana, entonces el Presidente se está desvelando gratuitamente, a lo mejor si durmiera un poquito más podría tomar mejores decisiones y le informarían sus subalternos de este asunto. Si está enterado y está negándolo ¡qué triste que lo niegue!, si no lo está, peor aún porque entonces en manos de quién estamos. El Jefe del Estado Mexicano tiene como 300 personas a las que tiene que echarle la culpa de lo que está sucediendo. No se están midiendo las consecuencias sociales, de criminalidad que van suscitarse en el país. Un Presidente no puede hacer caso omiso de estas cosas”.

 

De dónde vinieron las órdenes

“El Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas se llama Andrés Manuel López Obrador, por tanto las órdenes superiores tuvieron que haber venido de él o del Jefe del gabinete de Seguridad, Alfonso Durazo, por un lado.

“Por otro, no pueden decir como lo hacen de que esto es culpa de la oposición, porque la oposición le dio los instrumentos que él quería. Quería una guardia nacional,  quería las leyes secundarias, él dice ¡no me las dieron como quería! Aparentemente no, porque nosotros sabemos lo que significaría la guardia civil, por eso se le aceptó el 5º transitorio en la reforma constitucional, en donde por lo menos las fuerzas armadas van a estar en la calle cinco años.

“El Presidente y también el Jefe del Gabinete de Seguridad han traicionado no solo al país, sino también a las propias fuerzas armadas, quienes hoy reciben toda esa carga de lo que significa la humillación pública y que no solo es un aspecto de carácter moral, sino de esta dualidad en que las colocan. Imagínate que durante cinco horas los militares estuvieron combatiendo a estos delincuentes armados hasta con los dientes que tenían un armamento muy avanzado, y luego de cinco horas se detiene al supuesto criminal y resulta que por órdenes superiores ‘tienen que soltarlo’.

“El Presidente dice que no corrió sangre y me pregunto qué hay de las trece vidas que se perdieron, valdría la pena revisar si de verdad fue ese número, eso no está claro y saldrán más cosas. Es un tema más complicado de lo que percibimos pero una de las sorpresas fue escuchar al Presidente en la mañanera decir que Culiacán ya está en orden, que está muy bien, y se dedica a narrar un partido de béisbol. En lo personal me genera muchas dudas la circunstancia en la que el Presidente se está moviendo, un terreno muy peligroso que no hemos logrado dimensionar”.

 

 

“Critiqué el Pacto por México, no estuve de acuerdo y ahora resulta ser que pasamos del Pacto por México, al pacto con el narco. Es una situación muy grave”.

 

 

Pacto con el narco

“Vemos que hay una persecución política en donde el Presidente ha marcado claramente cuáles son sus adversarios: la clase política. El crimen organizado no forma parte de sus temas o de sus adversarios a combatir. Este pacto que se está generando entre el crimen organizado y el gobierno federal, llámese de manera voluntaria o por intereses que incluso podemos desconocer, es un pacto muy peligroso, que se ha hecho público –y que incluso se haya aceptado con tanta desfachatez– nos pone en riesgo a todos, incluyendo al propio gobierno. Ese pacto no solo resulta peligroso, debo decirte, lo que son las cosas, yo critiqué el Pacto por México, no estuve de acuerdo y ahora resulta ser que pasamos del Pacto por México, al pacto con el narco. Es una situación muy grave.

“Por eso tenemos eventos como el de Aguililla en Michoacán, o como el de Guerrero, como estos otros que no son negados porque ya tuvimos otros derramamientos de sangre en Coatzacoalcos, en Hidalgo, hay muchos asuntos de esta naturaleza que hablan de pérdidas humanas. Es mentira que no haya habido derramamiento de sangre, además las cifras que tenemos de 29 mil homicidios establecidas en el Sistema Nacional de Seguridad, no es una cifra que saqué de la manga o que la oposición conservadora  dio a conocer, son cifras del Gobierno Federal”.

 

Autoterrorismo interno

“En principio tiene que responder el Gabinete de Seguridad y el Presidente de la República ante estas acusaciones, no importa el nombre que se les ponga, lo que sí importa es que los terroristas puede ser los adversarios, pero que tú tengas el auto terrorismo interno, resulta muy grave, es decir, hay un boicot interno encabezado por el Presidente contra la propia seguridad de los mexicanos y las mexicanas y me parece que es mucho más grave de lo que se está percibiendo, incluso por quienes lo apoyan, que no ayudan al Presidente –incluso sus propios compañeros tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores–, si minimizan un problema de esta envergadura, resulta muy crítico para el país”.