Entrevista a Salvador Mejía, especialista terrorismo y lavado de dinero

 

Salvador Díaz, especialista en terrorismo y lavado de dinero, director de la consultora Asimetrics no tiene dudas: las organizaciones de delincuencia organizada mexicanas califican como organizaciones terroristas, petición que ha hecho la familia LeBarón al gobierno estadounidense –tienen las dos nacionalidades–, luego de que fueran masacrados nueve de sus familiares, tres madres de familia y seis de sus hijos, además de otros cinco niños más que hoy se reponen de sus heridas.

Una familia que ha sufrido en carne propia los ataques de grupos delictivos que se disputan el territorio donde habitan –es ruta de trasiego de la droga–, ya que en 2009 fue secuestrado Erick LeBarón, quien fuera liberado pero meses después fueron asesinados Benjamín Lebarón y Widmar Stubbs, luego de que la familia se uniera al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, para dar visibilidad a las víctimas.

Mientras tanto este jueves, el fiscal estadunidense William Barr se reúne con el presidente López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard, donde las pláticas versan sobre la cuestionada estrategia de seguridad del gobierno federal. Sobre el tema habla Salvador Mejía.

 

Perspectivas en el caso LeBarón

“El evento ocurrido a la familia LeBarón y la petición posterior para equiparar a los cárteles mexicanos a nivel de grupos terroristas abrió una puerta entreabierta desde hace muchos años. No es inusual esta comparación, hace varios años hubo una demanda en Estados Unidos, por familiares de ciudadanos norteamericanos que han sido heridos o asesinados por miembros de la delincuencia organizada en México.

“De hecho, esos familiares demandaron al banco HSBC y aunque perdieron, lo importante es que fundamentaron su demanda en la Ley Antiterrorista de los Estados Unidos y alegaron que el banco, al fallar en sus controles de prevención de lavado de dinero y financiamiento de terrorismo, auxiliaron a los cárteles para comprar las armas, los vehículos, con los que atentaron en contra de sus familiares.

“Desde entonces e incluso en otros casos, ya existía esta idea de equiparar a la delincuencia organizada en México con grupos terroristas; la petición de la familia LeBarón lo que hizo fue avivar esta discusión y ponerla en un contexto de lo más complicado para el gobierno de México.

“La razón es que si se hace este cambio de denominación puede traer muchas consecuencias en contra, no solo del gobierno mexicano sino en contra de las empresas mexicanas, de las mujeres y hombres de negocios, porque no podrían conforme a las sanciones –faltaría ver si se materializan los términos– lo que podría implicar que empresas norteamericanas pudieran decir o no que van a tener tratos comerciales con empresas que radican en un país donde se da el financiamiento al terrorismo o donde operan grupos terroristas.

“No olvidemos que a Estados Unidos, al gobierno norteamericano, le importa mucho el tema de delincuencia organizada. Si hay algo sagrado, es el combate al terrorismo internacional. Podría traer un grave problema para nuestras empresas, que adquirirían un nuevo parámetro de riesgo.

“Sería un país de alto riesgo para conducir negocios y podría impactarnos a muchos niveles, por ejemplo, el famoso T-MEC.

“Sin embargo, también hay que entender, que la petición de LeBarón, si es escuchada por el presidente Trump, podría ser un golpe de bumerang para su gobierno, porque si se hace ésta homologación, cualquier ciudadano, cualquier empresa norteamericana que tenga algún tipo de vínculo con estos todavía cárteles, podría ser equiparado a una persona que auxilia a terroristas.

“Si se le venden armas, al Cartel Jalisco Nueva Generación y es designado, la tienda de armas en Estados Unidos que las vendió, podría ser considerada como de terrorismo doméstico, falta ver si esto ocurre. Veríamos como lo aterrizan.

“Pensemos en motociclistas que transportan droga de los carteles mexicanos serían considerados como terroristas domésticos; policías que brindan el apoyo, lo mismo. Tiene un lado operacional bastante complicado para el gobierno de Estados Unidos”.

 

No olvidemos que a Estados Unidos, al gobierno norteamericano, le importa mucho el tema de delincuencia organizada. Si hay algo sagrado, es el combate al terrorismo internacional

 

Se cumple con los supuestos del terrorismo

“La postura de los LeBarón, trae a la mesa es la discusión añeja y a ratos olvidada de si un cártel mexicano o su manera de actuar clasifica o no, simplemente conforme al Código Penal Federal como una organización terrorista y si nos vamos al artículo 139 del Código Penal Federal y hacemos una lectura sencilla, como cualquier ciudadano que tiene acceso a las leyes, se darían cuenta que cumplen con no pocos de los supuestos.

“El mero hecho de propagar terror en la población, es una de las causales del delito de terrorismo. Les preguntaría a los políticos mexicanos si desmembrar cuerpos o arrojarlos a una plaza pública, si quemar camiones y bloquear accesos  a la carretera y se disparara impunemente al aire, desde camiones técnicamente artillados, si el dejar un cuerpo colgado de un puente o dejar narcomantas,  si todo esto no influye en el ánimo de la población.

“Insisto, les preguntaría eso a nuestros políticos aunque ya sé que ellos no quieren tocar la posibilidad de que este delito se esté verificando en tiempo real en México y no hablemos de los estados de alto riesgo, en la mismísima ciudad de México tenemos no pocos casos en los cuales los cárteles actúan de manera local, lanzan francas amenazas en contra de la población para que eviten entrar en contacto con las autoridades. Si eso no es terrorismo, la verdad es que no se que sea.

“Efectivamente el canciller Ebrard se ha mostrado contrario a esta medida, asegura  que hay muy buenas relaciones con Estados Unidos, que están trabajando y por el otro lado, vemos a Trump muy metido en el asunto, en plena campaña electoral.

“Ciertamente, tiene otros dos factores, por un lado puede ser un detonante de una campaña y puede ser un paliativo de un proceso de impeachment en contra del presidente de los Estados Unidos.

“Puede ser una manera por la cual podría llegar a decir que combate a los cárteles sin tocar los intereses de la Asociación Nacional del Rifle y poner un alto a la venta indiscriminada de armas de asalto que al final terminan no en mano de los compradores norteamericanos sino en las manos de cárteles mexicanos”.

 

 

Escenarios

“El tema va a ser utilizado tanto por la familia LeBarón como por los detractores de la administración del presidente López Obrador y por el gobierno norteamericano en su caso —si es que es del agrado del presidente Trump—. No veo en un corto plazo soluciones en contra de las personas que jalaron los gatillos, de las personas que ordenaron la ejecución y de los funcionarios que fueron omisos en sus obligaciones. Al final, puede seguir una ruta meramente política y como lo marcan muchos otros casos en México en materia de procuración de justicia, los muertos quedarán en el olvido, salvo que por supuesto, si el presidente Trump decida incendiar la casa y lance una orden ejecutiva para que el Departamento del Tesoro a través de la OFAC —Oficina de Control de Activos Extranjeros— decidan crear una programa específico para México de cárteles. Veo mucha política y lamentablemente pocos resultados”.