Entrevista a Arturo Sánchez, ex consejero electoral del INE

 

Las denuncias no solo de los funcionarios del Instituto Nacional Electoral sino de expertos en la materia sobre las reformas que pretenden cambiar el sistema electoral y que buscan, en lo fundamental, el control político del Instituto que manejará los comicios en 2021. Un control político que hoy no existe como ha señalado Lorenzo Córdova.

Reformas presentadas por los legisladores de Morena que buscan rotar la presidencia del Instituto cada trienio y eliminar los órganos electorales locales autónomos, lo que significaría un retroceso ya que la presidencia del INE dependerá de las mayorías en turno, lo que debilita a la autonomía y propicia el sometimiento.

Arturo Sánchez, ex consejero electoral reflexiona para este semanario sobre el futuro del INE, pivote de la democracia, organismo que ha dado a este país –luego de muchas vicisitudes y de un control férreo por parte de anteriores gobiernos– estabilidad y certeza. Avances que hoy se pretenden revertir, luego de las iniciativas que han presentado legisladores de Morena. Esta es la entrevista.

 

Los retos del INE

Su visión para 2020, con múltiples desafíos sobre todo para organismos autónomos…

Hay retos muy grandes para estos organismos. Primero, mantener el nivel de eficiencia que han demostrado a pesar de los recortes presupuestales y del trato que han recibido. Los organismos autónomos tienen por definición una premisa que defender y es ser completamente independientes, no partidistas, estar lejos de cualquier influencia externa y por eso su carácter autónomo.

Su prestigio depende de varias cosas y una de ellas es su eficiencia como instituciones y ésta tiene mucho que ver con la percepción que la gente tiene del trabajo que desarrollan; si el Presidente de la República o algún funcionario público insiste en que no funcionan, que gastan mucho dinero, su prestigio se empieza a desmoronar y eso incide en su capacidad de ser eficientes en su trabajo.

Segundo reto, ser completamente independientes y mantener su autonomía, eso quiere decir evitar que haya entre sus funcionarios, entre su personal, gentes vinculadas a un gobierno, que tengan un nivel de influencia tal, que más que representar a la ciudadanía, representen los intereses de un grupo político, partido o gobierno en particular. Ello significa que el nombramiento de estas personalidades sea una designación libre de coacciones, para evitar comportamientos que pudieran ser cuestionados por la sociedad.

El reto mayor en 2020 tendrá que ver con todos los nombramientos, que sean al menos distintos en su procesamiento al que ocurrió con la CNDH. El problema es el procedimiento, el origen de los candidatos, su vinculación a un partido o a un gobierno o a personalidades del gobierno actual. A eso hay que agregar el procesamiento correcto en las Cámaras de Diputados o de Senadores o donde corresponda.

El año que entra, el organismo autónomo más importante que está en la mira es el INE por varias razones: será observado porque de hecho, 2020 es un año intensamente electoral, y lo es no solo porque hay elecciones en dos estados: Nayarit e Hidalgo, sino también porque deberán ser nombrados cuatro consejeros electorales para abril de ese año.

 

La autonomía, objeto de discusión

Hay otras decisiones a tomar, donde la autonomía del Instituto va a estar sobre la mesa de discusión. En primer lugar, durante el año que empieza se van a acreditar o no a los nuevos partidos políticos que buscan su registro y eso va estar en la discusión pública, de quienes son los que cumplen y cómo cumplieron, si las firmas son las correctas.

Ahí están los trabajos técnicos que tiene que desarrollar el INE; luego la valoración sobre si conviene o no otorgar el registro a una u otra fuerza electoral, sobre todo porque quienes piden el registro sabemos que están representados por grupos importantes, como son los maestros o el mismo ex presidente Felipe Calderón y su esposa. Será un debate político donde el INE tiene que ser muy cuidadoso.

Otro elemento, es que durante ese año, también deberán nombrarse funcionarios importantes. Hay dos Secretarias ejecutivas que están vacantes: la de Organización Electoral que tiene que estar claramente organizada para las elecciones tanto las locales, como las de 2021.

La Unidad de Fiscalización también tiene que desempeñar un papel muy importante y el nombramiento de esas personas son claves porque se encargarán directamente de tareas fundamentales del proceso; adicionalmente, el secretario ejecutivo del Instituto tendrá que ser o ratificado o nombrado y esto es, otra vez, un puesto fundamental que tendrá que darse el año que entra.

Me importa mucho enfatizar que la autonomía y la independencia de quienes se dirigen al Instituto, debe quedar de manifiesto en este proceso. Todo esto va ocurrir en medio del debate si habrá o no habrá una reforma electoral; se intentó hacer una reforma hace unas semanas en el que se buscó que la Cámara de Diputados pasara una iniciativa en la que se reducía el financiamiento a los partidos, lo que implica un cambio constitucional y si están dispuestos a lanzarse a un cambio de esta magnitud  para hacer una modificación en las prerrogativas de los partidos.

No me extrañaría que ocurriera lo mismo con otras iniciativas puestas sobre la mesa y que se buscara hacer una reforma importante. Hay que recordar que el límite para que se realicen reformas electorales, va a ser a finales de mayo, porque la ley dice que no se pueden hacer reformas electorales, sino 90 días antes del inicio del proceso electoral.

El proceso electoral empezará en septiembre del 2020, quiere decir que tres meses antes, 90 días, más o menos a finales de mayo. Ello significa que este proceso termina en diciembre y si no se hizo ninguna reforma, quedaría solo un periodo, para hacer reformas y cambios a la Constitución, con todo lo que implica revisar que los cambios sean aprobados en más de la mitad de los estados de la República. Parece poco el tiempo para impulsar iniciativas de ley al respecto.

 

Iniciativas para reformar consejo general INE

Lo que preocupa es que ninguna de esas iniciativas de ley, atente contra la autonomía institucional. Se puede atentar de muchas maneras; desde cambiar a los consejeros electorales; cambiar al Presidente del Consejo Electoral Lorenzo Córdova que simple y sencillamente –por una idea un tanto absurda– de hacer rotatoria la Presidencia del Consejo Electoral o incluso cambiar algunas de las atribuciones del INE para verificar el padrón de afiliados de los partidos o el manejo del padrón electoral, la exclusividad del Instituto para manejar el padrón electoral o cualquier otra idea que se les ocurra.

En la misma organización y conformación del Consejo, es donde la autonomía se debilita, así como su independencia para la toma de decisiones, si es que se privilegian intereses partidistas más que los intereses propiamente dichos de que la elección salga bien, que la calidad de la democracia sea cada vez mejor.

Será un año muy intenso y tienen que ver otros organismos autónomos porque la transparencia será muy importante en este paquete. Hay que pensar en que todo lo que se haga, diga o se acuse sobre dependencias públicas, además de tener un marco de transparencia que permita conocer la verdad permanentemente.

Otro renglón que preocupa mucho y que sí depende directamente de la Fiscalía General de la República es la FEPADE, que deberá tener un papel importante en la persecución de una serie de delitos que se cometen durante los procesos electorales como el uso de la credencial para votar con fotografía –caso recurrente–. Ahí podría hacerse análisis más interesante en relación con compra y coacción del voto, es el tipo de autonomía y libertad que debe tener la FEPADE para poder actua.

¿Se pone en riesgo la estabilidad social y política del país buscando tener un control político del INE?

Lorenzo Córdova suele decir que buena parte del éxito electoral es garantizar la estabilidad; el hecho de que haya elecciones, libres creíbles sin influencias externas donde el ciudadano se sienta confiado de que su voto cuente y se cuente bien y que todo eso ocurra sin mayores problemas trae como consecuencia y como premisa, un elemento muy importante y es que los mexicanos seguimos creyendo que la vía pacífica y tranquila y legal para cambiar a nuestros gobernantes es a través de elecciones.

Si creemos que esa es la premisa fundamental, lo que una buena institución autónoma independiente como el INE garantiza es la estabilidad política del sistema porque no importa quien gane, de hecho no ha importado en muchas ocasiones, las decisiones se respetan porque preferimos que la forma de decirlo sea a través de un sistema electoral sólido, robusto con partidos políticos fuertes, con instituciones sólidas que permitan la elección de los gobernantes. Entonces sí hay una relación importante entre la calidad de las elecciones, la independencia y la libertad que pueda tener el INE con la estabilidad política nacional.

Cuando empezamos con juegos como extender periodos de gobierno o ratificaciones de mandato amañados o consultas hechas tramposamente sin la verificación de una Institución como el INE o solo con unos cuantos votando en lugar de poner las condiciones para que todo mundo participe. Cuando esas cosas empiezan a ocurrir, lo que hacemos es tentar la posibilidad de que haya mecanismos no completamente legítimos para tomar decisiones.

No estoy en contra de las consultas populares, lo que pido es que se organicen conforme a la Constitución y que participe la mayor parte de los mexicanos, que sean organizadas por un organismo independiente y autónomo, o si no estaríamos regresando a la época en la cual las consultas o las elecciones las organizaba el propio gobierno y no tenían credibilidad.

Por eso que cuando coqueteamos con ideas como extender el mandato de un gobernador, como el caso de Javier Bonilla en Baja California que está en la Suprema Corte y que esperamos que se resuelva pronto, lo que hacemos es tocar la posibilidad de que a otro se le ocurra cambiar la Constitución, de que pudiera extender su gobierno, eso va desde un gobernador, un presidente municipal hasta el Presidente de la República y eso no es que crea que el Presidente vaya a buscar hacer una cosa así. Para qué poner ese tema sobre la mesa de discusiones, cuando no existía.

Ese debate no lo debiéramos ni siquiera imaginar y lo estamos haciendo, es lo que hay que cuidar, lo que hay que defender en lugar de pensar en ese tipo de situaciones, pensemos en cómo fortalecer la democracia.

 

Desaparecer los OPLES

Su opinión sobre la desaparición de las OPLES, el significado y sus consecuencias…

Es una iniciativa que se va a poner sobre la mesa, un debate que se puso encima de la mesa en el 2013, 2014 cuando se discutió la reforma electoral que generó la ley vigente, que es el problema del federalismo. Había muchas tendencias en aquellos años, para desaparecer a los órganos electorales por ineficientes, por ser dependientes del gobernador.

Se generó este sistema híbrido que tenemos, que es muy perfectible y la parte más perfectible tiene que ver con el manejo presupuestal de estos organismos; o sea, queríamos que no se metieran los gobernadores, perfecto, por eso el INE tiene una altísima responsabilidad en el nombramiento de los Consejeros que forman parte de los OPLES y la vigilancia de su comportamiento, pero el financiamiento de estos órganos locales electorales sigue dependiendo de los gobiernos locales y esa dependencia genera que sus presupuestos se recorten más de lo que se les ha recortado al INE, pero más que eso, que los recursos no se entreguen a tiempo.

Cuando el Instituto organiza una elección hay algo certero en cuanto al dinero que estaba en el presupuesto, se solicitaba a la Federación y se le entregaba al IFE  y hoy al INE. Lo que empieza a pasar en los OPLES, es que hay un presupuesto aprobado, pero el gobierno no lo entrega y una forma de presionar a los OPLES, para que tomen determinadas decisiones, no es a través de sus consejos, sino de no entregarles dinero. Ese tipo de presiones son las que tienen que desaparecer.

Si se quiere debatir sobre eso hay mucho que discutir, pero eliminarlos así nada más porque sí, después de que ya tuvimos un periodo del 2014 al 2018 en donde hubo elecciones al menos 3 elecciones en todos los estados de la República y para 2021 están previstas otra vez elecciones en todos los estados ya concurrentes con las elecciones federales, el sistema ha probado que funciona. Una de las formas de probarlo es que hay alternancia en todos los niveles, en todos los estados de la República con todos los partidos.

Es un sistema que funciona pero hoy se les ocurre desaparecerlo y esto cambiaría la forma y el funcionamiento del INE, la autoridad del Consejo General del INE, la manera de relacionarse con los estados, con los gobernadores. Es un modelo que se antoja más complejo del que tenemos al día de hoy, se pasa por encima de la realidad y se trata de inventar cosas, cuando no hay problemas. Para qué generar problemas donde no los hay y eso hace que la gente se vuelva suspicaz y piense “lo que pasa es que quieren controlar las Instituciones democráticas” y es lo que mina la autonomía e independencia de las autoridades electorales.

 

Escenarios

La certeza empezará a generarse conforme vengan los meses. El primer momento será cuando el INE precise su presupuesto después del recorte y defina lo que va hacer, qué programas van a salir porque se recortó el dinero y qué problemas se tienen para las elecciones del 2021. El segundo momento será cuando la Suprema Corte decida sobre la ley Bonilla, porque eso nos va a permitir saber si hay un debate nuevo que no existía y o si fue una loquera de alguien y desapareció.

La tercera certeza vendrá cuando sepamos si hay o no alguna reforma electoral que vaya más allá de cambios menores y busquen hacer cambios como desaparecer los OPLES y montar un sistema en donde el INE sea responsable de todos los procesos y desaparecer instituciones que se generaron, para luego en septiembre de este año, iniciar un proceso electoral federal que tiene la Cámara de Diputados pero además elecciones locales.

Esta situación me parece un despropósito cuando las cosas están funcionando bien. Si tuviéramos problemas serios, diría: adelante. Todos tendremos certezas si vamos a tener problemas o no cuando sepamos si hay una reforma electoral en curso o no.