El conflicto Estados Unidos-Irán tiene una larga historia de 70 años de amenazas, agresiones, tensiones y hasta algunos enfrentamientos armados en donde ambas naciones han registrado bajas. Este principio de año se tensaron de nueva cuentas las relaciones.

El ataque militar del fin de semana pasada de parte de los Estados Unidos a Irán fue el detonante que volvió a poner en el foco de atención mundial este conflicto, conflicto que hay que dejarlo claro desde ahora, tiene ya un ganador, no sabemos aún el costo ni en vidas ni mucho menos en sus costos financieros y políticos.

De darse en un remoto, muy remoto caso en una guerra abierta, enfrentaría a 2 naciones en circunstancias desiguales, los ejércitos, su equipamiento, preparación y desarrollo estratégico son una de estas diferencias, sin mencionar el poderío económico, político y social de cada uno.

Sin duda que ésta ha sido la apuesta más peligrosa de Donald Trump hasta la fecha ya que se vive un conflicto abierto, a pesar del mensaje del miércoles pasado, ya que miles de vidas pueden estar en juego además de su futuro político.

Para el primer círculo de Donald Trump y para su equipo de campaña, la decisión tomada por el mandatario de realizar el ataque a las fuerzas iraníes no fue extraño, sabedores de que su jefe es dado a llevar al límite muchas situaciones en las que se ve envuelto. El mundo se llamó a sorprendido y preocupado por los efectos que este enfrentamiento armado podría generar.

Este conflicto naciente y que parece ha bajado de intensidad, se ha llenado de declaraciones y retos de funcionarios de ambos países… “¡Irán nunca ganó una guerra, pero nunca perdió una negociación!”, escribió Trump el viernes por la mañana en un tuit que no contribuyó a calmar a los críticos a quienes les preocupa la profundidad de su pensamiento estratégico.

Desde el Medio Oriente se escuchó la voz del viceministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, quien comentó durante una entrevista de prensa que “si y sólo si se le permite a Irán vender su petróleo y utilizar los ingresos económicos por las exportaciones petroleras sin ninguna limitación, Teherán volvería al acuerdo nuclear”.

Esta tensión ha tenido ya repercusiones, del lado iraní se cuentan 63 muertos, el precio del barril se incrementó en 20 por ciento, el tipo de cambio de dólar con la mayoría de las monedas del mundo fue al alza y sin dejar de lado la incertidumbre en la economía, las inversiones y, el futuro.

El miércoles a las 11 de la mañana con 38 minutos tiempo de Washington, los mercados bursátiles en el mundo experimentaron un respiro y la paz mundial parece estar de nueva cuenta más cerca en este conflicto.

El ataque estadounidense a los mandos iraníes refleja la visión militar de Donald Trump, su preferencia al autoritarismo y refuerza su imagen de vigilante del mundo, la cual tanto disfruta.

La pregunta ahora es si Trump, un líder errático e inexperto que desdeña los consejos y rara vez piensa un paso más allá, está preparado para manejar una crisis tan peligrosa y duradera.

Y su gobierno, que parece empeñado en derrocar al régimen de Irán, pero incapaz de idear públicamente un plan para después. ¿Está listo para manejar una reacción iraní en la región y más allá?

Durante los 10 minutos que duró el mensaje de Donald Trump, quien por cierto se hizo acompañar de todos los integrantes de su Gabinete de Seguridad y del vicepresidente, Mike Pence, no es exagerado decir que el mundo estuvo a la expectativa, había voces que, en todos los sentidos, pero el haber escuchado un discurso pacificador duro y “hasta con castigos” para los malos, bajó la presión internacional.

Lo que quedó de manifiesto es que Estados Unidos e Irán retrocedieron del borde de una posible guerra el miércoles, luego de que presidente Donald Trump anunció que no respondería militarmente después del bombardeo iraní a dos bases en Irak que albergan tropas estadounidenses.

 

La pregunta ahora es qué sucederá en los días por venir, ¿habrá sido este el final del conflicto? ¿Estados Unidos e Irán regresarán a su relación no tersa, pero llevadera? ¿los musulmanes y los estadounidenses podrán estar ya tranquilos?

Para concluir quiero destacar 2 situaciones… Los mandos de inteligencia de los diversos cuerpos de seguridad le informaron al presidente Trump que, Irán es 3 veces más grande que Irak, su ejército es superior al que enfrentaron para derrocar a Sadam Hussein y sobre todo que desde hace 12 años, soldados estadounidenses continúan en ese país. ¿Por qué ir entonces a una guerra?

Donald Trump quiere un segundo periodo al frente del gobierno y mostrar en las redes sociales y la televisión de su país las imágenes de soldados que regresan en ataúdes con la bandera de las barras y las estrellas, será un punto de inflexión que seguramente le restará votos electorales.

Los extremos que está dispuesto a tocar el inquilino de la Oficina Oval, en verdad que no tienen límites, sus acciones no dejan de sorprendernos y en algunas ocasiones hasta preocuparnos y, bueno todo parece que estará en el 2024, sí 4 años más.