En el Senado estadounidense se escuchó en español “NADIE POR ENCIMA DE LA LEY, NADIE”. Esta frase se escuchó en el marco del juicio político o impeachment en contra del presidente Donald Trump; la autora la congresista texana, Sylvia García, quien integra el cuerpo que actúa como “fiscales generales” en este controvertido juicio.

Fueron 7 palabras en español arropadas en su discurso desde tribuna en inglés. Después de pronunciarlas la Senadora hizo una pausa ante la sorpresa de los asistentes. Esta estrategia fue perfectamente preparada ya que en la transmisión en el canal público de C-SPAN2, la frase en español fue subtitulada en inglés.

La sorpresa de la congresista García, se dio después de 9 horas de haber iniciado la histórica sesión en la cual el mandatario estadounidense es la figura central. La senadora había iniciado su discurso leyendo el documento que había preparado, pero al llegar al momento indicado levantó su mirada y pronunció su frase mirando a sus compañeros legisladores que, al escuchar un idioma diferente en las bocinas del salón, inmediatamente fijaron su mirada en la tribuna en busca de una respuesta.

Objetivo cumplido, dijo la senadora García, momentos después de dejar el atril de madera donde descansaron las hojas que contenía su intervención en la que explicó las 2 de acusaciones en contra del presidente 45 de los Estados Unidos.

Tuve la oportunidad de hablar con la senadora Sylvia García: “estoy muy honrada de ser uno de los siete Gerentes de Acusación de la Cámara de Representantes que muestran este caso al pueblo estadounidense” y me dijo más “para mí, se trata de cumplir mi juramento, tomo mi responsabilidad en serio porque estamos trabajando para defender nuestra Constitución en un momento crucial para la democracia y para la nación misma”.

 

La semana pasada comenzaron a fijar posiciones tanto los demócratas como los republicanos, estos vía el sólido equipo legal que integró el mismo presidente Trump, en busca de desestimar el juicio político en su contra. De todo se ha escuchado (hasta en español) y sin duda mucho más veremos y escucharemos.

Las situaciones y momentos extraordinarios se sucedieron uno tras otro en la sesión del Senado estadounidense del martes pasado, que sin duda se ha distinguido por su polarización y parálisis partidista, los legisladores alcanzaron un acuerdo por unanimidad. Fue una moción para autorizar al sargento de armas a “instalar el equipamiento y mobiliario adecuado en la cámara del Senado” para proceder con el juicio. Con ello, se recuperaron de los sótanos del Capitolio un par de mesas curvas diseñadas expresamente para acomodar entre la tribuna de mármol y, los pupitres de los senadores dispuestos en semicírculo a los delegados de la Cámara de Representantes y los abogados de la Casa Blanca, que ejercen respectivamente de acusación y defensa. Los muebles en cuestión se diseñaron para el juicio político o impeachment de Bill Clinton, que tenían embodegados 21 años acumulando polvo.

Y bueno, momentos antes de ingresar al salón de sesiones se dio la primera sorpresa, se le solicitó a cada uno de los senadores que depositaran sus teléfonos celulares y tabletas, se les explicó que estarían prohibidos durante las sesiones del juicio. Así, se encargó a los carpinteros del Senado la construcción de unos casilleros a la entrada del salón de sesiones. Ahí quedarán, en los sótanos del Capitolio para futuros juicios políticos o impeachments, quedará el recuerdo de los distinguidos senadores dejando disciplinadamente sus pertenencias como los niños en la escuela dejan sus mochilas antes de que empiece la clase.

Tres días antes de que iniciara el juicio político en el Senado, el mismo Donald Trump se refirió por primera vez formalmente al impeachment. Los abogados del mandatario le entregaron una carta de 6 páginas en la Cámara Alta en su nombre en la que tachaba los cargos de los que lo acusan los demócratas : Abuso de poder por el escándalo ucranio y, obstrucción al Congreso relacionado a las pesquisas del caso- de “un intento descarado e ilegal de anular los resultados de las elecciones de 2016 e interferir con las elecciones de 2020″.

Por su parte, los demócratas presentaron a su vez un informe exhaustivo argumentando porqué deben “eliminar la amenaza que el presidente representa para la Seguridad Nacional de Estados Unidos”.

Es de destacar que mientras se inició el juicio político, el inquilino de la Casa Blanca dando un mensaje de desdén, participaba en el Foro Económico mundial más importante, el de Davos. Sin embargo, la noche del miércoles, preocupado por las más de 14 horas de sesión del día anterior en el Senado, regresó a Washington sin dar declaración alguna.

A pesar del comportamiento despreocupado de Donald Trump, los abogados de la Casa Blanca están trabajando sin descanso, prueba de ello la elaboración de documentos y las declaraciones expresadas en torno a las acusaciones de abuso de poder y obstrucción al Congreso del mandatario.

El equipo defensor presidencial entregó el lunes pasado al Senado, un memorándum que perfiló la ruta que la defensa que la Casa Blanca realizará en sus exposiciones iniciales.

Los abogados defensores no negaron las presiones a Ucrania, pero sostienen que estas acciones están dentro del marco de la discrecionalidad del presidente en su manejo de la política exterior y la lucha contra la corrupción. La alegación de que eso constituye un abuso de poder como sostiene el primer cargo del impeachment, es para los letrados un “invento” que permitiría al Congreso cuestionar decisiones políticas del presidente, sentando un peligroso precedente. En cuanto al segundo cargo, el de obstrucción al Congreso por haber bloqueado testimonios requeridos y haberse negado a proporcionar documentos, constituiría para la defensa una violación de la separación de poderes al anular el derecho del presidente a mantener deliberaciones confidenciales.

De aceptar nuevos testigos en este juicio político como están impulsando los demócratas, el futuro del Trump como presidente se complicaría. Hay que recordar que para llegar a la destitución se requiere el voto de 67 de los 100 senadores, situación que en verdad se los aseguro no sucederá, pese a todos los esfuerzos de sus contrarios.