El ruido es otra forma de contaminación que afecta la tranquilidad de los habitantes de la Ciudad de México. Prácticamente vivimos una ciudad ruidosa donde los altos decibeles rompen con la calma en horas destinadas al descanso. Aunque la Secretaría del Medio Ambiente local establece como máximo 65 decibeles para el horario de 6:00 a 20:00 horas y de las 20:00 horas en delante de 62 decibeles, la intensidad del ruido registrado en algunas zonas de la capital supera con mucho ese rango.

Según estadísticas proporcionadas por la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial (PAOT), dirigida por Mariana Boy Tamborrel, de enero a julio pasados se han presentado 549 denuncias por exceso de ruido en establecimientos mercantiles, fábricas y obras de desarrollo inmobiliarios. Según esta dependencia, cinco demarcaciones concentran la mayoría de registros: Cuauhtémoc, con 170; Benito Juárez, con 69; Miguel Hidalgo, 63; Coyoacán, 48; e Iztapalapa, 42. Del año 2000 hasta mediados de julio de 2019 se abrieron 8 mil 29 expedientes en materia de ruido y vibraciones, lo que representa 19.7 por ciento del total de folios integrados por la PAOT en todas las materias (40 mil 835 casos).

Cabe señalar que el problema del ruido es la segunda demanda más frecuente ante la PAOT, sólo por debajo del uso del suelo y por encima del maltrato animal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que por lo menos sean 55 decibeles a los que un ciudadano debe estar expuesto. En Europa la norma sobre ruido es bastante restrictiva, estableciendo que en horario nocturno el ruido no pase de 40 decibeles. Obviamente no es el caso de México, donde el exceso de ondas sonoras está causando entre las personas trastornos de sueño, pérdida de atención, concentración y rendimiento; estrés con todas sus manifestaciones y consecuencias, incluso trastornos de la audición con pérdida progresiva.

Ante esta situación, Mariana Boy indicó que por medio del programa Bájale al Ruido, implementado por la PAOT, se están llevando a cabo operativos para que los establecimientos mercantiles demandados, como restaurantes, karaokes, bares, antros y cantinas, sean conscientes del daño que puede causar el exceso de sonido, y aunque la procuraduría no cuenta con los operadores suficientes para atender las denuncias, reforzarán el tema del programa y seguirá recibiendo las demandas que lleguen hasta la dependencia local.

Asimismo la procuradora Mariana Boy explicó que este programa implica recorridos en diversas alcaldías para detectar a los giros comerciales denunciados y dar seguimiento a los compromisos que estos adquirieron ante los demandantes para disminuir la intensidad de las ondas sonoras y en caso de que no se cumplan los acuerdos, “se hará un acercamiento con las autoridades que tienen atribuciones de sanción para que hagan lo pertinente para que los denunciados cumplan con la norma”.

No cabe duda que el reto que tiene frente a sí la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial en el caso del exceso de ruido en la ciudad, que agobia a millones de habitantes, es muy grande, pero también lo es la importancia que representa vivir en una urbe con las mejores condiciones ambientales que garanticen la salud y el bienestar de los habitantes.

Asesor del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Verde Ecologista de México.