“En la medida en que eliminas tus sentimientos te deshumanizaste,
dejaste de ser auténtico y eres inconfiable”.

Renny Ottolina.

 

Juan Jacobo Rousseau, en sus confesiones escribió que una gran princesa se había referido en Francia con total  insensibilidad durante una crisis severa por falta de pan, “pues que coman pasteles”.

Hay quien atribuye esta frase a la reina María Antonieta, indistintamente de la veracidad de si lo dijo o no, el fondo es que se trata de la representación de lo deshumano, insensible e indiferente que puede ser un gobernante frente a una necesidad o grave problema de su pueblo.

En la Francia de aquella época, el pan era el alimento base de los ciudadanos en el cual se podía ir hasta el cincuenta por ciento de sus ganancias, es decir, verdaderamente constituía un problema trascendental la escasez y falta de alimento.

De ahí, que la frase de “que coman pasteles” o “Brioche”, como originalmente dice el texto, constituye una verdadera ofensa y desprecio por el pueblo más necesitado, más vulnerable.

Traigo esto a colación porque, sin duda, que el Presidente de la República López Obrador diga que las cifras de feminicidios opacan su rifa del avión presidencial, que los homicidios de las niñas secuestradas son para desviar la atención, y para causar daño a su proyecto de cuarta transformación.

Grave es también lo que la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dijo cuando le pidieron dar una entrevista sobre las cifras de feminicidio, “ahorita no” en referencia a que no era tiempo de hablar de ello.

Las mismas respuestas cuando se les pregunta sobre la delincuencia y el crecimiento del índice de violencia, homicidios, inseguridad o cuando se les cuestionó sobre las matanzas contra la familia LeBarón.

En el fondo es una descarnada deshumanización. Una indolente actitud frente al dolor ajeno y a la necesidad.

Indiferencia aberrante, que le dé más importancia a ocurrencias, caprichos y banalidades que a los auténticos problemas. No son casos aislados, ahí está también la respuesta a las familias de lo niños con cáncer que se manifestaban para exigir las medicinas que les corresponden para su tratamiento.

Al inicio de su mandato, el echar culpas a los gobiernos pasados o a las fuerzas oscuras de la mafia en el poder, le resultaba al Presidente y a su séquito para que sus seguidores celebraran las ocurrencias.

Hoy es grave la conducta del Presidente, de la Jefa de Gobierno y de muchos de los miembros de la 4T.

Ahora estamos viendo una patología que no ve el dolor ni la necesidad, antes bien, se burla de ella, la ignora o bien la entierran con declaraciones mordaces y fuera de toda lógica, de toda realidad.

El poder se debe usar para servir, el gobernante debe servir, no es una recreación de alguna deidad, es alguien de carne y hueso que se postula a un cargo público para administrar la cosa pública y buscar el desarrollo de su comunidad, nacional, estatal, municipal o de cualquier orden o nivel de gobierno.

La esencia es servir y buscar el bien común.

Lamentablemente, este gobierno y está clase gobernante se ha transformado en una masa inhumana, indiferente, insensible, que con sus actos y declaraciones demuestra que solo le interesa el poder por el poder mismo, al costo que sea.

Ingrid Escamilla y Fátima, son los rostros actuales de las consecuencias de la inseguridad que vivimos. Pero antes de ellas se cuentan por miles las que han perdido la vida, en el presente y el futuro todas las mujeres siguen en peligro y riesgo que se agrava más con la ineficacia de este gobierno federal.

@perezcuevasmx

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